15 de Marzo de 2024 - 23:53

Me dejaron el micrófono abierto, me expresé incorrectamente y lo atribuyen erróneamente a mi opinión sobre la vicepresidente

Por Lucio Di Matteo

Este viernes 14 de marzo, mientras estaba trabajando en el canal de noticias A24, que integro desde 2014, me dejaron el micrófono abierto mientras se ponía al aire un video de la vicepresidente de la Nación, la doctora Victoria Villarruel. En ese momento, se escucha que mi voz expresa “esta es una hija de puta”.

La primera aclaración, y la más importante, es que no me refería a la vicepresidente provisional del Senado, electa por el voto popular, sino a otra persona, cuando además pensé que estaba fuera del aire. No es eso lo que pienso de la vicepresidente Villarruel, en absoluto, además del respeto que debe guardarse a las investiduras institucionales.

Espero que la doctora Villarruel lea este mensaje y sepa de primera mano que de ningún modo hablaba de su persona. Cualquier político o empresario con el que haya tratado en más de 30 años de carrera periodística puede dar fe que ese no es ni fue mi trato con ninguno de ellos. Esta aclaración es muy importante en un momento donde el país necesita diálogo, calma y respeto mutuo por parte de todos los actores.

La segunda aclaración, es que esta situación se suscitó por el conflicto gremial que atraviesa el grupo América con el Sindicato Argentino de Televisión (SATSAID) desde hace más de una semana. Un conflicto que, como parte del staff periodístico, me resulta ajeno. Y que, por el bien de todos, me gustaría que se solucione pronto.

Sin embargo, el desarrollo del tema en redes sociales, sin importar el origen del mismo -trolls, bots, usuarios reales-; así como el ataque de un canal de televisión colega contra mi persona, que no es el primero; le dieron relevancia social y mediática al tema.

En esta época, corro el riesgo de que esta serie de eventos pesen más en el futuro inmediato y próximo que haber estudiado, trabajado en medios gráficos, radiales y televisivos, así como haber publicado tres libros, dos en la Argentina y uno en España. Todo esto, habiendo desarrollado mi carrera sin padrinazgos ni favoritismos, y sin haber trabajado jamás en el Estado ni en medios públicos. Provengo de una familia de clase media de un barrio humilde, Nueva Pompeya, y todo lo conseguí con mi esfuerzo y perseverancia.

Sin más que agregar, deseando a todos los argentinos que encontremos el camino de la concordia nacional, el desarrollo y el progreso de nuestra Patria, y que esto nos alcance a todos, los saludo atentamente.

 

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