20 de Noviembre de 2020 - 17:40

Salta: Murió Jorge Brito expresidente del Banco Macro

Tras reunirse con el gobernador salteño, el banquero viajaba hacia su campo cuando el helicóptero habría impactado contra una "tirolesa".

El banquero Jorge Horacio Brito, expresidente del Banco Macro, falleció esta tarde en un accidente cerca del dique Cabra Corral. Los primeros indicios indican que el helicóptero se habría enredado en un cable de tirolesa.

Brito habría tenido una reunión con el gobernador Gustavo Sáenz en Finca las Costas y de ahí habría partido a Joaquín V. González. 

El helicóptero era un Eurocopter AS350 Ecureuil, matrícula LV-FQN.

La Junta de Seguridad en el Transporte, a través de su cuenta de Twitter, confirmó el accidente en el que murió Brito. “Suceso accidente aeronave helicóptero Eurocopter Ecureuil matr. LV-FQN ocurrido en Embalse Cabra Corral (Salta) a aprox. 21.30hs UTC. 2 fallecidos. Interviene JST Sede Córdoba.”, escribieron.

El acompañante, que falleció junto con el banquero,  fue identificado como Santiago Beaudean. Según datos que se conocieron es piloto comercial de primera clase de avión y tenía 45 años. Tenía la licencia desde 1997. 

Jorge Brito nació en 1952 en Buenos Aires y era dueño del Banco Macro, entidad de la que fue su CEO hasta 2018, para luego volver a ocuparlo en 2020. Tenía la posesión de un sexto del paquete accionario de Banco Macro como así también negocios inmobiliarios e agropecuarios.

En 2017 la prestigiosa revista Forbes lo ubicó en el puesto 1.567 del ranking global de multimillonarios, era la séptima persona más rica de la Argentina.  En 2018 descendió a la décima posición con un patrimonio de $1.500 millones de dólares y al año siguiente bajó al puesto 21 con una fortuna de $690 millones de dólares.

Jorge Brito, el empresario que falleció hoy cuando el helicóptero en el que viajaba se estrelló en Salta, formaba parte de un selecto grupo de banqueros locales. Creó un imperio financiero desde la nada, con apenas una inversión conjunta de US$10.000, atravesó diversos gobiernos y mantuvo diálogo permanente -muchas veces tirante- con el poder.

Casado con Marcela Carballo, tuvo seis hijos: Milagros, Jorge, Marcos, Constanza, Santiago y Mateo. La historia de Brito es rica en detalles. Perdió a su padre a los 10 años y había comenzado a trabajar a los 17. Él y su cuñado Delfín Jorge Ezequiel Carballo fundaron una compañía financiera que primero se llamó Hamburgo. En poco más de 30 años se convertirían en dos hombres ricos.

En 1985 compraron el Macro a Mario Brodersohn, José Dagnino Pastore y Alieto Guadagni. Hay una leyenda en la City: Macro es la sigla de Muy Agradecidos Celestino Rodrigo, un homenaje al ministro de Economía que devaluó 160%.

El Macro se transformó oficialmente en banco mayorista en 1988, con la autorización del Banco Central que presidía entonces José Luis Machinea, otro economista radical que más tarde se convertiría en ministro de Economía de Fernando de la Rúa.

A mediados de los 90, el Macro comenzó su expansión. Lejos de la City, inició ese camino por el interior. Se quedó con bancos provinciales y llegó a diciembre de 2001 con la confirmación de la compra del Bansud, en momentos en que las grandes empresas desconfiaban de la Argentina.

El Macro jugó fuerte tras la crisis de 2002. En agosto de ese año se quedó con el 35% del Scotiabank Quilmes por 20 millones de pesos (unos 5,5 millones de dólares) y lo capitalizó con $288 millones (80 millones de dólares). Sumó a su red otras 36 sucursales distribuidas en el interior del país. "Los países no quiebran", pensaba Brito, y aprovechaba que el Macro no había perdido tantos depósitos como el resto del sistema financiero para expandirse.

En la década kirchnerista, el Macro renovó su red de relaciones por funcionarios mucho más jóvenes. Tenía un vínculo aceitado con Sergio Massa, que mantuvo hasta estos días, antes de fallecer. Llevaron esa buena relación a la cancha: aunque sólo tomó relevancia cuando el exjefe de Gabinete y hoy titular de la Cámara de Diputados rompió las filas del kirchnerismo, el Macro auspició a Tigre, el equipo de fútbol que era apadrinado por Massa, desde sus tiempos en primera B.

También tenía buena relación con Boudou, con Bossio y el diálogo habitual con De Vido. Sus contactos y la administración de ciertos fondos le valieron ser bautizado como "el banquero de los Kirchner" por la embajada de Estados Unidos.

Lejos de aquel primer salvavidas a la nueva gestión kirchnerista, la relación entre el banquero y el gobierno de Cristina Kirchner atravesó estaciones que los separaron cada vez más. Una de esas paradas fue el exsecretario de Comercio Interior Guillermo Moreno. Habían cultivado una amistad que parecía duradera, a tal punto que el ex hombre fuerte de Cristina Kirchner en su primera administración almorzaba con el banquero una vez por semana en el edificio del Banco Macro. Pero la relación terminó mal.

Moreno lo acusó en más de una ocasión de promover corridas cambiarias y gritó que lo quería ver preso. Eso no le impidió al exfuncionario, sin embargo, valorar el poder de Brito en el mundo financiero.

En mayo de 2013, el Gobierno lanzó un blanqueo de dólares a través de la venta de bonos para obras de infraestructura y certificados para utilizar en inversiones inmobiliarias (Cedines). El equipo económico reunió a un grupo de periodistas para explicarles la medida. Moreno les anticipó que los papeles para comprar casas generarían un mercado secundario, algo que finalmente no ocurrió. Lo explicó como "un gran negocio" para Brito.

El empresario mantenía diálogo con este gobierno sin ahorrar algunas críticas. La última fue contra el impuesto a los grandes patrimonios.

La tirolesa del dique Cabral Corral contra la que impactó el helicóptero del banquero Jorge Brito va de una altura de casi 170 metros hasta los 40 por sobre las aguas del río Juramento, en la zona de Coronel Moldes. La experiencia consiste en el desplazamiento con una roldana por una soga estática de metal que se encuentra suspendida sobre el agua, sujetado con un arnés desde la cintura.

El recorrido total es de casi 200 metros y cuando finaliza a la persona se la desciende a una embarcación que lo lleva navegando a la costa. La actividad en total dura unos 20 minutos y está cargo de una empresa especializada en deportes de riesgo que opera en el lugar desde hace 12 años.

La experiencia tiene un costo de 980 pesos por persona y es solo para mayores de 12 años. Los pasajeros deberán presentarse en el puente del Dique Cabra Corral y en el lugar también se aprovecha el cañadón del río para la práctica de rafting y canopy.

 

 

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