Paraíso del contrabando: Una prueba judicial complica al puerto y Aduana de Campana
Un jefe aduanero que no controla, una Prefectura Naval que simula hacer inteligencia pero consagra la vista gorda, un contrabando de armas que destapó la olla, y un polémico audio que le hicieron llegar al juez que lleva la causa. "Un chico que me responde se lleva 40 lucas verdes por mes", se escucha. Todo ello en la Aduana de Campana, donde está uno de los puertos más grandes del país.
El contrabando de 100 armas de alto calibre, junto a proyectiles y un variado arsenal de guerra, fue la gota que derramó el vaso en la Aduana de Campana. La misma que no detectó el contrabando de camionetas Ford a Chile, o un embarque millonario de cocaína a Brasil, todo en los últimos meses.
A partir del hallazgo, realizado en conjunto por Gendarmería Nacional, la Aduana, la Agencia Federal de Inteligencia (AFI, ex SIDE) y el organismo estadounidense Homeland Security, no sólo comenzó a moverse la causa judicial que tramita en el juzgado penal económico de Pablo Yadarola; sino que además el titular de la Aduana, Diego Dávila, consolidó su idea de armar un área de contrainteligencia en el organismo, que carece de la misma. Con el Puerto de Campana como uno de los puntos más sensibles, tal como explicó este medio en una nota anterior: http://www.minutodecierre.com/nota/2018-11-2-15-14-0-la-aduana-de-campana-el-punto-ciego-del-contrabando-de-armas-detectado-por-inteligencia-y-gendarmeria-nacional
El viernes de la semana pasada le acercaron al juez Yadarola una prueba que él juzgará como oportuna o no, pero que arroja datos fácilmente confirmables. El empleado de un despachante, cansado del pedido de coimas para mover despachos que están "dormidos", grabó a una empleada de la Aduana del lugar advirtiendo al jefe de la misma -Gerardo Esquivel- sobre los problemas que hay allí.
Minuto de Cierre accedió en exclusiva a este material. Allí, el testimonio de la empleada realiza las siguientes acusaciones:
-Apunta que un guarda encargado del Correo (su nombre sería Fabio Olivieri) es el responsable del tráfico ilegal de mercaderías. Vale recordar que el contrabando de armas fue a nombre de dos personas -Sergio Alanis y Michael Núñez- que antes recibieron 40 envíos similares, y que todos ellos pasaron por el centro de logística que el Correo Argentino tiene en Monte Grande sin que se detectara nada anormal, como tampoco ocurrió con el cargamento secuestrado.
-Sobre Olivieri y los controles, en el audio se apunta que “los canas son terribles, y también hay varios de Inteligencia que quieren mosca. Nunca se para nada, y cuando hay bagayo (mercadería electrónica de contrabando) ellos están contentos”.
-“Yo le dije a Fabio -continúa el relato- que los del Correo también tienen que estar aceitados. Yo dejaba hacer, y hasta los “pata negra” (así llaman los aduaneros a la Policía Bonaerense) estaban contentos. Pero me asusté con el importe que me trajeron un mes. Dije, a la puta …”.
-“Yo le mandé a los primeros clientes, estaban trayendo artículos de China. El chico que me responde me dijo que se cobra un porcentaje del valor estimado de lo que entra. Pero cuando ví que estaba sacando 40 lucas (en dólares) por mes me asusté”.
Las cuatro patas: Aduana, Prefectura, Policía Bonaerense y el Correo
El audio acercado al juez Yadarola confirma lo que se sabe en la sede central de la Aduana, aunque por ahora no había tantas precisiones: los que se benefician con el tráfico ilegal de mercaderías son agentes de la Aduana de ese puerto clave, de la Prefectura Naval Argentina, del Correo y de la Policía Bonaerense. El descubrimiento del arsenal de armas lo evidencia. Fue detectado por Gendarmería, la AFI, aduaneros que no trabajan en Campana y una Homeland Securitie. Es decir, los que no participan del negocio ilegal en ese puerto bonaerense.
¿El juez ya sospecha de la complicidad de miembros de la Prefectura con el contrabando en Campana? Posiblemente, porque eligió delegar el operativo en otras fuerzas de seguridad, una potestad de los magistrados ante cada actuación judicial.
En Campana, las tareas de Inteligencia son desarrolladas por la Prefectura, por lo que se ve con resultados contrarios a los ideales. Además, se trata de un destacamento que ya registra varios antecedentes negativos. Del servicio de Inteligencia de la Prefectura provenía Gorgonio Alcides Díaz, el prefecto que robó en el domicilio particular del diputado Sergio Massa en 2013, entrando al mismo con una barrera. Dos años después, Díaz fue condenado por ese hecho a 18 años de prisión.
En las manos de la Prefectura que integraba Díaz está todo el Puerto de Campana, con los malos resultados a la vista. De modo contrario, la Aduana no tiene por ahora una Inteligencia propia; y la AFI, que tiene agentes distribuidos por todo el país, ni siquiera tiene una delegación en Zárate, la ciudad más próxima a Campana, ni en el puerto de esta última.
A partir de la causa judicial que lleva el juez Yadarola, se podrá desmontar todo un mecanismo de corrupción existente en el puerto de Campana. Para evitar que otro nuevo se arme para reemplazarlo, habrá que acudir a fuerzas y agentes distintos de los que hoy manejan las cosas. Más trabajo para Diego Dávila, como si el titular de la Aduana no tuviera suficientes desafíos por delante.
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