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Ante la muerte de Carlos Di Doménico, respetado como diseñador y querido como persona, la primera reacción de los famosos que lo trataron fue la tristeza y el estupor. Pasado el sacudón inicial, los ojos comenzaron a posarse sobre Juan Manuel Campillo, el ex funcionario kirchnerista que estaba casado con él, a quien muchos ya  consideran una especie de “viudo negro” que hizo todo para quedarse con la fortuna que el diseñador logró amasar con talento y esfuerzo. 

“No hay mucha información sobre su muerte, y tampoco se sabe por qué estaba en Rosario, quién lo lleva para ahí. Carlo era un tipo de pelearla, de salir adelante, estoy segura de que Carlo hubiera estado con sus amigos y se aisló. Sé que no le daban el teléfono porque hoy me contaron cosas increíbles, que no le dejaban usar el celular, que otra persona se lo atendía. Todo, todo, todo... me parece raro”, declaró este jueves por la mañana Marcela Tinayre, expresando lo que muchos piensan. 

Como tantos otros, Tinayre no se explica por qué Di Doménico, teniendo dos hijos en Argentina (producto de su matrimonio con Susana Ortiz), y una casa en Milán, terminó viviendo en Rosario. “Sé que anoche su familia se fue para Rosario, así que quiere decir que tampoco estaba con su familia”, agregó la hija de Mirtha Legrand.

El trasfondo de todo es su relación con Juan Manuel Campillo: se casaron en 2012, quisieron divorciarse en 2017, y el manejo del dinero y la política fue clave para que sigan juntos. “Se fueron a vivir a Rosario porque tenían miedo que a Campillo le allanen el departamento de la calle Alsina”, le contó a Minuto de Cierre un investigador que siguió el tema en detalle.

Al 1800 de esa calle, en El Barrio de Congreso, Campillo y Di Doménico vivieron juntos, rodeados de uno de las activos más valiosos, aunque también de valor incalculable, que logró acumular el diseñador tras años de trabajo: una lograda colección de obras de arte, en especial pinturas de autores importantes. Se cree que esas joyas quedarán para el viudo kirchnerista, quien siempre las codició y se las negaría a la familia del diseñador.  

Entre fines de 2016 y comienzos de 2017, cuando comenzaron las negociaciones para el divorcio, este fue uno de los puntos más conflictivos. Además de otro muy difícil de resolver: el que tenía más fortuna previa al momento del casamiento era Di Doménico, por lo que la división de bienes era conflictiva.

Se habla de una casa en Milán, un lujoso departamento en Punta del Este, campos en el exterior, y una cuenta en euros en el paraíso fiscal llamado Andorra. Campillo, que manejó una cueva financiera en Puerto Madero junto a amigos de Máximo Kirchner, pensó que era una buena idea participar del blanqueo de capitales que cerró en marzo de 2017, pero luego lo descartó por sus antecedentes políticos.

La pareja se había dado a conocer en el verano de 2012, cuando los fotógrafos retrataron a ambos en Punta del Este. “Soy Juan Manuel. Sin apellido, como Sandro”, se presentó el ex ministro de Economía de Santa Cruz que en los 90 llevó al exterior los famosos “fondos de Santa Cruz”. Más de u$s 600 millones que la provincia gobernada por Néstor Kirchner cobró por la estatización de YPF, luego salvó del Corralito de Cavallo, y más tarde gastó en elecciones provinciales.  

Campillo, además, fue designado director de la Oficina Nacional de Control Comercial Agropecuario (ONCCA) en 2009, el organismo que repartía subsidios para evitar mayores subas en el precio de los alimentos. Después Cristina Kirchner decidió disolverlo, pero permaneció el vínculo de amistad: Campillo siempre fue uno de los consejeros preferidos de la ex presidenta en cuestiones de moda. A tal punto, que la ex esposa de Di Doménico -Susana Ortiz- se convirtió luego en su diseñadora. 

Tras el casamiento de 2012, y el fallido divorcio del 2017, Di Doménico comenzó una etapa de ostracismo a la cual lo empujó u obligó Campillo. Algo que sorprendió y enojó a los amigos del diseñador. Y que probablemente tengo su correlato en Tribunales; además de la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP) y la Unidad de Información Financiera (UIF) si estos dos organismos ponen la lupa sobre el reciente viudo.