13 de Noviembre de 2023 - 16:51

Javier Milei llega al límite para el balotaje: 80 de 350 boletas necesarias, deserción de concejales y dudas sobre la fiscalización

La Justicia Electoral Nacional lanzó la advertencia antes del debate: La Libertad Avanza entregó muchas menos boletas de las necesarias. Antes de ello, la deserción de legisladores electos fue nota destacada. Ahora, tras la ausencia de Juntos por el Cambio en la Facultad de Derecho, la duda es quién va a aportar los fiscales para la elección definitiva del domingo 19. Los aliados que le fallaron: primero Luis Barrionuevo con la fiscalización, ahora Mauricio Macri con boletas y fiscales. De "El Calabrés" a "El Ángel Exterminador". 

 

En el debate presidencial de este último domingo, el candidato de La Libertad Avanza (Javier Milei) lució más nervioso y errático que su oponente. Quizás haya influido que en los días previos no paró de recibir malas noticias: legisladores electos que lo abandonaron, impresión de boletas menor a la necesaria y una fiscalización que por ahora nadie se pone al hombre. Los dos últimos de estos tres temas supuestamente iba a solucionarlos Mauricio Macri, pero ni siquiera todas las figuras del PRO respaldaron a Milei, sin contar que la Unión Cívica Radical (UCR) casi entera optó por el apoyo a Sergio Massa vestido de neutralidad.

El problema de mayor gravedad, en lo puramente instrumental, es que La Libertad Avanza (LLA) presentó menos boletas de las necesarias para el balotaje de este domingo, tanto según la Justicia Nacional Electoral en Provincia de Buenos Aires, como también advirtió la jueza federal con competencia sobre el tema, María Romilda Servini. “Sobre las 350 boletas que debe enviar cada partido por urna, los libertarios enviaron 80”, le confió a Minuto de Cierre una fuente que conoce el tema.

La impresión de las mismas, en esta etapa, estuvo a cargo de Mauricio Macri, según el llamado “Pacto de Acassuso” entre el ex presidente y el candidato libertario. Durante las Primeras Abiertas Simultáneas y Obligatorias (PASO), como también en las elecciones generales, la impresión de boletas fue manejada por Karina Milei, hermana de Javier, y Santiago Viola, apoderado de LLA. Mientras que ahora, Macri estuvo a cargo de esto, eligiendo como proveedor al Grupo Clarín.

El comunicado oficial de LLA argumentó que no se incumplió con “resolución legal alguna” y que se acompañaron “boletas para todas las mesas de votación en la cantidad que se estiman necesarias”. Sin embargo, el mismo comunicado admite más adelante que la forma de cuidar los votos es a través de “la reposición constante por parte de nuestros fiscales”. Es decir, se admite que quizás no estén disponibles, al menos hasta ahora, todas las boletas necesarios.

 

 

El aporte de fiscales: de la casta sindical al “Ángel Exterminador”

 

 

La explicación “blue” o informal, sobre las etapas de fiscalización en la candidatura de Milei, no sólo es más divertida sino más creíble que otras. En las PASO lo ayudó el peronismo, para desinflar a Juntos por el Cambio (JxC), lo que finalmente se logró. En las elecciones generales le quitaron ese apoyo, que supuestamente iba a aportar el jefe del sindicato gastronómico, Luis Barrionuevo (el mismo que mandó a quemar urnas en Catamarca cuando perdió la elección a senador). Mientras que, en el definitivo balotaje, esa tarea iba a ser coordinada (o por lo menos ordenada) por Mauricio Macri.

Lo que “El Calabrés” (como apodan al ex presidente) le ocultó a Milei es que, en las elecciones que JxC pudo triunfar (presidenciales de 2015 y medio término del 2017), la fuerza fiscalizadora fue aportada por la Unión Cívica Radical (UCR), que apenas conocido el Pacto de Acassuso osciló entre la supuesta neutralidad y el apoyo explícito a Sergio Massa. La fiscalización estaría a cargo, teóricamente, de Guillermo “Guillo” Dietrich, el ex ministro de Transporte, más ocupado en evitar la exposición pública para no tener problemas judiciales tras su paso por esa función, donde lo comparaban con Julio De Vido y lo apodaban “El Faraón”. Ahora la fiscalización recaerá en Guillermo Ferraro, un ex ejecutivo de KPMG (empleado al fin, ni siquiera empresario) que suena como ministeriable en una eventual presidencial de Milei, que cada día parece más lejana.

Sólo a un inexperto político se le pudo pasar que Macri prometió una fiscalización que la UCR puede garantizar a nivel nacional, pero el PRO no. “Mauricio liquidó primero a Horacio, después a Patricia y ahora a Milei. Es el Ángel Exterminador”, apunta un cuadro importante del PRO, que se escondió para no apoyar al candidato libertario. “Es lo único en lo que Mauricio es como Perón: si no soy yo, que no sea nadie de los propios”, agrega.

Por otra parte, la deserción de legisladores electos, apenas conocido el apoyo de Macri, arrancó hace dos semanas con nombres como Fabián Luayza, Gustavo Cuervo o Viviano Romano en Provincia de Buenos Aires, legisladores de Buenos Aires. A ellos se suman senadores nacionales electos como Ivana Arrascaeta (San Luis) y Bruno Olviera (San Juan), como también los diputados nacionales Lisandro Almirón (Corrientes) o Pablo Ansaloni (Buenos Aires).

Comentarios