20 de Septiembre de 2023 - 18:42

Las proyecciones de inflación del viceministro de Economía y el índice semanal preocupan al mercado finaciero 

Por Carlos Arbía 

En los últimos días en declaraciones a distintos medios el viceministro de Economía, Gabriel Rubintein, pronosticó que en octubre la inflación mensual podría bajar a la mitad que en agosto y que estaría en torno al 6 %. Rubintein fue más allá al manifestar que “se está observando una reducción bastante fuerte de la suba de precios después del cinbronazo de las PASO y la devaluación del 20 % acordada con el FMI”.

El viceministro expresó que “esa  reducción la vamos a ver más nítidamente en octubre pero reconoció que su pronóstico es aventurado. Diria que esperamos una baja muy fuerte, que sería un 6 % la mitad o menos de la inflación que hubo en agosto”. “No quiero decirlo como un pronóstico porque hay que ver qué pasa en las próximas semanas” manifestó. Además expresó que el 12,4 % de inflación mensual de agosto fue una inflación especial, producto de la devaluación. Después tiene un poco de efecto arrastre, pero la inflación de octubre va a lucir un poco mejor", agregó Rubinstein.

Con respecto a los pronósticos hay que destacar que hasta ahora no le ha ido muy bien a Rubintein. El fue quien aconsejó al ministro Sergio Massa para que este manifestsra que la inflación mensual en abril iba a empezar con 3 y fue del 8,4  % mensual. A mediados de diciembre del año pasado luego de conocerse el dato mensual de inflación de noviembre del 4,9 mensual, Massa -utilizando las proyecciones de la secretaría de Política Económica a cargo de Rubintein- manifestó:“el objetivo es que la inflación llegue al 3 % en abril y destacó además que la economía esté año iba a crecer un 5 %”. Es probable que caiga un 2,5 de acuerdo a las proyecciones de bancos y consultoras del REM del Banco Central de la República Argentina (BCRA).

Rubinstein tambien defendió la publicación semanal del índice de inflación, una decisión que generó debate en el mercado finaciero que está muy preocupado. "No es ningún sueño de tener un índice propio, porque a veces da muy mal. Simplemente es una manera de seguir más de cerca la evolución de los precios de la economía y el El INDEC no participa en lo más mínimo", aclaró Rubinstein

El funcionario explicó que se decidió dar a conocer el índice de manera semanal porque "algunos hablan de hiperinflación o que la inflación va a ser del 10% mensual de aquí en adelante". Dijo además “que el índice semanal del ministerio de  Economía es una estimación absolutamente independiente del INDEC, como podría haber hecho cualquier consultora". Además agregó: "Nosotros queríamos tener nuestro propio seguimiento y en este caso, después de una semana de muchas subas, también me parece bien poder mostrar que los índices están en baja".

La posibilidad de una aceleración inflacionaria o el mantenimiento de la actual marcará la agenda hasta las elecciones presidenciales del 22 de octubre. El conjunto de medidas de expansión del gasto que lanzó Sergio Massa es probable que en este escenario de incertidumbre política y cambiaria actual la tasa de inflación actual se mantenga o se acelere.

Las medidas lanzadas por Sergio Massa podrían acelerar la suba de la inflación. Las mismas tienen  el objetivo de compensar el deterioro de los ingresos de la población por la devaluación, pero van en contra de lo que se comprometió el ministro de Economía y candidato a presdente por Unión Para la Patria en la última renegociación con el FMI.

Llama la atención que frente al récord de inflación del 12.4 % mensual de agosto y con un valor para este mes sería muy parecido de acuerdo a las estimaciones de consultoras y bancos el ministerio de Economía decidiera comenzar a informar la inflación medida en forma semanal en los próximos días.

La publicación de un IPC de inflación semanal podría complicar al oficialismo en las elecciones

El nuevo índice de precios es mencionado en el mercado finaciero local como el IPC Massa y podría complicar en el futuro mediato al ministro de Economía en su carrera a la presidencia de la Nación en caso que la inflación siga subiendo y el valor del dólar paralelo también. El valor del dólar  oficial estaría congelado en 350 pesos hasta después de la primera vuelta presidencial del 22 de octubre próximo.

