15 de Junio de 2019 - 10:38

Puma cerró una de sus plantas en La Rioja y despidió a 140 trabajadores

La conocida marca deportiva Puma continúa con su fuerte proceso de achique en la Argentina y cerró su segunda planta en la provincia de La Rioja en menos de dos años. En marzo de 2017, bajó la persiana de la fábrica de Sanagasta y dejó sin trabajo a 100 empleados y ahora le tocó el turno a la planta de Chilecito, en la que despidió a 40 trabajadores. Le quedan dos plantas en La Rioja Capital y otra muy reducida en Chamical

Puma emitió un comunicado en el que bautizó al ajuste como «eficientización productiva». En el texto, relata que cerró la planta de Chilecito por los cambios tecnológicos en la producción de capellada y para garantizar la continuidad del negocio y asegurar los puestos de trabajo de 800 personas. Resalta que es la única marca deportiva que integra la producción y comercialización en sus 30 tiendas.

La marcha atrás comenzó a fines de diciembre de 2016, cuando cerró la pyme argentina Herzo de San Luis y despidió a 200 trabajadores, luego de proveer a Puma durante casi treinta años. El apoderado de Herzo, Marcelo Iglesias, dijo en el momento del cierre que «la situación del mercado argentino nos llevó a discontinuar la actividad. No podemos competir con los productos importados que comenzaron a entrar al país desde fin de 2015″.

En marzo del 2017, Puma -operada por Unisol-, cerró la planta de Sanagasta y comenzó un ajuste que incluyó treinta despidos en la planta de la capital riojana y cuarenta en Chilecito. Saúl Carrizo, secretario general de la Unión de Trabajadores de la Industria del Calzado en La Rioja, explicó a los medios que »Puma llegó a tener 980 trabajadores en la provincia, pero hace dos años empezó a despedir y cerrar plantas. Hoy son menos de 460. En Chamical eran 200 y quedan 80 trabajadores».

El secretario general del sindicato del calzado riojano explicó que «la entrada de producto importado mató a la industria nacional. Antes el 80% de lo que vendía Puma se producía en el país, ahora apenas llega al 10%. Irrisoriamente, a pesar del alto precio del dólar la importación sigue siendo más oportuna que la producción local”.

 

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