Los viajes de Cecilia Nicolini, a costa del dinero de Presidencia de la Nación: Brasilia y Chapadmalal
La secretaria de Cambio Climático, que casi nunca se muestra en tareas de gestión, tuvo un veraneo activo gracias a los gastos de Presidencia de la Nación. Primero estuvo en Brasilia para la asunción de Lula, junto a la comitiva presidencial; y después disfrutó junto a su hijo de la Residencia de Chapadmalal.
Cecilia Nicolini tiene un cargo que, por su mismo nombre, parece de tareas difusas: secretaria de Cambio Climático, Desarrollo Sostenible e Innovación. Quizás por ello dedica buena parte de su tiempo a viajar, por lo menos así lo hizo durante enero. El tema polémico es que no lo hace con su dinero sino gracias a los gastos generales de su Presidencia de la Nación. Quizás se deba al argumento repetido cuando llegó al cargo hace aproximadamente un año: su cercanía y confianza con el presidente Alberto Fernández.
Nicolini, licenciada en Ciencias Políticas de la Universidad Católica Argentina (UCA), arrancó el año en Brasil, pero no en un destino de playa. Se subió al avión y la comitiva presidencial para asistir a la asunción de Luis Inácio "Lula" Da Silva en Brasilia, distrito federal del país vecino. La funcionaria de Ambiente no estaba en el listado original, como tampoco el titular de la cartera, Juan Cabandié. Sin embargo, Nicolini hizo valer su buena relación con el primer mandatario, más la amistad y buenos oficios de la vocera Gabriela Cerruti, para estar en la comitiva presidencial. Sin meter la mano en el bolsillo, ni en la billetera, la politóloga arrancó el año viajando.
Después de ello era momento de la familia, entonces Nicolini se fue de vacaciones con su hijo. Para ello eligió las bellas costas del Mar Argentino, pero en un lugar donde no tuvo que pagar alojamiento: la Residencia Presidencial de Chapadmalal. Forma parte de un complejo creado en 1947, que además del chalet y las dependencias presidenciales, tiene pabellones para turistas. Nicolini, junto a su hijo, habrían estado en las instalaciones presidenciales, aunque se supone que ese privilegio es para el primer mandatario, familiares y quizás algún funcionario o allegado político de primera línea.
Según como se la considere, Nicolini puede formar parte o no de ese grupo. Su buena relación con el presidente y su vocera abonan la teoría positiva. Pero, en los hechos, ni siquiera es viceministra de la cartera en la cual trabaja, sino sólo una secretaria de Estado. En Ambiente, cuyas oficinas se encuentran en el Microcentro porteño, los empleados suelen quejarse del trato distante de Nicolini, así como de sus frecuentes pedidos para que se le paguen diversos gastos. Por lo menos con su recorrida turística de enero tuvo éxito: visitó Brasilia y Chapadmalal sin meter la mano en el bolsillo.
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