Informe de FAUBA recopiló más de 6.000 datos de producción forrajera de los últimos 30 años
Un trabajo de la FAUBA recopiló información de los últimos 30 años sobre producción forrajera. A la hora de medir productividad, la zona pampeana lideró con una producción media de 8.500 kilos por hectárea anuales.
La disponibilidad de forrajes es una herramienta fundamental en el planteo ganadero, que puede marcar diferencia a la hora de contabilizar kilos en el lote.
Con esta premisa, un trabajo de la Facultad de Agronomía de la UBA (FAUBA) recopiló más de 6.000 datos de producción forrajera anual de las últimas tres décadas y confeccionaron una base de datos inédita en el país.
Si bien en Argentina existe bibliografía sobre la producción de forrajes de pastizales, pasturas o verdeos, la gran mayoría estaba dispersa o era difícil de encontrar. De este modo, el trabajo de la FAUBA apuntó a unificar esta información.
Según el informe, las regiones Pampeana y del Espinal lideran las regiones de mayor producción promedio anual, mientras que las zonas Chaqueña, Monte y Patagónica son las de mayor variabilidad.
“Conocer cuánto se produce es fundamental porque permite saber cuántos animales por superficie y tiempo tolera un potrero o campo sin degradarse. Sin embargo, en muchos casos se desconoce esta información”, señaló Anoux Jadur, reciente egresada de la Licenciatura en Ciencias Ambientales de la FAUBA.
La base de datos abarcó 748 sitios, y en las pasturas se encontraron 4.231 registros; en los verdeos de invierno 891, en los de verano 365 y en los pastizales 886.
La producción media de forraje de los pastizales varió según la región. Los mayores valores se dieron en la Regiones Pampeana y del Espinal y en los Mallines Patagónicos: 8.500, 4.278 y 4.399 kilogramos por hectárea por año respectivamente.
En la vereda opuesta, los menores los observaron en la región Chaqueña, en la Estepa Patagónica y en el Monte: 1.464, 696 y 575 kg/ha/año, respectivamente.
Mariano Oyarzábal, docente de la FAUBA y director del estudio de Jadur remarcó que dentro de cada región encontraron una variación considerable de la producción, ya sea entre años o entre sitios.
Por ejemplo, fue menor al 40% en el Espinal, cerca del 60% en la Región Pampeana y superior al 70% en las regiones Patagónica, Monte y Chaqueña. También destacó que la variación dentro de cada región fue mucho mayor que la que muestran los promedios de cada región.
Oyarzabal indicó que muchos factores explican la variabilidad en la producción de forraje. “Están los ambientales, como dónde está ubicado el potrero o cuánto llovió, y están los de manejo; por ejemplo, si está muy pastoreado, si se sembró en tiempo y forma o si le dieron un descanso”.
La base de datos que generaron les permitió comprender en profundidad esa variación. “Las pasturas pueden producir 1.000 o 18.000 kg/ha/año; eso depende del manejo y del ambiente”, explicó Oyarzabal.
Según Jadur, el estudio representó un avance en lo productivo, ya que ahora se conocen las producciones medias de los principales recursos forrajeros que se usan en la ganadería pastoril de nuestro país y las variaciones que existen dentro de una misma región.
“Los datos con los que trabajamos son de productividad primaria neta aérea. Es un término bastante técnico, clave porque expresa el funcionamiento de los ecosistemas pastoriles y permite la caracterización ambiental del país”, concluyó Oyarzabal.