15 de Septiembre de 2017 - 17:23

Neurociencia: El nuevo gurú del marketing de contenidos

Esta estrategia, elegida por muchos negocios, consiste en crear y distribuir contenido relevante y valioso para atraer y retener potenciales clientes.

Afirmar que los Datos Masivos (Big Data) son el oro del siglo XXI, no es exagerado, ya que logran reflejar actividades e intereses de los usuarios. En la búsqueda de su maximización, las ciencias duras aportan conocimientos a la mercadotecnia ¿Con esta unión, será posible hackear mentes?

Internet de las Cosas -IoT, por sus siglas en inglés- ya es una realidad consolidada y en poco tiempo viviremos en un mundo en el que todo estará conectado a la red, desde cafeteras hasta postes de alumbrado público, y lo demuestra el análisis de la consultora Gartner, que predica que en cuatro años, más de 20 mil millones de dispositivos estarán conectados a Internet.

En esta búsqueda el marketing se alía con las ciencias más duras para alcanzar nuevos resultados y se afianza el neuromarketing. La técnica que se basa en el conocimiento del cerebro humano a través de la neurociencia, con el fin de conocer qué es lo que hace que las personas se sientan atraídas por un producto y tratar así de predecir la conducta del consumidor. Lo que interesa saber aquí es por qué el consumidor toma una decisión con respecto a un producto, ya sea físico o no.

Pero con los datos solos no alcanza, entonces, una vez recabada la información ¿qué hacer con ellos? Ahí es donde interviene el marketing de contenidos ya que se centra en crear cierto tipo de información útil e interesante, para generar una reacción positiva en los usuarios y ahora siguiendo las pautas de la neurociencia.

Esta estrategia, elegida por muchos negocios, consiste en crear y distribuir contenido relevante y valioso para atraer y retener potenciales clientes. Para lograrlo, se apunta en una ecuación básica: llamar la atención, incentivar la memoria a través del recuerdo, e influir sobre una decisión para incrementar la acción y que me materialice en una compra. Para que esta acción sea efectiva, la neurociencia da algunas pautas:

Nuestro cerebro intenta conservar energía y no gastará un segundo de más en analizar las características de un producto o servicio si éste entra en la categoría de compra habitual. Por lo tanto, el usuario comprará el de siempre. Por eso, antes de diseñar la estrategia de Content Marketing y poner el énfasis en las mejores características y cualidades del producto respecto de la competencia, analizar qué categoría es más relevante para el potencial cliente es primordial. Acertar y señalar la mejor categoría es dar en el blanco.

La mayor parte de lo que la gente olvida no involucra al pasado sino al futuro. La neurociencia explica que las personas olvidamos actuar sobre las intenciones a futuro que hemos formado en el pasado. Por esto, la comunicación desarrollada en una estrategia de marketing de contenido debe ser constante y consistente para ayudar a los potenciales compradores a crear un recuerdo en la memoria y formar una “intención”.

Los consumidores no actúan si el esfuerzo o el riesgo implicado son demasiado grandes. Para esto, el marketing de contenidos debe minimizar esta sensación y reforzar el beneficio final que se obtendrá, fundamentado principalmente en emociones personales más que en características técnicas. Un ejemplo eficiente de esto son las marcas que ofrecen garantías de devolución.

Esta comunión de técnicas permite aunar dos mundo que a priori parecerían incompatibles y logra dotar de certezas a una actividad que se basa en deseos y conductas como lo es el marketing,entonces, con esta unión, ¿llegó la oportunidad de hackear la mente de los consumidores? Bueno, no sé si sería tan literal, pero seguro que sí permite conocer cada vez más al consumidor y acercarle opciones acertivas, reduciendo el margen de error, sentencia Leandro Padula, co founder de Broobe, agencia de marketing digital.

 

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