Por Marco Esdras
La malla dolarizada “taylorizada” para el caso argentino fue interpretada como una intromisión en el Sistema de la Reserva Federal. No se descartan presentaciones federales en Manhattan al respecto. The Wall Street Journal (WSJ) a través de su columnista Mary Anastasia O’Grady ayer en su nota resaltó dos aspectos: “La dolarización está descartada y el régimen monetario es discrecional y no transparente”. Argentina tiene serios conflictos de Gobernanza y hasta el propio BIS (Bank for International Settlements) dio cuenta de ello a través de un documento privado distribuido en Zúrich la semana pasada.
En esa línea es que el Gobierno se “atragantó con el Sapo de la dolarización” de Trump. Haber quitado poder a Santiago Caputo es un error político que le comienza a detraer crédito al Gobierno. Javier Milei se bajó del viaje a Washington DC y Scott Bessent ha descartado por completo regresar a Buenos Aires. Simulando un duelo de taitas, los estadistas toman una prudente distancia, esperando cicatricen heridas en la FED y el equipo económico argentino avanza usufructuando un contexto de calma postelectoral.
El Gobierno tiene todo cerrado en materia de programa financiero. Privatizaciones, rentas del swap del oro con el BIS más Us Treasury que lo aproximarían bastante a cumplir con creces los compromisos de capital e intereses que vencen en enero en concepto de Bonares y Globales. Ayer ya dio muestras de su solvencia honrando los pagos correspondientes a Bopreales. Sin embargo, la ventana de 5 bancos de inversión de Wall Street es una persiana que no se permite bajar hasta que reúna la totalidad de divisas que le insume el programa financiero. En paralelo, juegan a favor repatriaciones de fondos off shore (mucho de ellos provenientes de Islas Vírgenes Británicas a raíz de una nueva ley de Compliance en vigencia desde el 30 de noviembre).
En el interín, el Gobierno gana tiempo con la espera de la comprensión de la prima de riesgo país lo que redundaría en un costo financiero más bajo. Por ejemplo, el Banco Nación resolvió posdatar su colocación de ON para marzo/abril de 2026. Y la misma conducta asumirían otras reparticiones que están facultadas a salir al mercado de capitales, aunque las Provincias de Santa Fe y Neuquén están en Wall Street tomando deuda esta misma semana (juntamente con la firma “Vista” de Galuccio). Informes de research de Morgan Stanley y Goldman Sachs, dan cuenta que durante enero y febrero de 2026 podrán resolverse cuestiones que estuvieron entumecidas durante todo 2024 y 2025.
“Argentina volverá a los verdaderos mercados voluntarios internacionales a tomar deuda en abril de 2026”, sin margen de error, así lo manifestaba el copete de uno de los acápites de informe de Mercado de Capitales al que accedió Minuto de Cierre. El estruendo de Bessent en Argentina y su interna con la Fed paralizaron las aspas de los molinos de un FMI receptivo y timorato.
El FMI baraja y reparte cartas otra vez
Al respecto y en estricto off, eximios economistas del FMI quienes funcionan como los verdaderos observadores del programa en curso, dan cuenta del escozor que genera en el seno del staff el incumplimiento más controvertido del gobierno argentino: el agregado monetario M2 no remunerado (los bancos comenzaron a remunerar cada vez más saldos y estos agregados escaparon al alcance de la métrica de la “Performance Criterio” del programa). El incumplimiento de la meta de acumulación de reservas netas ya estaba descontado. Al respecto, el FMI por pedido expreso del Departamento del Tesoro de los EE. UU reformularía por completo el programa argentino a través de reuniones ya iniciadas por zoom y que se completarían con viajes a Washington DC en el mes de diciembre.
El Gobierno tiene la pretensión y va a pugnar por fijar el valor del dólar en torno a $ 1.500 todo el año 2026 (más allá que hoy el equilibrio estaría en los $ 1.700). Como respaldo cuenta con una proyección de privatizaciones en el orden de Usd 40.000 millones. En paralelo, planchará las tasas en pesos y en dólares. Se espera un brote inflacionario alto en diciembre en términos relativos, pero más que será atemperado en el primer semestre de 2026 (hasta quizás algún mes con deflación).
En la calle no falta quien recita una conclusión preocupante: “Hoy el dólar blue es el termómetro de la existencia de una dantesca recesión en Argentina. A pesar de la mencionada alocución, se espera un diciembre muy tranquilo en las calles porteñas. En el interior del país, el panorama es diametralmente opuesto y altamente probable que el “Efecto Santilli” se diluya prontamente.
Para cerrar el capítulo del FMI, el Organismo no quiere vulnerar una circular interna reservada que permite conceder hasta 2 waivers consecutivos por incumplimiento en acumulación de reservas. Si, en cambio puede estirar el "siga, siga" por la existencia de tipo de cambio múltiples (aquí regirían las previsiones en la órbita del artículo 8 de su Estatuto. (“regido por el Artículo VIII, Sección 3 del Convenio Constitutivo del Fondo Monetario Internacional. Este estatuto generalmente prohíbe a los miembros participar en tales prácticas sin la aprobación del FMI”).
Base Monetaria Clavada en $ 40 Billones y tobogán del dólar
La economía argentina acelera un proceso de apertura económica y reedita un fenómeno que puso en práctica Macri en 2017. Veremos la resistencia de las Pymes y su competitividad frente al ingreso irrestricto de mercadería importada. En los próximos días desde los EE. UU se publicitarán aspectos polémicos del “Acuerdo de Libre Comercio”. La atención deberá centrarse en la victoria de los laboratorios estadounidenses, las regulaciones de las semillas y sus royalties y el la multiplicación por 4 en compra de carnes bovina que llevará adelante el país del Norte.
Para cerrar, entonces, es importante poner en valor los discursos unificados de Santiago Bausili y de Luis Caputo quienes prefieren argüir que sigue el déficit por Cuenta Corriente. Todos los influjos de divisas se obtendrán por el lado de la Cuenta Capital. En noviembre hubo una colocación de Obligaciones Negociables del orden de los Usd. 5000 millones más negociaciones de utilización efectiva del swap con el Tesoro de EE. UU y Repo con bancos, todo ello en pleno desarrollo en la plaza extranjera.
Además, hay que dimensionar el fenómeno de que el Tesoro no compra dólares para que no suba el tipo de cambio. Y si lo hace, lo lleva a cabo en bloques sin tocar las cotizaciones del MULC.
Priorizar la remonetización de la economía en dólares: es el verdadero leitmotiv de los comandantes de la política monetaria: Congelar la base monetaria en el orden de los $ 40 billones. En ese guarismo está clavada hace 6 meses lo que implica una reducción de los saldos reales de la economía y cierta correlación/explicación de las razones de un dólar que tiende a la baja. Por otro lado, existe una oferta monetaria reducida por las precauciones que deben adoptar los bancos reduciendo límites crediticios frente al creciente grado de incobrabilidad.