Al respecto, quien recobró protagonismo es el viceministro Gabriel Rubinstein que estaba casi congelado. Reapareció la semana pasada luego de la publicación del índice de inflación de agosto. A través de una cadena de tuits salió a informar que desde esta semana el ministerio de Economía elaborará un índice de inflación semanal. 

“La inflación semanal en descenso. Luego de un pico de inflación semanal estimado del 4,8% en la tercera semana de agosto, registro muy influenciado por la devaluación del día 14/8/2023, la inflación semanal fue cediendo” lanzó en su primer tuit y luego en otro agregó que “en la primera semana de septiembre (entre el 4 y el 10 de septiembre) habría alcanzado un valor del 2,1%”

El viceministro Gabriel Rubinstein dio a entender que la inflación semanal está bajando este mes. Con estos datos Rubintein está dando a entender que la inflación minorista  medida en forma semanal bajó del pico del 4,8 % registrado la primera semana luego de la devaluación del 14 de agosto a un 2,1 % semanal registrado entre el 4 y el 10 de septiembre pasado. Nada indica por ahora que ese número sea un techo para la inflación semanal futura, por lo menos hasta las presidenciales del 22 de octubre.
  
Si nos retrotraemos en la historia vemos que en los primeros meses del 89 y casi hasta la convertibilidad lanzada en abril del 91 había un índice de inflación semanal que seguían mucho las empresas, los bancos y las entidades finacieras pero elaborado por una institución privada. Ese índice de precios al consumidor semanal lo calculaba el IPES (Instituto de Política Económica Social) que dirigía el economista Jorge Dominguez.

Entre mediads del 89 y principios de los 90 un instituto privado (IPES) informaba la inflación semanal  Era un indicador muy solicitado para seguir el ritmo de la inflación  semanal entre mediados del 89 y principios de los 90 cuando estallaron las dos hiperinflaciones y luego se dejó de publicar.

En el caso del nuevo IPC de Massa sería la primera vez que un organismo oficial dar a conocer el mismo con una frecuencia semanal. Se supone que el mismo se confeccionará con los datos que el Indec a cargo de Marco Lavagna releva en forma semanal y que luego informa a la secretaría de Política Económica a cargo de Rubinstein. 

El costo fiscal de las medidas llegaría a unos 5.000 millones de dólares 

En los últimos días Massa oficializó:

  1. Un incremento del piso mínimo para pagar impuesto a las ganancias hasta los $1.770.000
  2. La devolución del IVA para compras de bienes de la canasta básica por hasta $18,800 mensuales
  3. Una ayuda especial de 45.000 pesos hasta fin de año para compra de remedios de los jubilados y pensionados afiliados al PAMI

El paquete en conjunto tendría un costo fiscal de aproximadamente unos 2,5 billones de pesos hasta fin de año situación que podría comprometer las metas con el FMI para llegar a un déficit fiscal primario este año del 1,9 % del PBI frente al 2,4 % del año pasado. 

Un reciente informe de la consultora Consultatio Plus señala que las medidas anunciadas se caracterizan por tener un alcance amplio, estar muy concentradas en el tiempo y apuntalar fundamentalmente a la demanda. En ese sentido destaca que la devolución del IVA tiene un impacto directo sobre algo más de unos 11 millones de personas y su costo fiscal potencial es de 0.35% del PBI para los próximos tres meses.

La eliminación del Impuesto a las Ganancias para la 4ta categoría llegaría solo a unos 600.000 trabajadores en relación de dependencia. En tanto que la eliminación de Ganancias impacta en una minoría, son apenas unos 600.000 trabajadores y el costo esperado para estos meses es de 0.15% del PBI, aunque para el sector público nacional es considerablemente menor, dado que un 65% de lo recaudado por este impuesto se coparticipa con provincias y la ANSES. “Si además tenemos en cuenta lo anunciado previamente, el alcance potencial del shock de estímulo fiscal sería de aproximadamente 1% del PBI” dice el estudio de la consultora.

En la misma línea, el Gobierno formalizó el congelamiento de precios hasta fin de octubre de medicamentos, prepagas, combustibles y pan, entre otros, que se suman al acuerdo de ajustes del 5% mensual (bien por debajo de la inflación general) para más de 50.000 productos por 90 días. En este contexto, y a pesar de la suba de los medicamentos, los precios regulados aumentaron por debajo de la inflación general y de la núcleo, en especial las tarifas, que en el Gran Buenos Aires tuvieron una actualización promedio de sólo 3.1% tras la audiencia pública realizada un mes atrás.

