28 de Mayo de 2024 - 17:22

Federico Susbielles defiende el GNL para Bahía Blanca con dos contras: la política nacional y aprietes a empresarios

El intendente bahiense va hoy a la Legislatura bonaerense, para que YPF y Petronas hagan el puerto de exportación de GNL en su ciudad y no en Punta Colorada (Río Negro). Por ahora tiene en contra tanto factores exógenos (YPF, el Gobierno Nacional) como endógenos (la matriz de poder y negocios de la ciudad que lidera). La alianza de Susbielles con Gustavo “El Turco” Elías.

La política metió la cola, y el argumento según el cual YPF es una sociedad anónima -formalmente lo es- volvió a mostrarse ficticio. El megapuerto de exportación de Gas Natural Licuado (GNL) siempre fue pensado para Bahía Blanca, pero los gobernadores de Río Negro (Alberto Weretilneck) y Neuquén (Rolando Figueroa) dieron su apoyo a la Ley Bases y a cambio de ello obtuvieron la promesa -con grandes chances de concretarse- de exportar el gas de Vaca Muerta a través de Punta Colorada, en Río Negro.

Las desventajas de esa locación con respecto a Bahía Blanca son notables. La accesibilidad por rutas nacionales (3 kilómetros en el sur bonaerense y 30 kilómetros en la Patagonia), las líneas de alta tensión cercanas, los días de operabilidad plena según el clima, la infraestructura urbana e industrial cercana, el calado para atracar buques metaneros, entre otras. Todas a favor de Bahía Blanca.

Sin embargo, YPF sigue siendo una sociedad manejada por cada gobierno de turno, y el de Javier Milei parece haber bajado el martillo a favor de sus aliados patagónicos, y contra el gobernador -Axel Kicillof- que emerge como contrafigura del presidente y candidato a disputarle el cargo en 2027.

Más allá de todo esto, el entramado de poder y negocios construido por el intendente bahiense, Federico Susbielles, y el presidente de la Unión Industrial de la ciudad, Gustavo “El Turco” Elías, parece ser un límite a la hora de radicar grandes inversiones en Bahía Blanca. El poder de este supuesto -o antiguo, ya no- testaferro de Hugo Moyano es tanto que es dueño del histórico diario “La Nueva Provincia”, que perteneció a la familia Massot. “Tiene el poder político, los medios, la relación con los gremios, negocios que mejor no mencionar, y también quieren el puerto”, cuenta un crítico del tándem Susbielles-Elía.

 

Apriete denunciado y un consorcio digitado

 

El año pasado, antes de las elecciones y en lo que pareció una movida preventiva, el empresario Marcelo Álvarez denunció extorsión por parte de Susbielles para ceder el control de su empresa a cambio de nada. A través de Energen, Álvarez, un hombre de negocios originario de La Plata, posee un puerto de almacenamiento de combustibles. Tiene allí un aliado de peso: nada menos que Pampa Energía, del empresario nacional más importante del sector, Marcelo Mindlin.

La denuncia de Álvarez, primero con un video y luego en términos judiciales, fue anticipada por Minuto de Cierre (https://www.minutodecierre.com/nota/2023-10-19-12-14-0-empresario-acusa-al-candidato-a-intendente-de-bahia-blanca-federico-susbielles-de-extorsion-y-lo-exhibe-en-un-video). En un provincianismo notable, los supuestos enviados de Susbielles y Elías no midieron el impacto negativo en la opinión pública, con el puerto de GNL en el horizonte; ni tampoco el peso del socio de Álvarez, con llegada a los mayores inversores institucionales de Nueva York y a todo el arco político argentino.

En definitiva, hoy la planta de almacenamiento de Energen está paralizada, sin poder trabajar. Claro que los modos, prácticas o costumbres (como se les quiera llamar) de Susbielles y Elías no tienen en Álvarez el primer damnificado, ni el más grande. Vale do Río Doce, una de las firmas mineras más grandes de Brasil, había invertido cerca de u$s 7.000 millones en la Argentina y se fue de un día para el otro.

El puerto que había comenzado a construir en Bahía Blanca, de unas 35 hectáreas, quedó para el Consorcio de Gestión del Puerto, un ente público no estatal integrado por distintos actores (el municipio, los gremios, empresarios, etc.), pero que en realidad termina siempre controlado por el Poder Ejecutivo local y sus allegados. Es decir, nuevamente Susbielles y Elías. Ese predio de Vale es, justamente, el que se propuso para hacer el puerto de exportación de GNL.

Por otra parte, más allá de la ambición expansionista (municipio, medios, Unión Industrial) del dúo mencionado, la pregunta es por qué tanta voracidad y tan poca elegancia. “Son pesados”, coinciden algunas fuentes, pero no se animan a brindar más precisiones.

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