10 de Julio de 2018 - 10:00

Empleado de López con barco extranjero, para evadir o eludir impuestos

Javier Santomé es un uruguayo que factura -tiene CUIT y residencia- en la Argentina. Comenzó con una revista de navegación y ahora trabaja para Buquebús. Al igual que el dueño de esta empresa, la Aduana lo investiga por contrabando. Y, como Juan Carlos López Mena, usa el mismo capitán para un barco con bandera extranjera, que pasa la mayor parte de su tiempo en Buenos Aires.

Juan Carlos López Mena es una leyenda del empresariado argentino. Pero no por tener el monopolio del transporte por río entre Buenos Aires y Montevideo o Colonia, sino por configurar una especie de gran simulador. Mucha gente cree que es uruguayo, y aunque tiene la nacionalidad de ese país, nació en La Pampa. Hace una década –antes de su estatización- “chapeó” que pretendía hacerse cargo de una fundida Aerolíneas Argentinas, creó BQB Líneas Aéreas; es dueño del Argentino Hotel Casino & Resort de Piriápolis (Uruguay); y se rodea de poca gente, a pesar de tener 10 hijos, lo que le otorga un halo de misterio.

Las leyendas menos amistosas hablan de un barco con bandera uruguaya que se quedó de contrabando en el Yacht Club de Puerto Madero, tal como reveló Minuto de Cierre la semana pasada en esta nota: http://www.minutodecierre.com/nota/2018-7-4-14-24-0-el-lujoso-yate-del-dueno-de-buquebus-que-esta-varado-y-puerto-madero-e-investigado-por-contrabando. Tras esta revelación, tuvo el tino de regresarlo a Uruguay: http://www.minutodecierre.com/nota/2018-7-5-14-19-0-lopez-mena-se-llevo-su-lujoso-yate-y-hace-lobby-en-la-casa-rosada-para-evitar-multa-y-decomiso-documentos-exclusivos

Pero hay historias más polémicas todavía sobre este empresario. Por ejemplo, se habla de miles de adoquines que estaban en el Puerto de Buenos Aires y terminaron ilegalmente en su residencia de Piriápolis. También, de un barco gigante hecho en Uruguay con partes y piezas de contrabando, vendido a uno de los empresarios más importantes de la Argentina.

Además, en su operatoria para moverse por Argentina con barcos que configurarían el delito de contrabando, López Mena parece haber hecho escuela. Ese es el caso de Javier Santomé, un capitán de armamento que edita la revista “Yachting Río de la Plata”, y que además figura en su perfil de Linkedin como capitán de armamento de Buquebús. Santomé es uruguayo de nacimiento aunque sacó CUIT como trabajador autónomo en la República Argentina. Javier Santomé Sosa Días tiene el CUIT 20-94908238-6, declaró domicilio en San Isidro y su alta es de junio del 2016.

Al igual que su empleador López Mena, Santomé es investigado por la Aduana debido al uso de un barco extranjero, lo que configuraría el delito de contrabando. La nave es el Compinche IV, el capitán es el mismo que usa el dueño de Buquebús, Nicolás Dupont Carlevaro, y se trata de un velero con bandera estadounidense. Tantas coincidencias despiertan sospechas. Para algunos, Santomé es testaferro de López Mena, aunque ello es muy difícil de probar.

El Compiche IV, cuya matrícula es DL 5653 AC, registra frecuentes entradas desde Uruguay hacia la Argentina, con estadías prolongadas en el país, de acuerdo a los registros de Prefectura Nacional. Es un velero de casi 14 metros de largo (eslora), construido por el astillero Benetau en Francia, y la sociedad dueña del mismo es Baltic 22 Inc. El dato clave es que esta sociedad tiene origen en Delaware, uno de los distritos de Estados Unidos que constituye un paraíso fiscal.

La normativa de Estados Unidos permite que ciudades o estados (equivalentes a provincias argentinas) tengan reglas laxas que los vuelvan paraísos fiscales. Ese es el caso de Delaware, muy recordado en la AFIP por el caso Despegar. La agencia de turismo por Internet declaraba como facturado en Delaware el pago de sus clientes argentinos, una maniobra que le permitía evadir distintos impuestos.

Con el Compinche IV, Santomé repite la maniobra de López Mena con el gigantesco Doña Francisca: la empresa dueña del barco está registrada en un paraíso fiscal (Delaware lo es y Uruguay también), la embarcación entra a la Argentina sin ningún control, y queda estacionada en el Yacht Club de Puerto Madero.

El problema es que si un argentino autoriza a un uruguayo a entrar su embarcación, para usarla en el país, la maniobra es contrabando, de acuerdo al artículo 864 Inciso B del Código Aduanero. Esto es lo que harían tanto López Mena como Santomé (es contribuyente fiscal argentino, más allá que haya nacido en Uruguay) con el capitán de barco Dupont Carlevaro. Y que muy pronto generaría una denuncia legal.

Esta maniobra es idéntica en el caso de ambos barcos. Sociedad extranjera, que le otorga un poder especial a Dupont Carlevaro para manejarlo libremente. La documentación en la Aduana, así como los sumarios abiertos, ya existen; faltaría pedir el registro de Prefectura Nacional, y cruzar datos de navegación; para que una o dos causas judiciales estén en marcha.

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