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"Es un contexto regional muy complicado. Nuestra provincia puede decir que afrontó una de las más graves crisis de la historia con un enorme esfuerzo y con un enorme espíritu colectivo. Venimos de un año complicado y hoy la situación cambió violenta y súbitamente", sostuvo el mandatario provincial.

“No es una ola lo que está pasando, me animo a decir que es un tsunami”, diagnosticó el gobernador y advirtió: “Corremos el peligro de que se sature el sistema sanitario”. Por ello, insistió con la necesidad de aplicar “medidas duras” como única forma de evitar los contagios masivos y se mostró alineado con las decisiones tomadas por la administración nacional. “Prefiero ampliar y construir hospitales que ampliar cementerios, como ocurre cuando no aguanta el sistema sanitario”, dijo.

El mandatario bonaerense aclaró que «se van a acatar al pie de la letra en la provincia de Buenos Aires» las medidas anunciadas por el gobierno de Alberto Fernández en la noche de este miércoles, "adaptando al sistema de fases que en la provincia obedece a la situación epidemiológica", indicó.

En este sentido confirmó el regreso de la fase 3, aquella que contempla a los municipios con mayor cantidad de casos cada 100 mil habitantes y en la que se encuentran, habitualmente, los distritos del AMBA. Allí, los locales de gastronomía deberán cerrar a las 23.00, habrá prohibición de circulación de 0.00 a 06.00, pero además, se dispondrá "el cierre de comercios en general desde las 20.00 hasta las 06.00".

En el caso de la Fase 4, regirá la restricción total de circulación entre las 0.00 y las 06.00, mientras que en los municipios con menos circulación del virus, la restricción de actividades regirá de 02.00 a 06.00.