20 de Octubre de 2017 - 20:38

Está procesado y embargado por negocios con De Vido, ganó una licitación de Enarsa

Jorge Samarin, embargado y procesado junto a De Vido y Baratta, sigue haciendo negocios con Dietrich. No puede salir del país, y se lo acusa de ser “socio” tanto del ministro kirchnerista como del actual titular de Transporte. Sus hijos como “fronting” y un nuevo contrato millonario. Se estima que el sobreprecio que cobró entre 2008 y 2015 ronda los u$s 30 millones. 

Todas las luces del histórico fallo del juez federal Claudio Bonadío, por las compras con precio excesivo de gas licuado de petróleo (GLP), se las llevan los pedidos de prisión para el ex ministro Julio De Vido y su mano derecha Roberto Baratta. Más aún, cuando el propio dictamen estima casi u$s 7.000 millones de sobreprecios por la operatoria realizada entre 2008 y 2015.

Pero, más allá del ya detenido Baratta y De Vido (con fueros parlamentarios por ahora), aparecen nombres reveladores, y de exitosa actualidad, leyendo las 269 páginas del fallo. Por ejemplo, en la declaración de Roberto Baratta incluida en el mismo, se menciona que la secretaria Legal y Técnica de María Eugenia Vidal, Fernanda Inza, firmó y avaló los balances de ENARSA con sobreprecios incluidos. En ese momento, Inza era funcionaria de la Facultad de Ciencias Económicas de la UBA. Luego fue la subsecretaria Legal y Técnica del presidente Mauricio Macri, y más tarde se fue con Vidal.

María Fernanda Inza es una de las funcionarias más desconocidas pero a la vez poderosa de Cambiemos, una contadora que suele publicar en Facebook sus vacaciones en destinos top, y nació a la política en la agrupación universitaria liberal UPAU (Unión Para la Apertura Universitaria). Su capacidad de trabajo es enorme, así como la vastedad de sus contactos, y su apuesta política a Mauricio Macri desde que era jefe de gobierno porteño.

En el mundo empresario, y ya comprometido por el fallo de Bonadío (Inza solo lo está por la testimonial del caído en desgracia Roberto Baratta), aparece el “Rey de los Remolcadores” Jorge Alberto Samarin, que armó una empresa con sus hijos como dueños –los mellizos Matías y Lucas– para seguir facturándole a Enarsa, y esta compañía –Madero Amarres– ya ganó la licitación para el remolque de buques con GNL en el puerto de Bahía Blanca, a un valor de casi 119.000 dólares por buque.

Si se considera el sobreprecio que se pagaba por ellos, del 37% según el actual presidente de Enarsa, Hugo Balboa, y los 386 buques que la empresa de Samarin –Meridian- amarró según el fallo de Bonadío, el sobreprecio está cerca de los u$s 30 millones. “Nadie podía ganar un contrato con Enarsa sin la venia de Baratta o De Vido, de Jorge Samarin hasta se decía que era socio del ministro”, comenta un empresario del sector energético que sufrió presiones y hasta amenazas por no acordar con ese esquema.

Samarin, por el fallo de Bonadío, está procesado, embargado en $ 1.000 millones, no puede salir del país, y el primer día hábil de cada mes debe presentarse en Comodoro Py. Tiene procesamiento sin prisión preventiva “por ser considerado prima facie partícipe necesario penalmente responsable del delito de defraudación contra la administración pública y por administración fraudulenta”, según se desprende de la página 233 del fallo.

Así como se lo acusaba off the record de ser “socio” del ministro De Vido, lo mismo se dice hoy de Samarin con respecto al titular de Transporte, Guillermo Dietrich. Por supuesto, probarlo es otro asunto, y para judicializarlo habrá que esperar que cambie el signo político, tal como procede la Justicia argentina.

Pero Samarin realizó una maniobra más que evidente.  En mayo de 2015 armó Madero Amarres con sus hijos mellizos –Matías Joel y Lucas Joaquín- como socios gerentes. En diciembre de 2016 aumentó el capital de esa compañía de apenas 100.000 pesos a 120 millones, y en agosto de este año a $ 150 millones. Poco después, se supo que ganaba la licitación de Enarsa para buques remolcadores en el puerto de Bahía Blanca, quedando el de Escobar para Inversiones Marítimas Argentinas, donde se sospecha que Samarin es socio de la multinacional danesa Maersk.

Mientras enfrenta problemas con la Justicia, Jorge Alberto Samarin tiene asegurado el futuro económico propio y de sus hijos. Excepto que el Ministerio de Transporte lo “vete”, tal como en su momento recomendó la titular de la Oficina Anticorrupción, Laura Alonso. Pero hoy Dietrich tiene más manejo propio y discrecionalidad que nunca. Los Samarin, agradecidos.

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