Experta ART en Río Turbio: del amigo y compañero de paddle de Macri, al contador de Aníbal Fernández que Cristina Kirchner nunca quiso
Con Gerardo Werthein en “fuga” del Comité Olímpico Argentino (COA), su ART sigue firme en Yacimientos Carboníferos Río Turbio (YCRT), como si la deficitaria empresa estatal siguiera administrada por el macrismo. Quién es Lucas Gaincerain, el contador de Aníbal Fernández que nunca le gustó a Cristina Kirchner.
A los efectos prácticos, en Yacimientos Carboníferos Río Turbio (YCRT) parece que sigue gobernando el macrismo. Antes la línea política era el senador radical santacruceño Eduardo Costa, su mano derecha Omar Zeidán como interventor y Sergio Lumachi como coordinador general (en los hechos, el que administra la empresa).
Nada cambió durante la presidencia de Alberto Fernández, con la presencia del ex jefe de Gabinete, Aníbal Fernández, en su rol de interventor, y Lucas “El Colorado” Gaincerain haciendo lo que antes realizaba Lumachi. Con una diferencia esencial. YCRT pasará de ser una caja raquítica, con un presupuesto que de $ 1.530 millones en 2016 y $ 870 millones durante el 2019, a manejar casi $ 8.000 millones durante el año próximo, de acuerdo a la media sanción que ya obtuvo el Presupuesto 2021.
Hace poco, Gaincerain brindó una entrevista a la FM Tiempo, de Río Turbio, declarando que “cuando llegamos a la empresa el problema era que no teníamos elementos de seguridad, elementos de protección de personas, pero ahora están disponibles y queremos empezar a trabajar”. Todas fallas atribuibles a la ART, pero aunque a Experta se le vence el contrato este mes de noviembre, parece que lo van a prorrogar un año más, opción que permite la licitación ganada en 2017, aunque ello no es obligatorio.
Con el cambio de Gobierno, los ciudadanos de Río Turbio (en un pueblo que existe por la mina y la usina) se ilusionaron con un impulso hacia la transparencia. Sin embargo, el perfil mediático de Aníbal Fernández no llegó a los números ni a los contratos de YCRT en los últimos cuatro años, durante los cuales se sucedieron una firma proveedora de indumentaria laboral vinculada a Lumachi, el pago del alquiler en un country bonaerense para Omar Zeidán, sueldos altos para algunos de sus amigos y amigas (como la hermana de Mariana Zuvic, denunciante serial del kirchnerismo y ex esposa de Costa), y en general gasto de dinero para una empresa que nunca funcionó.
Experta: cobrar por un servicio que no prestó
El caso más flagrante de la lógica macrista, que no cambió con la gestión de Aníbal Fernández, es de la ART Experta, perteneciente al Grupo Werthein. En los hechos, esta aseguradora, cuyo presidente hoy es Daniel Werthein, cobró más de $ 20 millones mensuales -tal como se estipuló en la licitación que ganó en 2017- por un servicio que no prestó.
Por la resolución 17/2018 de la Superintendencia de Seguros de la Nación del 2017, que pareció hecha a medida, en la actividad “explotación de minas y canteras” la prima de riesgo (cobrada sobre cada salario) se elevó al 11,729%, cuando Experta había ganado la licitación (a fines del 2017) ofertando 11,1%. Lo más llamativo es que, en el caso de Río Turbio, la ART de los Werthein cobraba todos los meses por supervisar y controlar la seguridad laboral de trabajadores que no bajaban a las minas. Además, por el trazo grueso de la Resolución 2017/2018 de la SSN, la ART cobraba la misma cifra por un minero (aunque no ejerciera de tal) que por un empleado administrativo, cuyo riesgo laboral es infinitamente menor.
Un acuerdo vigente: de Lumachi al resistido Gaincerain
Hasta el año pasado, el acuerdo entre Experta y la administración de Río Turbio se perfeccionaba (o efectivizaba) cada mes entre Ignacio “Nacho” Amui y Sergio Lumachi. Amui, que además es tesorero de River Plate, es un “cardenal”, como se llama a los que estudiaron en el Colegio Cardenal Newman.
Allí, al igual que Nicolás “Nicky” Caputo, fue compañero de Mauricio Macri, y desarrolló con el ex presidente una amistad que continúa hasta hoy. Amui, además, iba todas las semanas a jugar al paddle con el entonces primer mandatario. Era el gerente comercial de Experta, y como tal se encontraba todos los meses con Lumachi, el hombre de confaizna de Zeidán, que a su vez le responde a Costa.
