08 de Julio de 2021 - 10:32

Germán Muiño, el subdirector que armó un expediente para averiguar las fuentes de Minuto de Cierre, lo comparan con la “Central de Inteligencia” de la dictadura

Tras una nota de este medio, que daba cuenta del manejo irregular de zapatillas importadas por New Balance, el subdirector de Técnico Legal Aduanero decidió iniciar un sumario para investigar quiénes habían brindado la información, en lugar de fiscalizar el trayecto de los 2.340 pares de zapatillas. Los aduaneros recuerdan el antecedente de la Central de Inteligencia Aduanera, que operaba durante la última dictadura cívico-militar y que Raúl Alfonsín derogó apenas comenzado su gobierno.

 

La curiosidad de un funcionario político sobre quiénes de su equipo filtran información a la prensa es algo habitual. Pero armar un expediente -su número es el 2021-00089585-, llamar a declaración testimonial a empleados estatales, y consultarles si ellos brindaron la información al medio -Minuto de Cierre, en este caso- o si saben quién lo hizo, es por lo menos una torpeza política. Si Germán Eduardo Muiño, DNI 32.068.026, trabajara en la Agencia Federal de Inteligencia (AFI), le tocaría el timbre a sus espiados.

Tanto el objetivo del sumario (averiguar quién le brindó información a este medio), como las preguntas a los declarantes (básicamente, si saben quiénes oficiaron de fuente periodística, cuyo secreto está amparado por la Constitución Nacional), hicieron que muchos recuerden a la “Central de Inteligencia Aduanera”, derogada por Raúl Alfonsín apenas comenzado su gobierno. Esta “central” se dedicaba a interrogar y torturar aduaneros, e incluía -como lugar de detención- celdas construidas ad hoc en el terraza del histórico edificio de Azopardo y Belgrano, donde está la sede central del organismo. 

Por esas paradojas del destino, Muiño llegó a la Aduana como un pago de favores a un allegado al kirchnerismo, sin dudas la fuerza política más progresistas del peronismo, que hizo de los Derechos Humanos una política de Estado. En su ambición de poder, que lo llevó a elegir su cargo en una Aduana sin dirección política clara, Muiño terminó indagando -otros dicen apretando- aduaneros para ver quién filtró una información absolutamente cierta y verdadera. Una práctica reñida con la etapa democrática. Además, poniendo el foco en los trabajadores y no en la posible comisión de un delito aduanero. Otra práctica a contramano del peronismo: poner el foco en los trabajadores y no en las empresas. 

Muiño es nada menos que el subdirector de Técnico Legal Aduanero, una de las tres subdirecciones de la Dirección General de Aduanas (DGA), cuya titular es Silvia Brunilda Traverso. Muiño llegó al cargo de la mano de un economista muy influyente, con buena llegada al kirchnerismo. Tanta “banca” hizo que hasta pudiera elegir su cargo. En su primera reunión con Traverso, la titular de Aduana le ofreció otro puesto, Muiño dijo que no le seducía, y ante la consulta de opciones, la jefa del organismo exhibió una planilla de organigrama con casi todos los lugares vacíos. Luego de ello, Muiño eligió la subdirección que antes estaba a cargo de Gladys Morando.

De esa área dependen, por ejemplo, las investigaciones de Narcotráfico, un departamento al cual se le pasaron por alto 28 kilos de cocaína que llegaron -y sólo fueron detectados allí- a puertos de Europa. También depende de Muiño la división Gestión del Riesgo, desde donde se ve cómo algunos couriers ingresan mercadería electrónica y de informática a través del Aeropuerto de Ezeiza, o cómo importadores informales -otros dirán contrabandistas- de indumentaria y calzado se hacen un festival entrando por Encomienda Postal Internacional (EPI), un área de la DGA que opera desde la sede del Correo Argentino de Retiro.

Sin embargo, a pesar de los múltiples problemas que enfrenta (en general, sin resolverlos), Muiño posó sus ojos sobre quiénes son los informantes de Minuto de Cierre. Ello surgió luego de una nota en la cual este medio contaba cómo una importación de 2.340 pares de zapatillas New Balance, que por antigüedad en depósito fiscal debería haber pasado a rezago o remate, fueron destinados a la venta. La nota, publicada a fines de enero de este año, puede leerse aquí: https://www.minutodecierre.com/nota/2021-1-26-15-50-0-new-balance-manejo-irregularmente-en-la-aduana-2-340-pares-de-zapatillas-importadas-desde-pakistan

Luego de esto, Muiño podría haber continuado con la investigación del tema, que corresponde a la subdirección que él encabeza. Todo el camino que hicieron las zapatillas New Balance, revelado por este medio, surge de propios documentos de la Aduana. Sin embargo, el abogado que llegó a la Aduana sin tener carrera en el organismo prefirió investigar quiénes habían sido los informantes del tema.

 

Preguntas inquisidoras y recuerdo de la dictadura

 

Minuto de Cierre accedió a distintas declaraciones indagatorias realizada por Lara Zincenko, quien firma esos documentos como “Instructora Informante Legajo Nº 31379-3, AFIP-DGA”. Zincenko es una de las personas de máxima confianza de Muiño, lo cual explica las preguntas que le hizo a los aduaneros llamados a declarar. Por ejemplo, por qué ingresaron al Sistema María (donde está toda la información interna de la Aduana) en tal fecha y hora. Ese fue el registro que tomaron Muiño y Zincenko para elegir a quiénes llamar: los aduaneros que ingresaron al Sistema María para ver la trazabilidad de las zapatillas de New Balance.

La “instructora informante” también preguntó -a cada indagado- si sabían quiénes habían sacado las fotos -a modo de captura de pantalla, con el celular- de los materiales que luego aparecieron en Minuto de Cierre. La redacción es igual en todas las actas de declaración testimonial: “Preguntado para que diga si tiene conocimiento de la persona que tomó las fotografías correspondientes a la Actuación SIGEA N1 18042-269-2020 obrantes en el artículo periodístico, exhibiéndose en el presente acto tres fotografías …. Preguntado para que diga si tiene conocimiento de la persona que tomó la fotografía correspondiente a la SOLICITUD PARTICULAR Nº 0011081420 obrante en el artículo periodístico ….”.

Muiño prefirió destinar horas hombre de una empleada de la Aduana -Zincenko- a investigar quién le brindó la información a Minuto de Cierre, en lugar de hacerlo con respecto al destino de las zapatillas de New Balance, que se supone terminaron en algún comercio informal. El comportamiento de Zincenko y Muiño fue comparado, por distintos empleados de la Aduana, con la “Central de Inteligencia Aduanera”, sobre todo por el concepto de investigar al personal del organismo, en lugar de los posibles ilícitos que se produjeron por parte de importadores o exportadores.

La llamada “Central de Inteligencia” es recordada por los aduaneros de mayor antigüedad debido a que incluía celdas en la terraza del histórico edificio de Azopardo y Belgrano. Como era habitual en la última dictadura cívico-militar, empleados del organismo eran interrogados con torturas para que brindaran información sobre su accionar administrativo y político. En esa época, el secretario general del Sindicato Único del Personal Aduanero de la República Argentina (SUPARA), Carlos Sueiro, era uno de los pocos abogados que se animaba a presentar habeas corpus por la desaparición forzada de personas, el capítulo más triste y recordado del autodenominado Proceso de Reorganización Nacional, junto al robo de bebés. Quizás por tanto recuerdo doloroso, tanto en el gremio como entre los aduaneros en general, la actitud de Muiño cayó muy mal.

 

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