15 de Septiembre de 2019 - 12:34

Claudio Moroni, el “albertista” que se reunió con “coroneles” de Abad y Cuccioli que actuaron contra Cristóbal López

Claudio Moroni fue administrador federal de Ingresos Públicos entre mayo y diciembre de 2008, impulsado por Alberto Fernández. También lo sucedió en la Superintendencia de Seguros de la Nación (SSN), entre 1995 y 1998. Y renunció a la AFIP cuando su amigo y referente político dejó de ser jefe de Gabinete. Es candidato a conducir el organismo recaudador. Una reunión suya con Eliseo Devoto y Sergio Rufail -dos subdirectores claves de la era Abad-Cuccioli- generó ruidos dentro del organismo y en el Frente de Todos.

Hotel céntrico, cerca de la Superintendencia de Seguros de la Nación. En el bar, tres desconocidos para el gran público, pero de gran incidencia dentro de la AFIP (la de ahora y la posterior al 10 de diciembre), toman algo y hablan de cómo conducir al organismo en la nueva era política que se viene. Cerca de la Superintendencia de Seguros de la Nación (SSN), se vivieron quién supo conducirla en dos períodos (1995-1998, sucediendo a su amigo Alberto Fernández), Claudio Moroni; y dos subdirectores o "coroneles" (en la jerga de AFIP) del período Abad-Cuccioli, Sergio Rufail y Enrique Devoto. La reunión fue confirmada a Minuto de Cierre por tres fuentes distintas, enroladas además en sectores políticos disímiles entre sí.

Para algunos funcionarios o ex del organismo recaudador, esa reunión huele a intercambio de favores entre dos funcionarios que perderán influencia luego del 10 de diciembre; y uno que puede proveerse de información actual gracias a ellos, a cambio de protección futura. Otros, sin embargo, le restan importancia y hablan de apenas algunas consultas puntuales, considerando que lo más razonable es hacerla con funcionarios actuales. Aunque los tres comensales provengan de mundos irreconciliables, la línea Abad-Cuccioli de un lado, y Fernández-Kirchner del otro. 

Claudio Moroni es uno de los mejores amigos de Alberto Fernández, quien logró ubicarlo como administrador federal (AF) en 2008, cuando Néstor Kirchner impuso un interinato para que no se notara tanto que, en la pelea entre Alberto Abad y Ricardo Echegaray, había elegido a este último, que finamente resultó ser uno de los funcionarios más efectivos y leales del kirchnerismo, tanto desde el oficialismo como en la oposición.

Moroni forma parte del círculo más cercano al candidato presidencial del Frente de Todos, y habla con él casi a diario. A tal punto es su hombre de confianza para la AFIP que en 2008, cuando algunos periodistas llegaron a dar a Santiago Montoya como confirmado para el cargo, el entonces jefe de Gabinete logró imponer a Moroni; a quien además defendió en su segundo mandato en la SSN -2002 al 2004- de algunas críticas periodísticas,  para luego ubicarlo como titular de la Sindicatura General de la Nación (SIGEN).

En la reunión ocurrida hace alrededor de dos semanas, los que estaban junto a Moroni son nada menos que Eliseo Devoto y Sergio Rufail, respectivamente subdirectores de Fiscalización y Asuntos Legales. Devoto es quien escribió el dictamen sobre Oil Combustibles que permitió llevar a la cárcel a sus antiguos dueños, Cristóbal López y Fabián de Sousa. Y Sergio Rufail, uno de sus colaboradores en esa tarea. El problema es que ese dictamen está basado en una pericia que acaba de ser dictaminada falsa y jurídicamente nula. De acuerdo un un reciente informe elaborado por una experta de la Corte Suprema, dos del Ministerio Público Fiscal, dos representantes por la querella (AFIP) y tres por la defensa (López-De Sousa), los impuestos adeudados por Oil Combustibles en 2016 no llegaban a $ 8.000 millones sino a $ 2.200 millones, de los cuales $ 1.600 millones ya habían sido pagados al Fisco.

Antecedentes clave: Manzur hace días, Moroni hace años

Hace pocos días, por lo menos en círculos políticos y pasillos periodísticos, se mencionaba que Juan Manzur sería el jefe de Gabinete de Alberto Fernández, en el muy probable caso que este último gane las elecciones del 27 de octubre, y a pesar que Manzur tiene la importante tarea de gobernar -por segundo mandato- su provincia, Tucumán. Manzur fue y es, de los gobernadores peronistas, el “primus inter pares” en la relación con Alberto Fernández. El “armador” clave del vínculo entre el candidato a presidente y los jefes provinciales de un peronismo que ahora luce unido.

Sin embargo, la candidatura de Manzur fue vetada por la única persona que puede hacerlo: Cristina Fernández de Kirchner. “Por su situación personal, es muy difícil que Cristina se encargue de sugerirle ministros a Alberto, pero sí conserva el poder de veto”, comentó con amargura un operador que trabaja para Manzur, y que ya se frotaba las manos imaginando el poder y la influencia que iba a tener. 

Algo parecido podría ocurrir con Claudio Moroni, en un cargo que tanto Cristina como quienes la rodean en el Instituto Patria consideran -con toda la razón- clave: el de administrador federal de Ingresos Públicos. Sobre todo, si la reunión de Moroni con Rufail y Devoto cobra mayor trascendencia. Y más aún, si se recuerdan los antecedentes de Moroni en el cargo.

En mayo de 2008, cuando se hizo cargo de la AFIP, Moroni mantuvo a gran parte del equipo que había dejado Alberto Abad, entre ellos Enrique Devoto y Sergio Rufail. Cuando lo sucedió, Ricardo Echegaray hizo todo lo contrario, desplazando a los que habían sido hombres clave de Abad en el organismo. Con un cargo al cual los interesado se postulan con desesperación, cualquier dato o antecedente es subrayado hasta la exasperación. “Algunos funcionarios se bancaron cuatro años de causas judiciales injustas. No parece razonable que los coroneles de Abad y Cuccioli -Rufail, Devoto, Jaime Mecicovsky, Néstor Abelardo Sosa- enfrenten la nueva etapa sin problemas, inclusive conservando sus cargos e influencia”, apunta un ex funcionario clave del organismo. Una visión interesada, nada neutral, pero basada en datos ciertos. 

Los que quieren agitar más el tema señalan que, entre las reuniones de Moroni de las últimas semanas, también hubo una con Walter D´angela, que hasta mayo fue el número 2 -subdirector- de la Agencia de Recaudación de Buenos Aires (ARBA). D´angela dejó su cargo tras ser procesado por administración fraudulenta agravada en perjuicio de la administración pública.

En su saga de reuniones, preparándose para ser administrador federal, Moroni está recopilando información de todos los sectores posibles. Sin embargo, en algunos sectores con poder de veto, esto podría ser leído como traición. Más aún, cuando los postulantes a ese cargo clave, que corren detrás de él en posibilidades, no se van a dar por vencidos hasta el 10 de diciembre.

 

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