18 de Febrero de 2023 - 05:45

Al galope del FMI

El Organismo no sabe precisar las causas de la inflación de Argentina. Dudas o incapacidad para ponerle un freno a una inflación esperada del 100 %.

Por Marco Esdras

El enfoque monetarista y ortodoxo, aplicado por el FMI, recita que la inflación es producto de la emisión monetaria que financia al déficit fiscal.

 El Organismo Multilateral controla dentro del programa de Facilidades Extendidas al déficit fiscal. En consecuencia, debiera existir un vínculo determinante entre ese nivel de déficit y la tasa de inflación.

Prevalece la urgencia y lo cierto es que tratamiento del problema inflacionario no admite más dilaciones. La pobreza y la pérdida del poder adquisitivo de los salarios siguen in crescendo a niveles muy preocupantes. 

 Ahora bien, en la Argentina se combinan una serie de ingredientes atípicos. Componentes idiosincráticos, culturales, estructurales e impericia en cálculo de costos. La inflexibilidad descendente de los precios nominales y las estructuras oligopólicas también son factores que explican la existencia del flagelo inflacionario. Los mark ups de un empresariado insaciable…

 El Organismo con sede en Washington dispone en su staff de economistas de sumo prestigio y, a pesar de ello, no puede acertar con el diagnóstico y su tratamiento. Imbuido de culpas y de hasta cierta impericia, “no da en la tecla”.

El oportuno planteo de los sobrecargos (surcharges) que el FMI  le va a cobrar a la Argentina (producto de haberle otorgado una asistencia superior al 1000 % de su cuota) realizado por parte del Ministro de Economía ahora podría ponerse sobre la mesa nuevamente, aún  con mayor vigor y ahínco. Esos recursos ingresan a las arcas del Organismo Multilateral y resultan fundamentales para sufragar los gastos de personal en los que incurre. Sin embargo la eficacia de esos gastos podría ser puesta en tela de juicio. Suena mal hablar de una burocracia tecnócrata?

 Durante el próximo viaje a Washington el equipo económico volverá a la carga para que se exima a la Argentina de aquellos sobrecargos. En efecto, esos valores se establecen en unos Usd 800 millones anuales que estará percibiendo el FMI para el período 2023 (hasta 2032 representan Usd 5.500 millones). Desde Washington puertas adentro son conscientes que el Stand By fue otorgado muy flojo de papeles y que ninguna de las proyecciones del repago de aquel programa resultaron asequibles desde el punto de vista de la capacidad del deudor como así tampoco desde lo procedimental velando por el estatuto del Organismo.

En el programa de Facilidades Extendidas, el FMI es asertivo pautando el déficit presupuestario como porcentaje del PBI (1.9 %) y estableciendo el porcentaje de emisión monetaria respecto el PBI (0.6%) para el año en curso. Mientras tanto el guarismo de la inflación pareciera no ser tan puntilloso. Se fijó en un valor del 60 % para 2023 y del 45 % para 2024 (con los desvíos subyacentes altamente esperables). En este sentido, siendo que las metas cuantitativas del programa son nominales, podrían plantearse varias contradicciones. Ejemplo: Metas nominales vs tasa de inflación esperada inconsistente. Así aconteció en 2022.  De este modo el Organismo convalida la nominalidad de la economía.

Pasando revista a la última revisión del programa argentino, en el apartado referido a la “Evaluación del Personal” (Staff Appraisal), el FMI insiste en que el problema radica en “... la inercia inflacionaria vinculada a indexaciones salariales…”. Pone el foco en la espiralización salarios-precios y, a continuación establece, que “… el financiamiento monetario y la brecha cambiaria tiene un papel complementario y menor…”.

Evidentemente prima cierto desconcierto en esas alocuciones/aseveraciones. No se hace un cierto diagnóstico si la inflación es de costos/demanda, no se cuantifica con niveles probabilísticos y menos aún se propone una solución concreta al Asunto. Esas proyecciones adolecen de rigurosidad técnica tal como las evaluaciones realizadas en 2018 para habilitar la asistencia Stand By a la Argentina.

Permanentemente el Organismo Multilateral refiere al alza de precios de alimentos, la guerra en Ucrania, aumento en costos de logística (shipments) , disrupciones en la cadenas de suministros como  los fenómenos recurrentes que el Staff manifiesta para explicar las causas de la inflación pero, no exclusivamente para la Argentina, sino también para todos los países miembros. ¿No será momento de que el FMI agudice su análisis ciñéndose estrictamente a Argentina, su principal deudor?

Lo que sí exige el FMI a ultranza es que existan tasas de interés positivas, sin importar su nivel ni que sea privativo de los préstamos a los agentes económicos. Tal es así que el crédito privado solamente representa el 6 % del PBI.  No puede concebirse que el FMI brinde las mismas causas de la inflación existente en El Líbano, Sri Lanka y en Argentina.

Muchos economistas sostienen que el FMI diagrama programas adecuados en escenarios inadecuados.  El próximo 10 de marzo se esperan noticias del siguiente desembolso por USD 5.347 millones.

 

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