El peligro de generar una hiperinflación que le estalle al próximo gobierno: ¿A Milei, a Bullrich o a Massa?
Por Carlos Arbía
Mas allá de las medidas de expansión del gasto público y festival de emisión de pesos que pueda seguir lanzando en los próximos días el ministro de Economía y candidato presidencial de Unión por la Patria (UxP), Sergio Massa, la dinámica de la suba de la inflación y de algunos precios como alimentos, bebidas, artículos de limpieza, medicamentos y servicios, la evidencia indica que luego de la devaluación del 22 por ciento del 14 de agosto el gobierno perdió el ancla para tratar de estabilizar algunas variables económicas.
Lo que se observó en estos más de 30 días que transcurrieron luego de las PASO es que el proceso de pass trought -que implica el pasaje de la devaluación a los precios de la economía- fue casi inmediato pese a los controles de precios a través de los Programas de Precios Cuidados y Precios Justos que rigen en la actualidad.
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Contextos similares: el recuerdo del Plan Primavera más cerca que nunca

El peligro es que el Gobierno está lanzando una serie de medidas de expansión del gasto público y aumento de la emisión monetaria del Banco Central de la República Argentina (BCRA) en un contexto muy similar al del Plan Primavera de agosto de 1988, que terminó en la primera hiperinflación de julio de 1989.
El fin del Plan Primavera marcó el principio del fin de un modelo económico con muchas similitudes al actual:
- Un alto déficit fiscal por la renovación de la deuda pública a tasas de interés impagables.
- Un elevado déficit cuasifiscal del BCRA por los altos intereses que debe pagar para renovar la deuda que generan las Leliq. En aquel entonces se llamaban Ledol, Barra, Tacam etc.
- Una descontrolada emisión monetaria para financiar ese déficit fiscal.
- Un mercado cambiario restringido con por lo menos 10 tipos de cambios diferenciales y con una brecha cambiaria que llegaba al 80% más baja que el 105% actual.
- Una inflación desbordada por el aumento de la emisión monetaria para financiar deficit fiscal.
- Diversos controles de precios sobre los alimentos y bebidas para frenar la suba de la inflación.
- Tarifas de servicios públicos retrasadas pero con la diferencia que, en ese entonces, las empresas de Luz, Gas, Agua,Teléfonos eran estatales.
- Un elevado endeudamiento con organismos financieros internacionales en particular con el FMI que en ese momento le pedía al gobierno que devaluara y recompusiera la situación de las reservas internacionales como en la actualidad.
El plan introdujo cambios en el régimen cambiario y en las tasas de interés pero no se corrigieron los desequilibrios fiscal y externo. Las principales consecuencias del plan fueron:
- Los precios, que en enero del 89 se habían incrementado en un 9%, en mayo treparon hasta el 80%. La cotización del dólar se multiplicó ocho veces.
- El mercado cambiario empezó a descontrolarse por los múltiples feriados bancarios y cambiarios.
- Se producían remarcaciones de precios a diario y había desabastecimiento de varios productos en los almacenes.
En febrero de 1989, en medio de un clima de ebullición política y social, el gobierno dispuso una devaluación de la moneda. El valor del dólar oficial subió un 25% y el mercado empezó a descontrolarse. En medio de sucesivos feriados bancarios, el público minorista retiraba masivamente sus depósitos para comprar dólares y en marzo su valor llegó a los 35 australes.
Esta situación provocó la renuncia del ministro de Economia Juan Vital Sourrouille y asumió Juan Carlos Pugliese, que poco después le cedió su puesto a Jesús Rodríguez. A la semana, el dólar llegó a los 50 australes y luego, en el marco de un mercado cambiario libre y único, pasó a costar 90 australes.
El mayor índice de inflación de la historia argentina: 78,5% mensual
El índice de precios al consumidor, que mostraba en enero de 1989 un incremento del 8,9% mensual, pasó al 33,4% en el mes de abril, con un acumulado hasta ese mes del 86,2% en el mismo año 1989. Luego, en mayo, se registraba el que por entonces era el mayor índice de inflación de la historia argentina, con un 78,5% mensual, lo que técnicamente constituía una situación de hiperinflación.
Después de esas elecciones presidenciales del 14 de mayo de 1989 se sucedió una ola de saqueos motivada por la hiperinflación, la pérdida de poder adquisitivo, la carencia de alimentos y bebidas, la crisis energética y el aumento de la pobreza (récord histórico de 47,3% en octubre de 1989 en Gran Buenos Aires). Esa ola de saqueos forzó el 29 de mayo a Raúl Alfonsín a declarar el estado de sitio para pacificar el país; al término del operativo había 40 detenidos y 14 muertos.

Luego, presionado por la situación, Alfonsín debió adelantar una vez más el traspaso de mando, proponiendo la fecha del 30 de junio. Tras negociaciones con Carlos Menem, que se vio sorprendido por el anuncio y no quería tomar el poder tan pronto, el traspaso de mando se realizó el 8 de julio de 1989.
El problema más grave es la dinámica de la inflación después de la devaluación del peso del 14 de agosto. Si bien el relevamiento del llamado “IPC Massa” de esta última semana que dio a conocer la secretaría de Política Economíca mostró una suba del 2%, el dato indica que la inflación proyectada de este mes no será menor a un 10 % mensual. El piso de agosto fue el 4,8% semanal, que fue luego de la devaluación del 22% del peso frente al dólar en la semana del 14 al 18 agosto pasado.
