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“La estabilidad del dólar es gobernanza”, se le escuchó a muchos funcionarios argentinos desde hace décadas. La salida intempestiva de Martín Guzmán del ministerio de Economía, más el interinato de bajo volumen político de Silvina Batakis, hicieron trepar el dólar Blue desde $ 239 hasta $ 353 en menos de un mes, entre comienzos y finales de julio. Casi 120 pesos y un 48% en cuatro semanas frenéticas de incertidumbre.

Apenas comenzó a mencionarse que Sergio Massa iba a ser ministro de Economía, la cotización del dólar ilegal comenzó a moderarse, cerrando este último jueves 6 de octubre en $ 277. El “Efecto Massa” logró que el dólar billete baje 77 pesos, más de un 21%.

En el equipo económico de Massa consideran que las causas más importantes de esto son las señales de mediano y largo plazo. En particular, el ordenamiento fiscal y la aprobación en el Fondo Monetario Internacional (FMI) del segundo trimestre del acuerdo establecido con la Argentina; además de la armonía política en la coalición gobernante. En cuanto al primero de estos capítulos, el Banco Central dejó de emitir dinero y recibió devolución de aportes del Estado Nacional, se postergó deuda para el 2023, Economía absorbió dinero no ejecutado de diferentes ministerios.

Por otra parte, con la aprobación de metas del FMI a sólo un plazo protocolar de aprobarse, Massa realizó una gira por Estados Unidos reforzando las reservas del Banco Central con préstamos de organismos internacional. La semana próxima también mantendrá una serie de reuniones en el país gobernado por Joe Biden. Y también es clave el apoyo de todos los sectores de la coalición gobernante. "Ellos no se meten en cosas que manejamos nosotros, y les damos a cambio todo el manejo de la economía", confesó un albertista. "No hay Plan B a Sergio, queremos que le vaya bien y sabemos que falta ordenar la inflación. Pero estamos en ese camino", apuntó una fuente que trabaja todos los días con Cristina Kirchner. 

Una de las claves fue el trazado de objetivos y planes sin la histeria del corto plazo. Desde que asumió Massa, todos sus laderos repitieron que “la economía se va a ordenar por lo menos en 60 días, muy difícil hacerlo más rápido”. De la misma forma, saben que ahora el desafío es bajar la inflación de un insoportable 6 a 7% mensual.

Tanto Massa, como su equipo, saben que no hay fórmulas mágicas ni goles mundialistas que solucionen nada. Por eso plantearon un 60% de inflación en el Presupuesto 2023. Mientras se pelea contra la inflación con paritarias abiertas, bonos para beneficiarios de planes sociales y la renovación de Precios Cuidados, se trabaja en el mediano y largo plazo.