Trump endurece los aranceles contra China, pero ofrece una tregua global de 90 días: alivio y cautela en los mercados
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, anunció este miércoles un giro significativo en su política comercial: endureció los aranceles sobre productos chinos, elevándolos al 125% con efecto inmediato, pero al mismo tiempo decretó una pausa de 90 días en la implementación de tarifas más elevadas para más de 60 países. La medida provocó alivio inmediato en los mercados financieros, aunque persiste la incertidumbre sobre el rumbo de la guerra comercial con China.
Desde su red social Truth Social, Trump justificó la decisión de posponer la aplicación de aranceles más agresivos alegando que representantes de 75 países se habían comunicado con su administración para “negociar una solución a los asuntos que se discuten en referencia a comercio, barreras comerciales, aranceles, manipulación de divisas y aranceles no monetarios”.
Durante este período de tregua, se aplicará un arancel universal del 10% a todos los países, salvo a China, México y Canadá. Estos dos últimos ya habían sido previamente excluidos de los denominados aranceles “recíprocos”. Entre los países beneficiados por la suspensión temporal se encuentran miembros de la Unión Europea, además de Tailandia, Vietnam y otras economías emergentes.
Mayor presión sobre China
El endurecimiento de la postura frente a China fue el aspecto más destacado del anuncio. El presidente acusó directamente a Pekín de “falta de respeto” hacia los mercados internacionales y criticó las represalias tomadas por el gobierno chino, que el martes había elevado sus aranceles sobre productos estadounidenses hasta el 84%.
“En algún punto, ojalá en el futuro cercano, China se dará cuenta de que los días de estafar a EE.UU. y a otros países ya no es ni sostenible ni aceptable”, afirmó Trump en tono desafiante. Sin embargo, en declaraciones posteriores ante la prensa, adoptó un tono más conciliador: “Estoy seguro de que se llegará a un acuerdo con China. El presidente Xi es un tipo inteligente y terminaremos haciendo un muy buen acuerdo”.
Por su parte, el secretario del Tesoro, Scott Bessenet, respaldó el aumento de tarifas contra el país asiático al señalar que fue una respuesta directa a la actitud de Pekín, que "insiste en replicar cada medida arancelaria con represalias, en lugar de buscar soluciones estructurales”.
Reacción inmediata de los mercados
El anuncio generó una rápida recuperación en los índices bursátiles de Estados Unidos. Wall Street cerró con fuertes subas: el S&P 500 avanzó un 9,5%, el Dow Jones un 7,8% y el Nasdaq registró un incremento del 12,1%, marcando una de las mejores jornadas del año.
Los mercados venían de varios días de fuertes caídas, impulsadas por el temor a una escalada proteccionista global. En ese contexto, el giro hacia una postura más predecible por parte de la Casa Blanca fue interpretado como un paso hacia la estabilización.
Impacto y lecturas políticas
El anuncio de Trump marca un cambio sustancial en su estrategia arancelaria. A diferencia de medidas anteriores, más generalizadas y de difícil implementación, esta nueva etapa diferencia claramente entre aliados estratégicos y adversarios comerciales, con China en el centro del conflicto.
La decisión de aplicar un arancel universal del 10% por 90 días a más de 60 países permite a Washington abrir canales de diálogo sin desescalar completamente. A su vez, mantiene la presión sobre China, cuya economía también se ve afectada por la caída de la demanda global y las limitaciones de su política monetaria.
El escenario aún es incierto. Aunque el presidente estadounidense se mostró optimista sobre la posibilidad de llegar a un acuerdo con China, las diferencias estructurales entre ambos países siguen siendo profundas. Temas como la transferencia forzada de tecnología, el acceso al mercado chino y la protección de la propiedad intelectual continúan sin resolución.
Por otro lado, la pausa de 90 días podría convertirse en una ventana de oportunidad para redefinir los términos del comercio global, aunque también corre el riesgo de ser solo una estrategia dilatoria. La relación entre Estados Unidos y sus socios comerciales, especialmente la Unión Europea, también dependerá de cómo evolucione esta tregua temporal.
Mientras tanto, los inversores observan con cautela. El alivio inicial por la moderación en los aranceles convive con el temor a una eventual reanudación del conflicto en caso de que las negociaciones no prosperen.
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