El informe describe que esta situación profundizará el desfasaje de precios relativos acumulado en los últimos cuatro años. Desde julio de 2019, cuando Juntos Por el Cambio perdió las PASO y decidió congelar las tarifas, los precios de la canasta de bienes y servicios regulados cayeron un 37% en relación a los de la canasta núcleo.

El traspaso de la devaluación a los precios fue el más rápido de la historia 

Lo concreto es que luego de devaluación del peso el 14 de agosto la inflación de agostó alcanzó el 12.4% mensual y fue la más alta desde la salida de la hiperinflación. La novedad fue que el traspaso a precios de la devaluación, el llamado pass trought no tuvo precedentes por su velocidad, y en consecuencia, la ganancia en términos de tipo de cambio real será licuada en tiempo récord.

El problema es que la respuesta del Gobierno, luego de la devaluación fue anunciar un nuevo conjunto de medidas que mejoraran los ingresos de bolsillo de los sectores menos favorecidos y la clase media pero que pueden generar una mayor inflación que la actual por un aumento de precios por una demanda inflada artificialmente en un contexto macroeconómico desequilibrado desde el punto de vista fiscal, monetario y cambiario.

Este shock de demanda en caso de aplicarse las medidas en su totalidad podría tiene un impacto potencial cercano a 1 punto del PBI y está concentrado en el último trimestre. Sin , y medidas para mejorar la oferta de bienes y servicios implica una mayor inflación a futuro en un momento que la Inflación proyectada viaja al 300 % anual pero si consideramos la inflación núcleo la suba llega al 370 % anual. Además el atraso de los precios regulados y del tipo de cambio real complicarán el punto de partida del próximo Gobierno.

Los números muestran que en los últimos 12 meses alcanzó la inflación llegó al 124.4% y las expectativas para los próximos meses no son buenas. Hay que considerar que la inflación de este mes  contará con el fuerte arrastre de agosto que junto a una mayor emisión de pesos casi asegura un empeoramiento de la dinámica inflacionaria. 

La novedad gran novedad es que es la velocidad del traspaso a precios no tuvo precedentes. Cuatro meses luego de la salida de la Convertibilidad en enero de 2002, el tipo de cambio promediaba 2.85 pesos (un aumento de 185%) y la inflación acumulada hasta entonces era de 21%, tras el salto de 10.4% en abril de ese año. Es decir, el pasaje a precios (pass-through) acumulado hasta entonces era de 11.4%. 

En tanto que en agosto pasado, algunos rubros como carnes, verduras y medicamentos reflejaron casi plenamente el efecto de la devaluación con un pass-through cercano al 100%. Para fines de este mes o principios del siguiente es probable que por ese motivo toda la ganancia en términos de tipo de cambio real obtenida por la devaluación habrá sido licuada por la suba de precios.

El aumento de precios de Alimentos y Bebidas explicó en 4,5 puntos la suba del IPC de agosto. Los alimentos y bebidas no alcohólicas tuvieron con un 15,6 % mensual la mayor y a su vez, la mayor incidencia ya que explicaron unos 4.55 puntos de la inflación de agosto. Este dato es no menor, porque es el que determina el incremento de la canasta básica de pobreza , que a su vez delimita la línea de pobreza e indigencia un dato que será políticamente difícil de digerir para un candidato oficilista que quiere ganar las elecciones presidenciales y que en las PASO obtuvo un 22 % de los votos siendo el segundo candidato más votado detrás del Javier Milei que sacó el  30% de los votos.

Esta situación profundiza el desfasaje de precios relativos acumulado en los últimos cuatro años. Desde julio de 2019, cuando el oficialismo de entonces perdió las PASO y decidió congelar las tarifas, los precios de la canasta de bienes y servicios regulados cayeron 37% en relación a los de la canasta núcleo. 

“Por lo tanto para volver a un nivel de precios relativos "normal" el ajuste debería llegar por lo menos al 58% en los precios regulados, con un impacto directo en la inflación de al menos 12 puntos. Y la segmentación tarifaria por sí sola no alcanza: hasta julio, la brecha entre el costo de la energía eléctrica y el precio efectivamente pagado por los usuarios era de 126%” explica el informe.

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