12 de Marzo de 2024 - 10:38

El ex Ministerio de Educación despidió a 500 educadores con formación académica y sueldos bajos, tras una orden de Economía

Con una asombrosa pasividad de los gremios, y por orden directa del Ministerio de Economía, la actual Secretaría de Educación despidió a 500 profesionales que tenían contrato a término. El argumento fue la baja presencialidad, cuando no había firmado la misma y les pagaban alrededor de 300.000 a educadores con estudios superiores a la carrera de grado. Ni siquiera fueron notificados formalmente. 

El presidente se aumentó el sueldo casi 50%, una medida que hizo extensiva a la vicepresidente, ministros, secretarios y subsecretarios del Gobierno Nacional. Aunque tras el escándalo público anuló el decreto correspondiente. El hermano del vocero Manuel Adorni cobra $ 2,6 millones como asesor del Ministerio de Defensa. La militante libertaria Geraldine Calvella se lleva más de $ 2,7 millones como directora del Registro Nacional de las Personas (RENAPER), aunque sólo tiene 23 años y escasa experiencia laboral.

Mientras todo ello ocurre, entre otros nombramientos que muy pronto se conocerán, la Secretaría de Educación (ex ministerio), conducida por Carlos Horacio Torrendell despidió a 500 profesionales con formación de carreras de grado, posgrados e inclusive maestrías. Estos revistaban en distintas áreas, desde el Instituto Nacional de Formación Docente hasta direcciones nacionales como Educación Inicial, Primaria o Secundaria. A pesar de su alta formación, en muchos casos este personal cobraba alrededor de 300.000 pesos, y en algunos casos menos.

Se trata de profesionales que estaban contratados hasta diciembre del 2023. Tras la finalización de esos vínculos, los mismos se prorrogaron durante enero y febrero, con los mismos salarios; pero en marzo ya se los dio de baja. Además se considera una sobreactuación de Torrendell y su gente, pues en otras áreas del Estado los contratos se prorrogaron hasta marzo inclusive. "La orden nos llegó directa desde Economía, y fue contra los que no registraban presencialidad durante 5 días a la semana", admite una fuente de Educación. Sin embargo, no cuenta que en ninguno de los contratos firmados, y menos por esos valores, se les exigía presencialidad plena a esos educadores, que trabajaban home office con presentación de trabajos como certificación de sus servicios profesionales.

 

Un secretario de Estado y gremios tímidos (o timoratos)

 

Para quienes conocen a Carlos "Charly" Torrendell, el actual secretario de Educación, sorpresivamente no alza la voz contra medidas contrarias a su historia académica y hasta de vida. El destacado profesor de la Universidad Católica Argentina (UCA) es un especialista en educación inclusiva, y siempre mostró compromiso social. Sin embargo, aunque él pidió expresamente a la Casa Rosada que las paritarias docentes se abran en diciembre, sólo se hizo a fin de febrero y convalidando una pérdida contra la inflación.

Tampoco responde a la filosofía e historia de vida de Torrendell el cierre intempestivo del portal Educar (www.educ.ar), una formidable herramienta de formación en línea. Ni dijo palabra -aunque sea en privado- sobre el despido de 500 profesionales, muchos de ellos con amplia experiencia y formación. En varias ocasiones se habló de la potencial renuncia de Torrendell, que en los hechos nunca se dio.

Por otra parte, también sorprendió a los despedidos la actitud de los dos gremios estatales macro, Asociación de Trabajadores del Estado (ATE) y Unión del Personal Civil de la Nación (UPCN). Se supone que el primero es más combativo que el conducido por Andrés "El Centauro" Rodríguez, pero en este caso no se dio. "Los de UPCN nos decía que hablemos con ATE, y viceversa. Un cuento de la buena pipa obviamente coordinado", apuntó uno de los despedidos.

Además, a contramano del manual de defensa sindical, les indicaban a los trabajadores que negocien uno a uno. Como si se tratara de situaciones particulares. En los primeros días de marzo, tras las maniobras distractivas de los gremios, la mayoría de esos 500 trabajadores pasó por el Palacio Pizzurno, histórica sede de Educación, a retirar sus pertenencias. No parece haber vuelta atrás.  

 

 

 

 

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