13 de Abril de 2022 - 13:36

Interna en la Aduana: Acusan a “lilitos” y ex de las SIDE de manejar el courier de Ezeiza

Un botín muy apetecible: la importación de mercadería rápida a través del Aeropuerto Internacional de Ezeiza. Mucho más ahora, ya que el límite de compras anuales por persona es de 3.000 dólares. Un jefe, Roberto López, que maneja el área desde tiempos inmemoriales, los incondicionales de Elisa “Lilita” Carrió que lo sostienen, y ex agentes de la SIDE, todos participan de lo que parece una fiesta para pocos.

La Aduana del Aeropuerto Internacional de Ezeiza registra más escándalos y causas judiciales que cualquier otro punto del organismo: contrabando de antigüedades chinas y objetos del nazismo; la Mafia de los contenedores; otra que sacaba artículos de contrabando en el doble piso de una camioneta; las 21.000 pastillas de éxtasis que venían desde Madrid en el mismo vuelo que el presidente Macri, y recién fueron detectadas en Aeroparque (porque los contrabandistas hicieron transbordo hacia allí); además de un largo etcétera.

Sin embargo, hay jefes y áreas a los que los escándalos, si bien los rozan de cerca y hasta los incluyen en causas judiciales, permanecen incolumnes. El caso más notorio es el de Roberto López, que fue sucesivamente jefe de Equipaje, Sección Operativa y ahora Resguardo. A través de esta última área tiene a su cargo a los couriers, es decir, los que utilizan el sistema de importación rápida (y generalmente poco controlado): hasta 50 kilogramos de peso, un máximo de 3.000 dólares anuales por contribuyente, y sin límite para los propios couriers.

Desde la vuelta de la democracia hasta hoy, el sistema de couriers fue manejado por personas y empresas vinculadas a los servicios de Inteligencia. “Menos droga y mujeres, puedo importar todo sin dar cuentas a nadie”, solía jactarse Antonio “Jaime” Stiuso, el histórico jefe de los espías hasta que se peleó con la presidenta Cristina Fernández de Kirchner.

Con Stiuso o sin él, hay otro personaje menos vistoso pero más perdurable y poderoso en el sistema de courier: el mencionado Roberto López. Hace más de dos años, en abril del 2017, Minuto de Cierre reveló que un escrito reservado y anónimo había llegado a manos de un juez contando cómo funcionaba este esquema, por el cual se pagaba de coima 15 dólares por kilo de mercadería importada: http://www.minutodecierre.com/nota/2017-4-24-denuncia-de-contrabando-y-coimas-a-15-dolares-por-kilo-en-la-aduana-de-ezeiza

Allí se narraba no sólo el rol de López, sino también que el mismo iba “diariamente a la bodega de courier a controlar que los envíos salgan de manera rápida de la bodega. No quiere quedar desafectado y que no puedan sacar su mercadería”. Como ocurre desde hace décadas, con inadecuados controles, el sistema de courier es una autopista para el contrabando, la subfacturación y cualquier otro tipo de infracción aduanera. Por ejemplo, se puede declarar mercadería de bajo valor y traer computadoras que evadan el control.

El escrito de hace dos años detallaba que el accionar del funcionario López motivó “un incremento notorio de kilos y paquetes en los envíos de las empresas LHS, Net Courier, El Aguila, Consoltrade, Fast Track, Logimport, Raico, Sar Express”. El poder de López es tal que los aduaneros hasta se lo toman con humor. “Está desde que se creó el aeropuerto” bromea uno, aunque “Ministro Pistarini” (así se llama) fue inaugurado en 1949, durante la primera presidencia de Juan Domingo Perón. “López tiene escritura pública de un sector de Ezeiza”, define otro aduanero, también en clave humorística.

Los laderos de López, y la “Inteligencia” de Lilita

El que responde directamente a Roberto López es el abogado Diego Calandria, que es el jefe de la Oficina Fiscalización y Operativa Aduanera, sección Courier, de Ezeiza. Como si no fuera suficiente con esta especie de “Armada Brancaleone” encabezada por los correos del Señor López, estos cuenta con el apoyo de los “lilitos”, un grupo bancada por la diputado Elisa Carrió que presume hacer contrainteligencia. Parte de este esquema fue exhibido en la famosa causa contra el falso abogado Marcelo D´alessio que lleva adelante el juez federal de Dolores, Alejo Ramos Padilla, y que ya tiene como imputadas a la propia Carrió, así como a sus laderas Paula Olivetto (también diputada nacional) y Mariana Zuvic (miembro del Parlasur).

El equipo de “Inteligencia” de Carrió en la Aduana tiene como miembro predominante al ex comisario Oscar Giménez, que como jefe de la Policía Metropolitana participó en la recordada represión a trabajadores del Hospital Borda. Giménez tiene su despacho a metros del que ocupa Diego Dávila, titular del organismo. El entramado “lilito” de poder y negocios se completa con los ex militares René Squettino (se presenta como jefe de los equipos de Seguridad de la Coalición Cívica), Federico Sidders (retirado del Ejército por sospechas en sus manejos de presupuesto) y Jorge Lenard Vives. A ellos se suman algunos ex “soldados” de Juan José Gómez Centurión, como Gerardo Esquivel, responsable del Puerto de Campana por el cual se contrabandearon armas y camionetas.

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