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Las alertas se encendieron cuando varias familias no pudieron acceder a los formularios para el Censo Nacional 2022, que luego se validarían con una visita personal del censista mediante un código QR. En muchos casos, la página web del Indec daba como ya completados los datos de familias que en realidad no lo habían hecho.

Como indica la lógica, y pudo chequear Minuto de Cierre, esto se debió a un hackeo importante realizado a la base de datos del censo. El mismo fue de tal magnitud que “el director de Informática tuvo que volver de Córdoba de urgencia, convocado por (el director del organismo, Marco) Lavagna”, confirmó una fuente del Indec, una información que corroboraron dos fuentes más. 

Los dos directores del Indec, que según fuentes del organismo, tuvieron que establecer reuniones de urgencia por el hackeo, son Gabriel Serralta, a cargo del área Tecnologías de la Información y las Comunicaciones, y Patricia Gallino, de Proyectos de Desarrollo y Transformación Tecnológica. También hay quienes apuntan a Gladys Margarita Massé, la directora nacional de Estadísticas Sociales y de Población, que hace dos décadas recibió críticas por su labor en el Censo Nacional 2001.

Aunque por ahora el hackeo se mantuvo en secreto, entre los profesionales del sector ya es vox pópuli. Para el Indec es una complicación que se difunda, pues obligaría a presentar un informe en el Congreso Nacional, con la fecha de realización del censo casi encima: el próximo 18 de mayo.

 

Licitación polémica: muchos millones, pocos antecedentes, el rol del lavagnismo

 

Desde lo formal, la adjudicación del censo ya tiene algunas curiosidades. Para empezar, que fue oficializada el 24 de diciembre, cuando todos pensaban en el brindios de Nochebuena. El servicio de “impresión de cuestionarios censales, kits para censistas”, captura y entrega de datos, fue adjudicado mediante una Decisión Administrativa -la 1256/2021- de Jefatura de Gabinete. Poco más de un mes después, a través de otra decisión administrativa -la 89/2022, del 31 de enero- se decidió hacerle lugar a las firmas Kollor Press y Modoc, que conformaron KoMo Unión Transitoria y se quedaron con la licitación de $ 4.363 millones.

Esto generó las quejas de Boldt, que antes de oficializarse al ganador ya lo había impugnado. Los dos argumentos más importantes del gigante impresor son que la unión transitoria no es conformada por empresas con los antecedentes necesarios; y por otra parte que el presupuesto real ronda los $ 6.000 millones, porque en realidad los más de $ 4.300 será usados luego para pedir redeterminación de precios.

Boldt, la empresa de Antonio Tabanelli, llevó al tema al terreno judicial. Pero, con el antecedente del hackeo, revelado por este medio, avanzaría en otras líneas de acción. Según fuentes que siguen el tema de cerca, en poder de Bold estaría la información no sólo sobre quién fue el intermediario que actuó a favor de Kollor Press y Modoc, sino también qué -y cuánto- habría pedido a cambio.

De acuerdo a la información revelada a Minuto de Cierre, la clave estaría en un operador del lavagnismo -el titular del organismo es Marco Lavagna, hijo del recordado ministro de Economía- que trabaja cerca de Retiro, sobre la calle Bouchard, conocida por albergar -por ejemplo- al Luna Park. Hasta se comenta que un arrepentido brindó detalles, sobre todo de números. Si esto se confirma antes del Censo Nacional sería un papelón, que podría inclusive llevar a su suspensión.