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El coronavirus es tragedia para muchos y negocio para pocos. Entre estos últimos, hay tres empresas de la Argentina que exportan barbijos y alcohol en gel a China, mientras la provisión local no está garantizada. Y cuando hay abastecimiento, se pagan precios abusivos: hasta $ 180 un barbijo o $ 350 un alcohol en gel pequeño, de sólo 250 gramos. Estas exportaciones ocurren a pesar que el viernes pasado -20 de marzo- los ministros Matías Kulfas (Desarrollo Productivo) y Martín Guzmán (Economía) advirtieron que se debería pedir permiso de exportación para los insumos críticos, entre los cuales sin dudas se cuentan ambos productos.

Las empresas que hacen su pingüe negocio son, según averiguó Minuto de Cierre en exclusiva,  Anadelia S.A., Marta Lukezic (persona física que funciona como compañía) y Algabo S.A. Anadelia exportó 550 kilos de mascarillas, a través de 6 bultos, y con un agravante. Algabo S.A. sacó más de 11.000 kilos de alcohol en gel, y habría mentido en la posición arancelaria para evitar controles y hasta la prohibición de vendar al exterior. En tanto que Marta Beatriz Lukezic exportó 1.070 kilos de barbijos. Minuto de Cierre accedió en exclusiva a esos datos, que ilustran la nota.

Como el Ministerio de Desarrollo Productivo no sacó una norma específica para que el permiso de exportación sea obligatorio, los aduaneros se mueven en una zona gris. El director de la Aduana de Ezeiza, Ramiro Roibas, se cuenta entre los que permiten la exportación fácil. Roibas, conocido como RR y muy resistido entre sus pares del organismo, es famoso por haber impuesto una traba a la importación de aeronaves particulares; algunos creen que con afán recaudatorio, pero no para al erario público. Sus horas en la aduana del aeropuerto más importante del país estarían contadas.

Sin embargo, otros funcionarios de la Aduana de Ezeiza estaban frenando esas exportaciones. Aunque no se haya emitido una norma específica, en el Ministerio de Desarrollo Productivo apuntan que “el permiso para exportar ya está vigente”. De esa orden, más política que normativa, se tomaron algunos aduaneros para frenar algunos embarques de las últimas 48 horas.

Mecanismo rápido, y tres empresas que lo aprovecharon

Las empresas apuradas por exportar son pymes que están haciendo su gran negocio. Pero a costa de futuros problemas judiciales, pues un juez estaría por intervenir. Les podría aplicar la Ley de Abastecimiento. De ellas, Anadelia S.A. es una empresa familiar ubicada en Capital Federal (entre Palermo y Almagro), y según su asamblea de junio del 2017, su presidente es Alejandro Daniel Namjanovich, en tanto que los directores titulares son Gabriela Najmanovich, Micaela Najmanovich y Betina Fabiana Frid. 

Por otra parte, Marta Lukezic es una persona física que funciona como empresa, está inscripta en el Impuesto a las Ganancias desde 1996, y como empleador desde el 2001. Su actividad principal es la “fabricación de artículos confeccionados de materiales textiles, excepto prendas de vestir”. 

Mientras que Algabo S.A. es una firma con domicilio en el Centro porteño, a metros de la Avenida 9 de Julio. Su presidente es Alberto Gabriel Bollati, la vicepresidenta María del Carmen Hernández la directora Liliana Beatriz Hernández, según determinó su asamblea del 6 de septiembre último. 

Tanto la firma de los Najmanovich (Anadelia), como Marta Lukezic, y la empresa de Bollati y las Hernández (Algabo), tenían anoche trabadas las exportaciones con rumbo a China, y hoy se las liberaron. Intervención de un juez mediante, quizás tengan la oportunidad de hacer más Patria y menos negocio: venderle esos barbijos a los argentinos que los necesitan, aunque a un precio menor del que pagan los orientales.