28 de Junio de 2017 - 23:36

Levy prestó u$s130.000 a Marcela Paz, esposa de su ex socio "oculto" Pablo Rubio

El procesado Levy le habría prestado 130.000 dólares a la esposa de su ex socio. Pero la operación podría ser una forma de sortear el recordado “cepo cambiario”, con dinero de origen ilícito, y con probada evasión fiscal. Todo ello, según el fallo del juez Marcelo Aguinsky.

La saga de Juan José Levy y Laboratorios ESME, la pelea con sus hermanos, y los negocios que siguen haciendo a pesar estar imputados y embargados, parece recién haberse iniciado, quedándole muchos capítulos y nombres por descubrir. Ello surge de la propia lectura del auto de procesamiento que dictó el juez en lo Penal Económico 6, Marcelo Aguinsky.

Allí, por ejemplo, se cuenta que a través de una de las sociedades que manejaba –Frolem Corporation-, Levy le prestó 130.000 dólares a Marcela Carolina Paz, quien a su vez no los declaró ante la AFIP, incurriendo por ello en evasión fiscal. Paz es la esposa de Pablo Rubio, el ex "socio oculto de Levy" -según fuentes cercanas- que resulta su contractara, y cuya foto ilustra esta nota. Rubio no enfrenta graves problemas judiciales; se “acomodó” a los nuevos tiempos políticos, dicen que por su amistad con la vicepresidenta Gabriela Michetti; hace negocios con Novatech –su empresa de tecnología- y explora una alianza con Hewlett-Packard.

Si el juez Aguinsky decidiera extender su investigación sobre los negocios que hicieron muchos empresarios mediante el fideicomiso con Venezuela, Rubio estaría entre los principales apuntados. Como también Roberto Vignati, otro empresario de rápido crecimiento, a quien la hija de Hugo Chávez –Gabriela- llamaba “mi hermano argentino”, y que en pocos años se transformó en dueño del Hotel Park Hyatt Casino de Mendoza, el portal informativo Rosario Plus y Grupo Gens.

En el caso del matrimonio Paz-Rubio, este último terminó peleado con Levy, incluyendo sospechas sobre una cuenta de u$s 155 millones –nada menos- que habría sido conjunta y finalmente pasó a manejar Rubio, según investigaciones desarrolladas en PDVSA. Antes de eso, cuando eran socios, Levy le prestó 130.000 dólares a Paz, la esposa de Rubio.

Según el fallo judicial de Aguinsky, Frolem Corporation, representada por Miguel Álvaro Romero (uno de los ocho procesados y embargados), “suscribió dos contratos de mutuo con Marcela Carolina Paz, por un total de U$S 80.000 y U$S50.000 en efectivo, respectivamente, para invertir en el mercado de bienes raíces de Argentina”. Este dato, que surge de la documentación secuestrada en un allanamiento, cruzado con la información de la AFIP, revela que Paz incurrió en evasión fiscal: “Pese a su presunto carácter de acreedora de un total de U$S130.000 en razón de los referidos contratos de mutuo, en la declaración de impuestos sobre los bienes personales ante AFIP de María Carolina PAZ por el período fiscal 2012 no se registran créditos en el país”.

En el propio fallo se desconfía de la transparencia de esta operación, pues “para el caso del mutuo suscripto entre Frolem Corporation y Marcela Carolina Paz, resulta sumamente difícil suponer que alguien prestaría tamaña porción de su capital total (U$S 130.000) en calidad de préstamo personal y mayor es la sorpresa si se toma en cuenta que PAZ habría renunciado al pago de los intereses debidos por uno de los mutuos”.

Julio César Barlocco, hombre clave de Levy y ESME, también procesado, apuntó ante el juez que el contrato mutuo entre Frolem y Paz “fue la inversión de ahorros de ésta última, para obtener una renta periódica y el uso de efectivo. También alegó que el contrato fue en efectivo en razón de las restricciones vigentes a la fecha respecto de operaciones en moneda extranjera. El imputado, en su descargo, alegó que erradamente la fiscalía sospecha que la operación de compraventa del inmueble de Puerto Madero fue efectuada con fondos de origen ilícito”.

Es decir, según Barlocco, Paz simuló un préstamo, a tal punto que renunció al cobro de intereses; lo hizo para sortear el recordado “cepo cambiario”; y podría ser dinero ilícito que la ayudó a comprar una vivienda en Puerto Madero, barrio en el cual moran actualmente ella y su marido Pablo Rubio.

Como se nota en el caso de Paz, la causa que llevan adelante Aguinsky y la fiscal María Luz Rivas Diez, dos magistrados de prestigio y no influenciables, está resultando una Caja de Pandora. Sólo el tiempo dirá hasta dónde se abre, y qué nombres nuevos aparecen en ella.

 

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