10 de Mayo de 2022 - 22:21

Los aduaneros realizaron una protesta en la sede central del organismo por el suicidio del guarda Omar Ramírez

La protesta se realizó desde el mediodía de este lunes, convocada por el gremio del sector. Se soltaron globos negros, hubo un pedido por la memoria del aduanero que se suicidó tras ser denunciado por autoridades del organismo. La indignación se centró en los subdirectores Germán Muiño y Rodrigo de Dios, además de la directora Silvia Traverso.

 

La protesta fue convocada desde el viernes pasado, y se realizó este lunes 9 de mayo desde el mediodía en la sede central de la Aduana, ubicada en Azopardo 350. La misma fue convocada por el Sindicato Único del Personal Aduanero de la República Argentina (SUPARA), donde la conmoción es muy profunda desde que el guarda Omar Ramírez, que además era delegado, se suicidó hace una semana luego que el subdirector de Legal y Técnica, Germán Muiño, le realizó lo que a esta altura todos llaman "denuncia express" sin investigar los hechos que la originaron.

Además del discurso del titular del SUPARA, Carlos Sueiro, la suelta de globos negros y la foto del fallecido Ramírez en un altar, se notó un terrible enojo contra las tres personas que hoy manejan las decisiones centrales de la Aduana: su directora Silvia Traverso, junto a los subdirectores Muiño y Rodrigo de Dios. "El clima de persecución arrancó con este gobierno, cuando el organismo quedó en manos de la nueva conducción. Pero lo de Omar fue la gota que colmó el vaso, lograron que se suicide uno de los pocos aduaneros que no tenía automóvil propio y vivía en un barrio humilde de Quilmes (San Francisco Solano)", detalló alguien que lo trató durante décadas.

Algunos de los panfletos repartidos decían "Basta Muiño" o tildaban de "asesinos" tanto al supuesto kirchnerista, de polémico paso por el Tribunal Fiscal la Nación, como también a De Dios (hijo de un santacruceño recordado por haber hecho negocios en el ministerio que conducía Julio de Vido) y Silvia Traverso, amiga personal del ex canciller de Macri, Jorge Faurie, y de relación más cercana aún con el histórico diputado macrista Álvaro González. La distinta procedencia de Muiño, De Dios y Traverso, así como el manejo discrecional de la Aduana, son una muestra de "albertismo" puro. El problema es que esta vez no se trata sólo de negocios, sino que el proceder que llevaron adelante terminó con una vida. 

 

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