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Este jueves, como lo pidió su accionista mayoritario, la Secretaría de Energía, ENARSA realizará la Asamblea General Ordinaria. En la misma se hará oficial el desembarco del Team Caputo (de Santiago, pero también de "Toto"): Tristán Socas, especialista en finanzas y ex ejecutivo del fondo de inversión BAF Capital, será el presidente. Se supone que con el objetivo de privatizar la empresa estatal, aunque sea parcialmente.

El cambio de mando también incluirá un vicepresidente y dos directores, aunque por ahora no hay nombres confirmados. La "intervención" de la empresa comenzó hace alrededor de dos semanas, fue anticipada por Minuto de Cierre (https://www.minutodecierre.com/nota/2024-9-13-11-0-0-se-confirma-la-intervencion-de-santiago-caputo-en-enarsa-nombra-dos-directores-se-analiza-el-cambio-de-presidente-y-vice) y supone una reestructuración profunda. Sin embargo, Doncel Jones y el chileno Rigoberto Mejía Aravena, ambos de la línea del secretario de Energía, Eduardo Rodríguez Chirillo, seguirán en la energética estatal.

Doncel Jones sería el gerente general. Mejía Aravena puede ser su número dos. No se sabe si continúan en el directorio. Si esto se confirma, llamaría la atención, porque tanto las dificultades en el Gasoducto Norte (el codo que reventó la semana pasada en una prueba hidráulica), como las demoras en el Gasoducto Presidente Néstor Kirchner (GPNK), el complementario Mercedes-Cardales y en la planta compresora de Salliqueló.

 

Gestión y gastos: Galletitas sí, gasoductos no

 

El manejo discrecional de la caja de ENARSA no sólo comprende una actualización de sueldos selectiva para los amigos de Doncel Jones y Mejía Aravena, sino también gastos que son pequeños en el presupuesto general, pero marcan una gestión concentrada en temas menores. Entre los empleados de la empresa despertó indignación el frecuente pedido de Mejía Aravena por enviar empleados a comprar sus galletitas favoritas, las "Membrillito", con dinero público. Las mismas cuestan alrededor de 1.000 pesos el paquete de medio kilo, y sólo se consiguen en algunos supermercados chinos. Un tema que no desequilibra ningún presupuesto, pero marca el tono de la "gestión". 

Ni el goloso Mejía Aravena, ni Doncel Jones, ponen el mismo énfasis en reclamarle a ESUCO por las demoras en obras. Esta firma fue conducida durante décadas por Carlos Alberto Wagner, ex presidente de la Cámara Argentina de la Construcción (CAC) puesto allí por Néstor Kirchner, anteriormente uno de los reyes de la obra pública santacruceña, y por esas vueltas del destino, posteriormente uno de los arrepentidos de la famosa Causa Cuadernos.

Como muestra de su versatilidad y adaptación a todos los tiempos políticos, ESUCO tiene a su cargo obras demoradas, sin que la ENARSA de época libertaria se queje por ello. Por ejemplo, junto a Contreras tiene a su cargo la planta compresora Salliqueló del Gasoducto Néstor Kirchner. La misma ya debería estar terminada, pero dicen que recién va a estar el mes que viene. Por esa demora se pierden 5 millones de metros cúbicos de gas por día: le cuesta al país dos millones de dólares cada 24 horas. 

Esuco también tiene a su cargo la planta compresora Mercedes, del Gasoducto Mercedes-Cardales, una obra complementaria del GPNK que permite vincular los sistemas de TGS y TGN en cercanías del AMBA. El Gasoducto Mercedes-Cardales lo dejó en funcionamiento la gestión anterior pero falta la planta compresora de Mercedes para que pueda transportar el gas necesario para la generación térmica en Santa Fe en verano. Viene muy demorado, si no la terminan la situación va a ser muy compleja, empeorando el panorama para el verano.

Si todo ello no bastara, a ESUCO también le otorgaron la obra del cambio de sentido de fujo de cuatro plantas, como parte de la reversión del Gasoducto Norte: dos en Córdoba, una en Santiago del Estero y una en Salta. Aunque entre sus antecedentes en las obras mencionadas, Esuco va a juicio oral por el capítulo argentino de Odebrecht. Sin dudas, Socas y su equipo tendrán mucho trabajo para emprolijar ENARSA.