08 de Marzo de 2017 - 20:55

Llegaron 21 kilos de éxtasis en el mismo vuelo que volvió Macri de España

Por Lucio Di Matteo

En Madrid, junto al Presidente Mauricio Macri, embarcaron 21 kilos de éxtasis. La Aduana argentina no los detectó ni en Ezeiza ni en Aeroparque. Los narco colombianos, Robinson Ocampo y Consuelo Martínez Muñoz, fueron procesados hoy con prisión preventiva. 

El 26 de febrero, pasadas las 4 de la mañana, el presidente Mauricio Macri y la comitiva oficial llegaron a Ezeiza desde España. En el mismo vuelo, el 1133 de Aerolíneas Argentinas, llegaron 21 kilos y 46.000 pastillas de éxtasis.

Las dos noticias se habían conocido por separado, pues nadie quiso o supo juntarlas con el simple hecho de chequear el número del vuelo. A través de una fuente perspicaz, Minuto de Cierre accedió al dato, lo chequeó, y da a conocer este escándalo, que en el más suave de los casos desnuda profundas fallas de la Aduana de Ezeiza, y en el más profundo echa dudas sobre la seguridad presidencial.

El hecho también tiene dimensiones internacionales. El narcotráfico de 21.000 pastillas de éxtasis, en el mismo avión en el cual vuela el presidente de un país, no registra precedentes mundiales.

Los colombianos que trajeron la droga, el ex policía militar Robinson Ocampo, y Consuelo Martínez Muñoz, llegaron a Ezeiza desde el aeropuerto de Barajas (Madrid), luego hicieron transbordo hacia Aeroparque, y desde ahí partían rumbo a Santiago de Chile. 

El control aduanero falló en dos instancias. Primero en Ezeiza, producto del sistema de semáforo presentado como una gran novedad por el administrador federal Alberto Abad. Como el semáforo marcó verde, las valijas con éxtasis pasaron como inocente equipaje de bodega.

Además, falló la Aduana en Ezeiza por carecer de una "matriz de riesgo". Dos colombianos que hacen el trayecto Madrid-Buenos Aires-Santiago de Chile, con edades tan diferentes -32 años él y 49 ella- que no los hacen madre e hijo, ni tampoco probable pareja, por lo menos deberían ser revisados como parte de la "matriz de riesgo".

La misma consiste, por ejemplo, en saber que así como desde América Latina hacia Europa se exporta droga de elaboración básica (cocaína, marihuana, efedrina); las sustancias prohibidas "de diseño", con mayor valor agregado, recorren el camino inverso. Se producen en el Viejo Continente y cruzan el Océano Atlántico para este lado.

Por otra parte, también la Aduana falló en Aeroparque, donde la droga fue finalmente detectada por la Policía de Seguridad Aeroportuaria (PSA). Como respuesta a semejantes fallas, y sin que trascienda -hasta hoy- que la droga llegó en el mismo vuelo que el Presidente de la Nación, en la Aduana se decidió echar a Mariano Risoli y Ricardo Morini, dos jefes de turno, pero sin apuntar hacia arriba, empezando por Juan José Gómez Centurión o el subdirector de Control Aduanero.

La historia es más increíble todavía en su concreción física. Robinson Ocampo, que hoy quedó procesado con prisión preventiva, es un ex policía militar de Colombia que ante la Justicia se declaró "mesero". Migraciones registró su ingreso a las 4:30:57 del 26 de febrero último. Menos de un minuto después, a las 4:·1:36, ingresó Consuelo Martínez Muñoz. Como es evidente, estaban juntos en la fila para entrar al país. 

Hoy, el juez penal económico número 6, Marcelo Aguinsky, les dictó a ambos -Ocampo y Martínez Muñoz- el procesamiento con prisión preventiva. Y pidió la colaboración de España, librando un exhorto internacional, para obtener medidas de pruebas.

Hace una década, el transporte de cocaína en sus aviones decretó el final de la aerolíneas Southern Winds. En este caso, la mayor responsabilidad parece recaer en los controles de las aduanas argentina y española.

Pero la cadena de responsabilidades no termina ahí. La Aduana falló en Ezeiza y Aeroparque. Pero en ambos aeropuertos hay también personal de la Agencia Federal de Inteligencia (AFI). Además, la Casa Militar es la responsable de la seguridad del Presidente de la Nación. Si, en lugar de éxtasis, ¿entraba una bomba? Esta historia recién comienza, y será muy difícil que todos los responsables salgan indemnes.    

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