Lo que llama la atención hoy a los analistas es la velocidad del pasaje de la devaluación a los precios que prácticamente se produjo en una semana, algo muy diferente a lo que ocurrió en las últimas devaluaciones anteriores, como la de Mauricio Macri en septiembre de 2019 luego de perder las primarias, o la de Axel Kicillof en enero de 2014, cuando el tipo de cambio oficial aumentó un 25% y en la que los precios demoraron un tiempo en acomodarse.
El difícil momento por el que transitan la política y la economía argentina luego de las PASO del 13 de agosto tal vez se pueda comparar en algunos aspectos con aquellos momentos vividos desde mediados de 1988 y mediados de 1989. En ese lapso se produjo una de las transiciones más dramáticas de la política económica argentina y la primera hiperinflación de la historia.
El fracaso del Plan Primavera fue una especie de final anticipado de una transición entre el gobierno del radical Raúl Alfonsin y la sorpresiva llegada del peronista Carlos Menen, un gobernador de La Rioja que sin el apoyo del aparato partidario del peronismo le había ganado el 9 de julio de 1988 la interna del Partido Justicista al entonces gobernador de la provincia de Buenos Aires, Antonio Cafiero.
Las coincidencias de Menem y Milei
Algunos analistas políticos comparan el reciente batacazo del candidato de La Libertad Avanza (LLA), Javier Milei, que se impuso con el 29 % de los votos, con el triunfo de Menem en esa interna, como un candidato sin la estructura y sin el aparato político que pudo ganar una elección presidencial. También comparan a Milei con Menem por la llegada directa a todo tipo de estrato social como la clase pobre y la clase media.
El discurso de Menem, a quien Milei admira y lo considera muchos escalones por encima de Mauricio Macri, tenía dos frases famosas: “Síganme que no los voy a defraudar” y “A Triunfar”, pero no decía lo que iba a hacer. En cambio, Milei pregona y explica su modelo de dolarización, su intención de dinamitar el BCRA y de terminar con la casta política a la que señala como la principal culpable del fracaso argentino de los últimos 50 años.
Su otra coincidencia con Menem es la defensa que hace del Plan de Convertibilidad de Domingo Cavallo. Lo considera como uno de los planes de estabilización más exitosos de la historia argentina. El período de vigencia de ese plan fue desde abril de 1991 hasta fines del 2001. La primera idea de Domingo Cavallo era dolarizar la economía, algo similar a lo que propone Milei ahora.
En ese entonces dos economistas que formaban parte de los equipos técnicos de Cavallo aconsejaron a Carlos Menem aplicar un plan de convertilidad con una paridad fija de uno a uno entre el peso y dólar porque la dolarizacion resultaría muy dolorosa para la sociedad en términos de ingresos. Esos economistas eran los titulares del CEMA -hoy UCEMA- Carlos Rodríguez y Roque Fernández quienes hoy son los principales asesores económicos de Milei. ¿Se volverá a repetir la historia si Milei llega a la presidencia de la Argentina?
La disparada de la inflación de agosto que se observó en los tres índices clave del Indec como el minorista (IPC), el mayorista (IPIM) y el de la construcción (CC), combinada con un conjunto de medidas de expansión del gasto público de unos 2 billones de pesos que implicará una mayor emisión monetaria del BCRA hasta fin de año y el aumento de los pasivos monetarios del BCRA (Leliq) podrían llevar a la Argentina a su tercera hiperinflación de la historia el año próximo y a una fuerte suba del valor del dólar oficial y de los dólares financieros alternativos junto al dólar paralelo.
Con los actuales desequilibrios fiscal, monetario, cambiario y con un BCRA casi sin reservas internacionales netas no debe descartarse un escenario donde la crisis actual se agudice. La Argentina podría entrar en una dinámica inflacionaria mucho más preocupante que se transforme en una hiperinflación.
Medidas preocupantes en un contexto similar al previo a la asunción de Menem
Desde el punto de vista político es un contexto muy similar al de mediados de 1989, cuando Carlos Menen asumía al gobierno. En julio, la inflación llegó al 5000 %. En ese momento los pasivos monetarios del BCRA eran casi tres veces la base monetaria un número muy parecido al de ahora pero con niveles de pobreza e indigencia muchos más altos que en aquel entonces. Además el BCRA estaba casi sin reservas y el valor del dólar en el mercado paralelo no se frenaba.
Como para entender la dinamica de un proceso hiperiflacionario hay que señalar que cuando Menem asumió el gobierno en julio del ´89, el valor del dólar era de 600 australes y el 31 de marzo del 91, un día antes de lanzarse el Plan de Convertilidad valía 10.000 australes. Luego se le sacaron cuatro ceros a la moneda y arrancó el uno a uno del peso con el dólar.
Lo preocupante es que en este contexto el ministro de Economía y candidato de UxP, Sergio Massa, continué anunciado medidas, como las de el pasado viernes para monotributistas y trabajadores autónomos, las cuales presionarán más sobre los precios internos y generarán un mayor déficit fiscal primario que el del 1,9 del Producto Bruto Interno (PBI) prometido para este año, lo que ya generó la crítica del staff del Fondo Monetario Internacional (FMI) a Massa por tomar esta serie de medidas de expansión del gasto público.
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