09 de Marzo de 2021 - 08:23

Corredores Viales: un presidente que comparte asados sin barbijo, un gerente que toma whisky con medialunas, refugio de randazzistas y moyanistas

Gonzalo Raico Atanasof, presidente de la empresa estatal Corredores Viales e hijo del histórico dirigente duhaldista Alfredo, difundió este fin de semana -en su perfil de Instagram- la foto de un asado con amigos, todos ellos sin barbijo. En enero, el gerente general de la empresa, Oscar Martín Valli, subió una foto suya tomando whisky con medialunas en la playa. La directora de Relaciones Institucionales viene del randazzismo, en tanto que muchos empleados fueron ubicados allí por Facundo Moyano, el hijo de Hugo. La empresa depende del Ministerio de Obras Públicas, que conduce Gabriel Katopodis.

Un asado de sábado por la noche, compartido con amigos, es una de las experiencias más gratificantes que un argentino puede tener. Sin embargo, hacerlo sin barbijo en esta época, registrarlo en foto y subirlo a redes sociales, siendo funcionario público con un sueldo importante, mientras millones de compatriotas no pueden pagar los 600 a más de 1.000 pesos que puede costar el kilo asado, ya tiene otro cariz. 

Este fue el caso de Gonzalo Raico Atanasof, presidente de Corredores Viales S.A., que el sábado a la noche subió a su Instagram las fotos que ilustran esta nota. Atanasof llegó al cargo por su antecedente en AUBASA, la gerenciadora de la Autopista La Plata-Buenos Aires, durante la gobernación de Daniel Scioli. Entre sus antecedentes políticos se registra haber trabajado políticamente con Francisco De Narváez, encabezando en 2009 la lista de la Octava Sección Electoral junto a Julio Garro, actual intendente de La Plata.

La incontinencia fotográfica en redes sociales parece una marca registrada de Corredores Viales, empresa que administra casi 10.000 kilómetros de rutas y autopistas nacionales, con un presupuesto que esta año puede superar los $ 5.000 millones. Antes del asado de Atanasof se registró un antecedente mucho más heterodoxo en lo gastronómico. El gerente general de la empresa, Oscar Martín Valli, se fotografió en la playa tomando whisky con medialunas. 

El hecho no hubiera pasado de la extraña combinación, o la ingesta de bebidas alcohólicas durante el día (un tema de la vida privada, más en vacaciones), si no fuera por dos factores. Por un lado, el que acompaña a Valli en la foto (aunque su rostro haya sido tapado) es hijo de un empresario que tiene negocios con Corredores Viales S.A. Por otra parte, en algunos documentos oficiales Valli aparece como licenciado aunque sólo tiene título secundario y no terminó su carrera de Ciencias Políticas en la Universidad de Morón.

Sobre lo primero, parece que a nadie le llamó la atención, ni siquiera al propio Atanasof. En cuanto a lo segundo, Valli se “salvó” porque en ningún documento que erróneamente lo califica de licenciado aparece su firma. Más allá de todo, la actitud del ministro del área, Gabriel Katopodis, fue averiguar este último pero cuidando a Valli. 

Las vinculaciones políticas de Valli llegan a Diego Bossio, el primer diputado que en 2016, tras ser electo en la lista del kirchnerismo, pasó a otra fuerza política. Valli hizo carrera política vinculado a Leonardo Zara, uno de los principales delfines de Equipos de Gestión Económica y Social (EGES), la consultora de Mauricio “El Chuequito” Mazzón, hijo de Juan Carlos “Chueco” Mazzón, ya fallecido. 

 

Randazzismo y moyanismo

 

Corredores Viales S.A. fue una creación del entonces todopoderoso ministro de Transporte, Guillermo “Guillo” Dietrich, en octubre del 2017, a partir del decreto 794. Allí se apunta que la empresa se lanzó para “la construcción, mejora, reparación, conservación, promoción, ampliación, remodelación, operación, financiación, administración, explotación y prestación de servicios al usuario, en trazas, rutas, autopistas, accesos, corredores y cualquier otra red vial de jurisdicción nacional”, de acuerdo al propio decreto de su creación.

Durante el gobierno de Alberto Fernández la empresa estatal sumó kilómetros de ruta (ya tiene cerca de 9.000, casi un cuarto de los 40.000 existentes en todo el país), empleados (pasó de 1.700 a 3.100) y presupuesto. En 2020, hasta el tercer trimestre incluido había ejecutado $1.037,4 millones. Mientras que, a fines del año pasado, en el Presupuesto del 2021 le asignaron una ambiciosa ampliación de $3.287 millones. Ello, sumado a lo que se votó en la Ley de Leyes, y posibles actualizaciones, arroja un presupuesto estimado de $5.000 millones para este año.

Esto la transformó en un lugar apetecible para que sectores políticos ubiquen a su personal. Un ejemplo de ello es María Eugenia “Maru” Zamarreño, actual gerente de Relaciones Institucionales de la empresa. Zamarreño es licenciada en Ciencias Políticas, pasó por la Defensoría del Pueblo de la Provincia de Buenos Aires, y afirma orgullosamente -a quien la consulta- que trabajó con Florencio Randazzo, el ex ministro de Transporte que la semana pasada terminó de romper políticamente con la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner, tras acusarla de hacer política como un “proyecto familiar”. 

Por otra parte, traspaso de empleados de corredores viales que eran privados mediante, muchos empleados vinculados a Facundo Moyano también están dentro de esta empresa estatal. El más joven del clan de sindicalistas, diputado nacional por el Frente de Todos, también ubicó a allí a su gente, tras haber nacido a la dirigencia como secretario general del gremio de los peajes. 

 

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