Amui y Zeidán no tienen una amistad de años. Pero supieron llevarse bien en un marco de conveniencias mutuas y millones de razones mensuales para que todos estén felices. Experta ART cobraba, y los directivos de Río Turbio estaban contentos, aunque en los hechos no prestaba ningún servicio.
En la actualidad, el rol de Lumachi es desempeñado por José Lucas Gaincerain, alias “El Colorado”, a quien todos conocen por su apodo o segundo nombre. Gaincerain es el histórico mano derecha de Aníbal Fernández, a quien acompañó en Ministerio del Interior, Jefatura de Gabinete y otros destinos. Por ejemplo, en la firma Biotransgen S.R.L., que declaró ante la AFIP la actividad de “servicios de alojamiento en hoteles, hosterías y residencias similares” y en la cual trabaja un hijo del actual interventor de Río Turbio.
En 2016, el estudio contable de “El Colorado” fue allanado por una causa originada en la novela “Mamá Corazón”, el sonado escándalo de Andrea del Boca con el Ministerio de Planificación Federal. Una semblanza del “amigo de la política” de Aníbal Fernández (así lo definió el interventor de Río Turbio) puede encontrarse en: https://www.expedientepolitico.com.ar/quien-es-el-amigo-de-anibal-fernandez-allanado-por-la-novela-de-del-boca/.
Gaincerain, que nunca contó con la simpatía de Cristina Fernández de Kirchner, hace poco sinceró la situación de YCRT mediante una entrevista a la FM Tiempo, de Río Turbio. Allí declaró que la empresa “no trabaja hace un año, no produce recursos propios, vive 99% de los ingresos que dependen del Ministerio de Economía”. Para el año próximo, ya con un presupuesto importante, YCRT tiene que “empezar a producir y los problemas” que tiene, según declaró Gaincerain.
Leyenda urbana, pero dañina
En la primera mitad del año, lo que comenzó como un rumor se transformó en un puñado de notas periodísticas. Según se comentó y publicó, el grupo Werthein, a través de una especie de cueva financiera, derivada de lo que supo ser el área de inversiones privadas del Banco Mercantil Argentino, dejó sin cobrar a una importante cantidad de inversores, por 200 a 800 millones de dólares, según la versión que se escuche.
Entre los supuestos damnificados se hablaba de Adelmo Gabbi, el ex presidente de la Bolsa de Comercio de Buenos Aires. De acuerdo a esta historia, como los depositantes habían confiado en la familia Werthein dinero no declarado al Fisco argentino, se buscaban acuerdos extrajudiciales, y nadie intentaría una acción legal.
Cuando el tema empezó a crecer mediáticamente, en julio el Grupo Werthein sacó un comunicado en el cual se decía que estaba “siendo atacado con información falsa en un sector de la prensa y en redes sociales. Se trata de una campaña de desprestigio por intereses desconocidos de personas o entes que no revelan su identidad y amparándose en el anonimato dan datos falsos”.
El comunicado no tenía membrete ni firma, pero entre las amistades y la pauta publicitaria que los W tienen en medios de comunicación, tuvo amplia difusión, y cumplió el objetivo de cortar las publicaciones sobre un tema que parece más leyenda urbana que realidad. O que, aunque el caso fuera opuesto, nadie se atreverá a denunciar.
Sin embargo, el daño estaba hecho. La sorpresiva renuncia de Gerardo Werthein al Comité Olímpico Argentino (COA), en realidad bajándose de la reelección, sería consecuencia de lo anterior, aunque públicamente se esgriman otras razones. Gerardo, cabeza del grupo Werthein, hizo crecer al deporte olímpico argentino.
Aunque lo hizo mediante un impuesto del 1% sobre la facturación de telefonía celular, cuando él era dueño de una empresa del rubro (Personal), la formación de atletas olímpicos y algunos resultados en competiciones internacionales se deben, en parte, a la gestión de “Gery” (“Shery”, como le dicen sus amigos) en el COA. El más conocido de los Werthein soñó al COA como un primer paso hacia su carrera política y un destino de prohombre de la Patria.
Con casi 70 años, asumió que lograrlo será difícil, y hasta comentan que está viviendo fuera del país. Sin embargo, como buen hombre de negocios, trata que sus empresas sigan vigentes y prosperando. Como el caso de la ART Experta, con su contrato en Río Turbio y una pauta publicitaria (sobre todo en el fútbol) que parece exenta de racionalidad comercial.
NOTAS RELACIONADAS