30 de Septiembre de 2020 - 12:08

Guillermo Garcia, el encargado de que las malas noticias de Bunge duren un día

El cargo de director de Relaciones Institucionales, decorativo en otras firmas, se vuelve clave en los grupos que no sólo tapan noticias inconvenientes, sino que además deben gran parte de sus ganancias a la relación con el Estado. El nombre de ese rol, en Bunge, es Guillermo García.

Una reciente denuncia por evasión, tomada como sólida por el fiscal federal Carlos Stornelli, insospechado de oficialismo. Una sanción por el mismo tema, de parte de la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP), en 2016. Un trabajador que murió aplastado por el deficiente manejo de una grúa. Hechos que no son los únicos protagonizados por Bunge, y que rápidamente se amortiguan en la intracendencia mediática y judicial. 

Para ello, siempre es clave un esquema de protección permanente, que además se refuerza en los momentos críticos. En el caso de la cerealera y exportadora Bunge, el mayor responsable de ese esquema es Guillermo García, director de Relaciones Institucionales del grupo. En un conglomerado de este tipo, un cargo así incluye el vínculo con autoridades oficiales, como también la defensa de intereses corporativos a través de cámaras empresariales.

Este año, incluyendo hasta agosto, los exportadores agrícolas bajaron más del 30% la liquidación de divisas en relación a igual período del año anterior. Se calcula que tienen alrededor de u$s 7.200 millones sin liquidar, en una clásica estrategia para forzar una devaluación. Algo que sería resuelto con una baja de retenciones. 

Si uno u otro escenario se cristalizan, será un éxito de la Federación Argentina de la Industria Molinera (FAIM) como también de la Cámara de la Industria Aceitera de la República Argentina (CIARA). El responsable del vínculo de Bunge con las dos cámaras es también Guillermo García. Basta con mirar su perfil de Linkedin para ver que García es algo así como un “ministro plenipotenciario”.

La tríada que incluye a un radical de pura cepa

En su rol, se encarga de presentar congresos, es orador de encuentros, representante en organismos nacionales e internacionales, y quien maneja -además- la relación con los medios. El cargo que tiene en la empresa le asegura llegada permanente a las oficinas oficiales y a las selectas oficinas opositoras. Tiene fluido contacto con la FAIM, que encabeza Diego H. Cifarelli, como también con Gustavo Idígoras, presidente de CIARA, la cámara aceitera. 

Cifarelli desmiente su relación directa tanto con Guillermo Garcia como con Bunge, en tanto que Idígoras es un “extraordinario” lobista que supo ser funcionario del Estado y desde allí maneja los dos lados del mostrador. Idígoras es un clásico producto de Franja Morada, el brazo universitario de la Unión Cívica Radical (UCR), donde militó largos años, e indirectamente lo seguiría haciendo. 

Tanto Cifarelli como Idígoras son parte del entramado de presión de Guillermo García y el grupo Bunge, que a través de distintas organizaciones empresariales controla e incide a través de pautas publicitarias, invitaciones a viajes y regalos empresariales. El objetivo siempre es doble: presentar el mejor rostro de la empresa, como ocultar el peor.

Evasión, sanción, muerte 

En los últimos tiempos, tuvo relevancia (aunque menos de lo esperado) una denuncia por evasión que ha tenido la empresa Bunge, uno de los mayores importadores de la Argentina, que no solo juega en el mercado agroindustrial de alimentos, sino que, al ser un gran exportador también termina siendo muy importante en el mercado de valores y divisas. El tema fue desarrollado en una nota de Minuto de Cierre: https://www.minutodecierre.com/nota/2020-9-23-21-43-0-la-cerealera-bunge-es-acusada-de-una-evasion-impositiva-con-un-piso-de-u-s-100-millones-y-un-techo-aun-sin-calcular

No se trata de la primera causa por evasión que enfrenta Bunge. La AFIP acusó al gigante agroexportador de haber hecho lo mismo entre 2006 y 2007, por alrededor de u$s 100 millones de aquel momento: https://www.pagina12.com.ar/diario/economia/2-192028-2012-04-17.html. Hasta la AFIP del Gobierno de Cambiemos tuvo que hacerse cargo del tema, y en el 2016 también sancionó a Bunge por evasión: https://www.infobae.com/2012/04/16/642597-por-evasion-la-afip-suspendio-bunge-los-operadores-granos/

Estas denuncias deberían sumarse a las realizadas por el sindicato sobre las condiciones laborales de los trabajadores de la empresa. Que produjeron, en plena pandemia, que un obrero falleciera aplastado por el manejo de una grúa en un puerto santafesino, en junio de este año: https://www.rosario3.com/informaciongeneral/Accidente-fatal-en-cerealera-se-le-vino-el-camion-encima-y murio-20200617-0011.html. Muchos trabajadores también denunciaron que no se cumple con los protocolos necesarios para esta época de COVID-19https://www.ambito.com/negocios/granos/detectan-14-casos-covid-19-plantas-exportadoras-podrian-afectar-ingreso-dolares-al-pais-n5120520 

Para enfrentar cada una de estas noticias, en lo que se llama “crisis management” dentro del mundo empresarial, aparece como jugador clave Guillermo García. El cargo formal es director de Relaciones Institucionales. Pero en realidad es un ministro plenipotenciario y lobista todo terreno. 

 

 

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