¿Por qué EE. UU se puede dar el lujo de tener déficit interno, externo y emitir sin respaldo?
La emisión monetaria de dólares billetes es la consecuencia y no la causa. El dólar y la competencia con los BRICS. La hegemonía mundial de la FED. La “Genius Act” y la guerra geopolítica subyacente. Las razones explicadas con cifras categóricas de los motivos porque el dólar se erige como el gran ganador en el concierto internacionales de divisas fuertes.
Por Marco Esdras
El Departamento del Tesoro de los EE. UU acaba de emitir un informe donde da cuenta de la realidad monetaria internacional imperante y hegemónica.
El orden financiero mundial quedó instaurado posicionando a EE. UU como el catalizador y epicentro de las finanzas mundiales y a mercados centrales como Frankfurt, Londres y Tokio como generadores de riqueza financiera de segundo orden.
Al mes de mayo de 2025, la suma total de todas las adquisiciones netas extranjeras de valores a largo plazo, valores estadounidenses a corto plazo y flujos bancarios ascendió a una entrada neta de capitales de inversión de 311.100 millones de dólares. De esta cantidad, las entradas netas privadas extranjeras fueron de 333.200 millones de dólares, mientras que las salidas netas oficiales extranjeras fueron de 22.100 millones de dólares.
Los residentes extranjeros aumentaron sus tenencias de valores estadounidenses a largo plazo en mayo; sus compras netas fueron de 318.600 millones de dólares. Las compras netas de inversores extranjeros privados fueron de 287.500 millones de dólares, y las compras netas de instituciones oficiales extranjeras fueron de 31.100 millones de dólares.
Los residentes estadounidenses aumentaron sus tenencias de valores extranjeros a largo plazo, con compras netas de 59.100 millones de dólares.
Tras incluir ajustes, como las adquisiciones estimadas de acciones estadounidenses en carteras extranjeras mediante swaps de acciones, se estima que las ventas netas totales de valores a largo plazo en el extranjero ascendieron a 259.400 millones de dólares en mayo.
Los residentes extranjeros aumentaron sus tenencias de letras del Tesoro estadounidense en 500 millones de dólares. Las tenencias de todos los valores estadounidenses a corto plazo denominados en dólares y otros pasivos de custodia por parte de residentes extranjeros aumentaron en 10.300 millones de dólares.
Los pasivos netos en dólares de los bancos con residentes extranjeros aumentaron en 41.400 millones de dólares.
La conclusión a la que se arriba es como bien asevera Paul Krugman: “Europa sufre un estancamiento secular mientras que los flujos financieros se dirigen hacia los stocks de los EE. UU”.
De allí se explican los motivos por los cuales EE. UU está en condiciones de hacer uso y abuso en la emisión de su moneda independientemente de ostentar déficit de presupuesto y de Cuenta Corriente. La hegemonía de la moneda estadounidense se plasmó luego de la Convención de Génova, el abandono del patrón oro y se volvió a imponer con el Plan Marshall, esquema mediante el cual EE. UU inundó de dólares a Europa. Luego con el arreglo de los petrodólares en la península arábiga y el Golfo Pérsico también la economía número uno logró que las operaciones del crudo se transen en dólares norteamericanos y que tanto la familia Saúd como los Emires utilicen sus monedas para transacciones vernáculas.
Brics y Ley Genius
El Senado norteamericano recientemente sancionó la “Genius Act” donde crea un dólar cripto y se blinda de los ensayos análogos de los BRICS.
El grupo de países BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica), con recientes incorporaciones como Irán y Egipto, promueve la creación de instrumentos de comercio y crédito que no dependan del dólar. Han discutido una moneda común o el uso preferencial de monedas locales. Su Banco de Desarrollo ya opera sin requerir USD en ciertas líneas. Los BRICS, con su potencial de emitir monedas respaldadas en commodities, oro o activos energéticos, amenazan el sistema financiero dominado por EE.UU.
Frente a ello, se destaca que este “nuevo dólar” exige la prohibición explícita de una CBDC estadounidense y, a la vez, exige el respaldo de stablecoins con activos altamente líquidos denominados en dólares estadounidenses. En concreto, la ley impone que las stablecoins emitidas en EE.UU. o comercializadas en su jurisdicción deben estar respaldadas por activos líquidos los que pueden ser: Cash en USD (dólar estadounidense), Bonos del Tesoro de EE. UU, Acciones listadas en el Nasdaq o en el Nyse o bien ETF’s denominados en USD.
En definitiva, al prohibir una CBDC estatal y, en cambio, permitir que el dólar opere en formato digital mediante actores privados bajo regulación, EE.UU. crea lo que se interpreta como un "dólar inteligente” fuertemente potenciado con iniciativas privadas ya que: funciona digitalmente, pero no está centralizado por el gobierno. Además, es líquido, rastreable y programable, pero no bajo vigilancia estatal. Y finalmente se puede distinguir su legitimidad jurídica y respaldo estable, a diferencia de las cripto no reguladas.
La normativa es taxativa en cuento a los requisitos que se enumeran:
- Licencia federal otorgada por el regulador competente.
- Licencia estatal, con inscripción y monitoreo adicional por parte de autoridades federales.
Asimismo, se permiten las siguientes situaciones sin requerir licencia: i) Emisiones de stablecoins para uso personal o entre pares, sin intermediación; ii) Emisiones con volumen reducido, iii) en contextos de experimentación tecnológica o académica, con autorización previa. Esto tiene por idea proteger la innovación individual o comunitaria, siempre que no se constituya una empresa emisora comercial que pueda evadir el control que se pretende.
Este modelo busca preservar la privacidad financiera individual —argumento usado para rechazar la CBDC estatal (proyecto que le desbarató al mismísimo FMI) pero al mismo tiempo afianzar la hegemonía del dólar digitalizado, frente a avances de otras monedas y sistemas
No se permite el apalancamiento ni la secutirización a efectos de evitar que una potencial burbuja termina generan el efecto que aconteció con el efecto Subprime de 2007.
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