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Por Antonio D'Eramo

Desde hace meses venimos escribiendo de la obsesión de la administración Macri por reinsertar a la Nación en los organismos de comercio multilaterales. Alejado de organizaciones como la OCDE, la Argentina, debe sortear ciertas cuestiones que no fueron tenidos en cuenta en la denominada "década ganada" por el poco interés mostrado por la ex presidenta Cristina Fernández, de pertenecer a un escenario capitalista globalizado.

El rumbo determinado por el presidente Macri indica que no se puede pertenecer sin blanquear las estadísticas económicas y sociales. Por ello, la normalización del INDEC, el organismo a cargo de las estadísticas y de los censos, ha sido una prioridad, de la que el economista, Jorge Todesca, ha comenzado a mostrar resultados a pesar de las polémicas desatadas por la renuncia de la ex directora del índice de precios Graciela Bevacqua y los conflictos con el gremio interno del organismo, conducido por Raúl Llaneza de ATE. 

Jorge Todesca, a quien observamos bien de salud, se le diagnosticó un linfoma que dió a conocer a la opinión pública en marzo de 2016, respondió las requisitorias a propósito de estos temas y de la visión que posee como economista acerca de la marcha de la administración Macri.

¿Qué opina de las mediciones de pobreza que se han divulgado en los últimos tiempos en particular de las que informa el observatorio de la Universidad Católica?

Hay distintas alternativas de medición de la pobreza. La mayoría de los países del mundo la miden por el ingreso de los habitantes. La UCA, que realiza un trabajo muy serio, tiene un modelo de medición de pobreza multidimensional que sólo lo practican cinco países en el mundo. Y, al utilizar esta herramienta, se abre la discusión acerca de cuales son los factores que se incluyen en el relevamiento de pobreza. El INDEC, en esta etapa, esta afinando en sus estadísticas, la APH entre otros indicadores, para tener bien medidos los factores que suelen medirse en trabajos como los de la UCA. Para estar listos si se nos piden precisiones siguiendo ese modelo. Pero debe quedar claro que no hay un solo modelo hay varios modelos. 

En ese marco ¿cuál es el grado de certeza que tienen sus mediciones, en particular en un tema tan sensible y delicado como el de la pobreza y de la inflación?

Yo creo que muy alto, es muy alto. En el caso del índice de precios al consumidor hemos tocado un techo histórico porque nunca hubo un índice de precios a nivel nacional. Pasamos de 90,000 registros de precios a unos 320,000 lo que representa una medición en 39 localidades con el apoyo de las provincias. En el caso de la medición de la pobreza al igual que otros indicadores daremos un salto de calidad con el censo nacional de 2020 porque venimos de un censo, el del 2010, que mas allá de deficiencias o no deficiencias, estamos lejos en el tiempo y como los marcos muestrales para las encuestas se toman de los censos estamos más cerca del próximo que del anterior. Nuestra medición de la pobreza está dentro de los estándares internacionales. Las estadísticas, en este campo, son siempre estimaciones, esto es así porque, se toman en cuenta las propias declaraciones de la gente, los ingresos, las opiniones en las encuestas y demás. Y hemos podido comenzar a construir una serie que nos va a enriquecer. Hemos realizado dos mediciones seguidas. 

Teniendo en cuenta la frase "pobreza cero". ¿Cuál es su pensamiento acerca de un posible mejoramiento de los niveles altamente preocupantes de pobreza en nuestra país?

Nosotros no hacemos proyecciones salvo en cuestiones sociodemográficas. Trabajamos midiendo el pasado inmediato. Pero para mi, hay dos cuestiones. El movimiento de los precios y de los ingresos. En la medida en que haya un descenso de la inflación el índice de pobreza disminuirá. Los índices descienden más cuando la inflación baja. Es algo que esta remarcado si miramos los índices históricos de la Argentina. Hasta el momento nos está dando un 11,8% de inflación transcurrido el primer semestre. Respecto al año anterior estamos un escalón más abajo.

El salto en la cotización del dólar de los últimos quince días ¿puede trasladarse a los precios de los bienes y de los servicios? ¿puede haber un rebrote inflacionario de sostenerse la demanda de dólares alta?

Rebrote, yo creo que no. Puede haber algún impacto por la estructura de nuestra economía y de la cultura de la misma. No por la magnitud. En una economía normal esta variación de la cotización del dólar no debería repercutir en los precios. Sólo debería repercutir en los bienes transables o atados a la importación. Pero estamos en un proceso de transición y se producen muchos ruidos. No estamos en una situación normal. Tenemos una pobreza alta, un déficit fiscal alto, una tasa de inflación que ha comenzado a bajar de manera sostenida pero que estaba muy alta. Aún vivimos en transición tratando de vivir en una situación normal.

¿Cómo se explica la precisión de las encuestas económicas con respecto a las encuestas políticas que generalmente se equivocan, casi siempre?

(risas) Afortunadamente yo de eso no se nada. No tengo la menor idea. Todavía tenemos mucho camino para andar con nuestros indicadores, a los que hemos logrado darles un alto grado de credibilidad, preferiría no hablar del resto.