"Del Fondo venimos y hacia el Fondo volvemos..."
De Alumno ejemplo a Anatema. Argentina convivirá con un régimen de control de cambios por lo menos hasta 2025 y un tipo de cambio único (descartándose cualquier desdoblamiento cambiario). Habrá flexibilizaciones con el tiempo en la medida de que mejore el saldo de la Balanza de Pagos.
Por Marco Esdras
El FMI no concibe en avanzar en un programa integral que no sincere aspectos cruciales como el tipo de cambio ni el tamaño del gasto público. Asimismo, el Organismo nacido en Breton Woods, tampoco quiere repetir errores de antaño tales como han sido: a) la salida tardía de la Convertibilidad en 2001 (desde las entrañas del board señalan que el momento óptimo hubiera sido en 1997 evitando una recesión de 48 meses iniciada en 1998-pese a la tesitura de Michel Camdessus-) b) el horror del Stand By concedido al gobierno anterior que se trató más bien de un acuerdo geopolítico que de un programa típico de su habitual menú financiero (así lo destacó el propio David Lipton).
La devaluación logrará generar una mayor oferta de divisas. Por otro lado, es importante torcer la voluntad de aquellos empresarios quienes han migrado sus negocios al Paraguay. Asunción ofrece seguridad jurídica (respeto a los derechos de propiedad), estabilidad cambiaria (el guaraní fue la moneda que menos se devaluó por efectos de la Pandemia), baja inflación, superávit fiscal, un crecimiento del PBI promedio del 5 % en los últimos 10 años, una alícuota del 10 % a la renta corporativa y un 10 % de IVA, bajos costos laborales y energéticos. Por ello, desde el gobierno argentino se está trabajando para desanimar a la agroindustria para que desista de seguir acrecentando suposición en el Paraguay y opte por alojarse en Argentina. Se sabe que gran parte de las exportaciones agropecuarias argentinas pasan por dicho país.
Los controles cambiarios abarcarán la Cuenta Corriente (se pretende evitar un error recurrente que es que la carga de los intereses de la deuda en moneda extranjera termine estrangulando la performance del superávit comercial) y a la Cuenta Financiera (regirán encajes bursátiles que ahuyenten a los capitales golondrinas y medidas que privilegien a las Inversiones Extranjeras Directas).
Uno de los aspectos a estudiarse es si lograrán sobrevivir el impuesto PAIS y la RG AFIP 4815. El impuesto PAIS es una subespecie de la tasa Tobin. La idea de poner en vigencia este tipo de tributos consiste en el afán de desalentar las maniobras especulativas de cambio que repercuten negativamente en la economía real. Algunos países han implementado la tasa Tobin como un medio adicional de generación de ingresos fiscales para el desarrollo económico y social de un estado en situación de baja disponibilidad presupuestaria. Empero, el FMI siempre tuvo una postura opuesta a la tasa Tobin o a impuestos análogos. De los 9 billones de recaudación tributaria que se prevé obtener en función al Presupuesto 2021, $ 342.000 millones corresponderían al impuesto PAIS. Una variante supletoria que se analiza es que esa suma sea más que compensada por un mayor tipo de cambio en lo que refiere a la recaudación sobre lasretenciones sobre exportaciones.
El proyecto de Ley de Presupuesto 2021 adolece de subestimaciones tales como la de la inflación esperada. Tal es así que versa sobre una tasa de Inflación del 29 % contra 50 % que la tasa esperada por el mercado. Redefinir el presupuesto será una de las cuestiones que estará esperando el board del FMI. No se trata simplemente de tener un presupuesto cerrado y aprobado, sino de obtener cierta congruencia y racionalidad en su elaboración. Idéntico matiz presenta el guarismo del tipo de cambio que se estipuló en $ 102.40 para fin de 2021 siendo que el valor de equilibrio a hoy es de $ 136, según fuentes del organismo multilateral.
Desde la evidencia empírica ha quedado claro que en Argentina el manejo de los tipos de interés no surte el efecto esperado en la actividad económica. Se presume que la explicación de ello está relacionado al escaso volumen del stock de crédito en relación al PBI que tiene el país.
Argentina escapa a cualquier caso o modelo de estudio macroeconómico. En otro caso, en un país con tipo de cambio flexible funcionaría la política monetaria de subir los tipos de interés para manejar la inflación o de ampliar la base monetaria para impulsa el nivel de actividad. Sin embargo, en la gestión macrista se puso de manifiesto que la Regla de Taylor no funcionó al igual que el “inflation targeting”. Del mismo modo en Argentina no se cumple la Curva de Phillips (conviven el alto desempleo y una inflación del 40 % anual), ni se puede ver materializado el célebre trilema de Robert Mundell. En síntesis, como diría Simon Kuznets, existen 4 países de países: Desarrollados, subdesarrollados, Japón y Argentina…
Desde el Ministerio de Economía deben trabajar arduamente en lo que refiere a política tributaria y gasto público; muy a pesar de que declaraciones oficiales esbozaron que “no está en los planes bajar el gasto público”. Claro está que en este acuerdo del FMI no habrá lugar para discutir la reforma laboral ni previsional. Sin embargo, tendrán que buscar alternativas para converger en un equilibrio fiscal y externo mucho antes del advenimiento del año 2025, horizonte del nuevo programa en ciernes.
La gestión de Macri fue de espaldas a la economía real siendo que el gobierno actual, al menos insinúa tener una política industrial. El tiempo lo dirá…