La reforma laboral logró dictamen en el Senado, pero el debate en el recinto se postergó hasta febrero
El Gobierno nacional consiguió este jueves por la tarde un dictamen de mayoría para la reforma laboral en el Senado, aunque el tratamiento en el recinto recién se concretará en febrero próximo. La definición fue confirmada durante el plenario conjunto de las comisiones de Trabajo y de Presupuesto y Hacienda de la Cámara alta, donde el oficialismo libertario logró destrabar una negociación que estuvo al borde de romperse.
La propia ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, fue la encargada de anticipar el cronograma legislativo mientras se desarrollaba la reunión de comisiones. En ese marco, quedó establecido que la discusión de la reforma laboral se tomará todo enero y los primeros días de febrero para introducir ajustes al texto, mientras que otras iniciativas sí avanzarán de inmediato.
En concreto, el Senado se encamina a tratar este viernes el despacho del Presupuesto 2026 y la ley de inocencia fiscal, dos proyectos que el Ejecutivo considera prioritarios. Ambas iniciativas serían sancionadas el viernes 26 de diciembre, lo que permitiría cerrar el período de sesiones extraordinarias convocado por el Gobierno hasta el martes 30.
El impacto de Diputados y la tensión en la Cámara alta
Lo sucedido en la Cámara de Diputados con la aprobación del Presupuesto 2026 y el reparto de las bancas en la Auditoría General de la Nación (AGN) tuvo un efecto inmediato en el Senado. La tensión escaló de tal manera que, hacia el mediodía de este jueves, las conversaciones entre el oficialismo y los bloques dialoguistas estaban prácticamente quebradas.
En ese contexto, Bullrich se trasladó de urgencia a la Casa Rosada para encabezar gestiones políticas. A su regreso, el clima comenzó a distenderse. Finalmente, en una reunión clave realizada en el bloque de la Unión Cívica Radical (UCR), se resolvió avanzar con la firma del dictamen de la reforma laboral, aunque con algunos cambios, y postergar el debate en el recinto para después del receso legislativo.
La relación con los sectores dialoguistas ya venía resentida desde la madrugada, tras una sesión accidentada en Diputados que culminó con la aprobación del Presupuesto 2026, aunque sin un capítulo central que pretendía el Ejecutivo. A eso se sumó una estrategia libertaria que logró su objetivo, pero dejó heridas abiertas.
El malestar se profundizó con la distribución de las tres butacas de la AGN, resultado de un acuerdo entre el oficialismo, el kirchnerismo y el gobernador de Salta, Gustavo Sáenz. Este entendimiento generó desconcierto incluso dentro del Congreso, donde varios legisladores admiten no comprender aún la lógica política detrás de ese reparto.
Cómo se logró el dictamen de la reforma laboral
Las comisiones de Trabajo y de Presupuesto y Hacienda están integradas por 17 senadores cada una. De ese total, cinco pertenecen al oficialismo, cinco al kirchnerismo y siete a los bloques dialoguistas. El sector kirchnerista no envió sus nombres, no puede firmar despachos y evalúa judicializar la situación, al considerar que hubo un “atropello” por parte del oficialismo y de la vicepresidenta Victoria Villarruel en el armado de las comisiones.
Para que el dictamen de la reforma laboral pudiera prosperar, La Libertad Avanza necesitaba reunir un mínimo de nueve firmas en cada comisión, es decir, la mitad más uno. Con sus cinco senadores propios, el Gobierno debía sumar al menos cuatro de los siete legisladores dialoguistas. Ese objetivo se alcanzó tras jornadas de negociaciones intensas y cruces políticos que se extendieron durante todo el día.
Una vez finalizado el plenario, comenzaron a conocerse los respaldos que permitieron sellar el dictamen. Entre los apoyos clave estuvieron los de los senadores radicales Mariana Juri y Rodolfo Suarez, ambos de Mendoza, y Silvana Schneider, de Chaco. También acompañaron los legisladores del PRO Martín Goerling, de Misiones —en disidencia—, y Andrea Cristina, de Chubut, además de la senadora “jaldista” Beatriz Ávila, de Tucumán, entre otros.
En cambio, optaron por no firmar el despacho el presidente del bloque de la UCR, Eduardo Vischi, de Corrientes, quien suele adoptar posiciones oscilantes, y los peronistas disidentes Carlos Espínola, también de Corrientes, y Alejandra Vigo, de Córdoba.
El rol del peronismo y el escenario hacia febrero
Desde el interbloque de distintas vertientes justicialistas que conduce José Mayans siguieron de cerca la definición. Tras el dictamen, ese espacio se mostró aliviado y reiteró su reclamo para ser compensado en la integración de las comisiones del Senado, un escenario que remite a las tensiones registradas a fines de 2023.
No obstante, en el Congreso también se señaló una contradicción política evidente: la apelación a consensos y equilibrios convive con el recuerdo de la lógica que el kirchnerismo impuso durante años, cuando avanzaba “a votos y sin oír a nadie” en la toma de decisiones parlamentarias.
Con este panorama, la reforma laboral ya cuenta con dictamen, pero su futuro inmediato quedó atado a las negociaciones que se desarrollarán durante enero y los primeros días de febrero. El Gobierno apuesta a llegar al recinto con un texto más pulido y con los apoyos necesarios para su aprobación, en un Senado atravesado por tensiones, acuerdos cruzados y una dinámica política que promete seguir siendo intensa en el arranque de 2026.
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