08 de Mayo de 2022 - 02:33

"Vamos a una inflación crucero del 4% mensual"

Pese a las señales que pretende dar el Gobierno, no hay proyección de que el proceso se ralentice. Los inversores deben optar por instrumentos vinculados al CER para evitar las consecuencias, sugiere Martín Polo. "Es difícil predecir una hiper", enfatiza.

Cada semana el proceso inflacionario va dejando sus huellas. El índice del mes de marzo, un histórico 6,7% mensual, que acumulado en el año escala hasta el 16,1%, disparó la inmediata reacción del Banco Central, que subió la tasa de interés de referencia al 47%. El lunes, en tanto, el Gobierno anunció el lanzamiento de un IFE (Ingreso Familiar de Emergencia) adicional para amortiguar la suba de los precios.

Es sabido que en la caja de herramientas de la Casa Rosada y el Banco Central abundan más que nada los instrumentos heterodoxos, pero a esta altura del partido las autoridades parecen echar mano a cuanto recurso esté disponible para detener este tsunami.
Por lo pronto, el riesgo de que el proceso se salga de cauce hacia una hiper parece poco probable. Sin embargo, como afirma el economista Martín Polo, Estratega en jefe de Cohen, tendremos que acostumbrarnos a convivir con niveles de inflación más altos que los habituales, lo cual ya es mucho decir.

-De acuerdo a su análisis, ¿cómo está manejando el Gobierno el proceso inflacionario?

-Los resultados hablan por sí solos. Lo que vemos acá, en Cohen, y desde mi rol de consultor financiero más que económico, obviamente teniendo el análisis económico detrás, creo que lo que está sintiendo el Gobierno son las consecuencias de una política monetaria sumamente expansiva que tuvo durante 2021, en el cual no tuvo forma de financiarlo más que con emisión monetaria. Desde el año pasado las expectativas de inflación se fueron corrigiendo al alza y a eso se le sumaron algunos factores adicionales, que se plegaron al denominado Plan Platita, el plan fiscal agresivo que hubo en el cuarto trimestre. Sobre esto recayeron algunos factores más discrecionales y tal vez transitorios que son los ajustes de tarifas que vienen en el marco de un acuerdo con el Fondo. No sólo se ajustan las tarifas por el Fondo en sí sino por una distorsión muy profunda que se están dando en los precios relativos y que obliga a que en algún momento tengan que empezar a acomodar esa dinámica. También la caja del Estado para mantener las tarifas quietas requiere de una carga de subsidios creciente, a lo que se sumó el incremento del precio internacional de la energía. Eso impacta fiscalmente y obligó a que el Gobierno tenga que empezar a liberar un poco esas tarifas.

-¿Eso aceleró aún más la tendencia alcista de los precios?

-Eso provocó el salto de marzo, mes en el que tuvimos una inflación históricamente alta. Tenemos que ir muy hacia atrás en el tiempo para encontrar niveles de inflación tan altos.

-Existe la sensación de que la inflación puede llegar a bajar un escaloncito pero que se sostendrá alta por un tiempo largo. ¿Cuál es su proyección?

-Lo que nosotros siempre venimos recomendando desde el año pasado, el activo de resguardo en pesos para el inversor siempre es el CER. Todos los instrumentos ajustables por inflación son los más recomendados porque son los que cubren de la aceleración inflacionaria, resguardan el capital y cubren de un eventual ajuste del tipo de cambio. Básicamente porque todo ajuste del tipo de cambio, más temprano que tarde, se va sintiendo luego en la inflación. Todos esos instrumentos linkeados al IPC General son buenos como cobertura. Lo que vemos hacia adelante es que la inflación argentina está en un nuevo régimen. Ahora nos conformamos si la inflación baja del 6 o 5%. Si nos preguntaban hace dos meses atrás ese era un escenario muy pesimista. Lo que se está generando a partir de esta dinámica actual y por las medidas que toma el Gobierno, que no vemos que tengan mucho resultado concreto para bajarla, es que tendremos una inflación que seguirá navegando en niveles muy altos. Vamos a una inflación crucero del orden del 4% mensual. Va a ser novedad si la inflación en algún mes perfora el 4% a la baja. Algo que hasta hace un par de meses lo descartábamos. Si no baja estamos en un problema. La de marzo es la peor desde 1991. La dinámica es que vamos a tener una inflación alta y bastante inestable. Esa es la mayor preocupación, lo que incomoda. Hasta hace unos años, si bien la Argentina estaba inmersa en un proceso inflacionario, era bastante lineal. Uno más o menos la iba calculando, más allá de los shocks del tipo de cambio que se generaban en algún momento. No había grandes sorpresas.

-A todos los problemas estructurales que tiene la economía y que son la causa de la inflación, ¿se le suma el capítulo global? ¿El mundo no ayuda?

-Eso es un NI. Si bien el mundo complica por la suba de los precios de la energía, Argentina tiene energía. Si dependemos de la energía del mundo es por problemas nuestros. No quiero subestimar el efecto el aumento que tuvo el precio de los commodities a nivel mundial. Pero si me preguntan qué incidencia tiene en la dinámica de la inflación argentina, diría que de 10 puntos este contexto aporta 1 o 1,5 punto. No corregimos nuestras estimaciones de inflación por la guerra. Nosotros estimamos la corrección en los datos de inflación básicamente por la dinámica propia de la política monetaria en 2021. Para reforzar este punto, hay que tener en cuenta que en la suba de los precios de las materias primas la Argentina también goza de ese beneficio. Entran más dólares y entonces eso moderaría las expectativas de ajuste del tipo de cambio. Países que no tienen los problemas nuestros, en el caso de Brasil, sus monedas se aprecian y eso a nosotros nos quita presión sobre el tipo de cambio. El mundo te quita y también te da. El resultado es más neutro o favorable que negativo, al menos en el corto plazo. Sí es cierto que genera incertidumbre, los mercados están nerviosos. Es un factor más pero no es algo disruptivo a la hora de analizar la economía argentina.

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