BCRA: la resurrección de los pasivos remunerados
Bausili asumió una deuda con el Departamento del Tesoro de los EE. UU. El “EFS” (Exchange Fund Stabilization) ahora tiene deuda del BCRA además de los USD 173.000 billones de DEG’s del FMI. La catarsis de Vladimir Werning en su peregrinaje en Washington. Una “cóctel molotov” en ciernes.
Por Marco Esdras
Las andanzas de Scott Bessent en el páramo argentino no tiene límites. De momento, utilizó al menos tres bancos para intervenir el mercado del dólar: JP Morgan, el Citi y el Santander. En tándem con Dimon y José Luis Daza urden una estratagema para la subsistencia de un tipo de cambio aletargado. La idea subyacente es rollear los vencimientos de los globales de enero y julio de 2026 y lograr que el Gobierno inicie una compra de reservas en bloque por afuera de mercado de manera de evitar que el precio se dispare.
Ahora el propio presidente Milei confirma una nueva visita de Scott Bessent a la República Argentina. En el mientras tanto no se terminan de delinear las garantías exigibles para la asistencia de un pool de bancos de Wall Street y se empiezan a revelar los contenidos de la Ley Bases II.
El secretario probablemente vaya a Buenos Aires a bendecir un plan económico que contará con privatizaciones, flexibilizaciones tributarias e impositivas y que abra el surco para un novedoso tratado comercial bilateral entre los EE. UU y la Argentina.
“El estofado está revuelto”, deslizó el titular de una firma de valores de Lower Manhattan. “Estamos esperando que se lancen Pimco, Blackrock y Templeton”. Parece que Argentina pasó a ser la vedette de Wall Street.
Santiago Bausili llevó adelante una depuración de los Estados Financieros del BCRA: por un lado se ocupó del Activo: a tales efectos en abril se rubricó el programa “EEF” con el FMI por Usd 20.000 millones con el objeto de mejorar la calidad de instrumentos (canje de Letras Intransferibles por divisas frescas); y por otro, se ocupó de erradicar los pasivos remunerados en sus dos versiones: leliqs y pases.
Ahora bien, en estos días el Dr. Bausili resucitó aquellos pasivos oportunamente exterminados, motivo por el que fue enaltecido por el presidente Milei. “Teníamos Patrimonio Neto Negativo”, expresaba con pesadumbre un acólito del presidente del BCRA son sede en Baltimore. “Santiago derramó una suerte de crisma bautismal sobre el aberrante balance del BCRA”, remató el economista. Sin embargo, la faceta sacramental de Bausili entró en las fauces del Tesoro Norteamericano.
Por su lado, el Lic. Vladimiro Werning esta semana pisó Washington DC y celebró otra conferencia y dejó claro que el BCRA va a seguir remonetizando la economía y asimismo que va a recomponer el caudal de reservas. Sin embargo, en línea con sus mandantes, evitó proferir sobre las operaciones de los lingotes de oro que firmó en 2024 para obtener rendimientos. En cambio, puso el énfasis en que 2026 será un año de parabienes tanto para la economía real como monetaria del país austral. Más allá de su sempiterno entusiasmo, fuentes de la capital estadounidense que cuentan en su haber con puntillosa información del caldo interno del FMI, aseguran que es muy poco probable que Argentina colecte los 9.000 millones de dólares que requiere atesorar con el afán de alcanzar la meta de reservas netas, aspecto que deberá evaluar el staff del Organismo durante el mes de enero de 2026. En efecto, es altamente probable que el equipo argentino deba solicitar un waiver de inobservancia de Performance Criteria (PC) en lo que respecta a la meta NIR (sería el segundo consecutivo). Este fenómeno dispararía que el FMI constriña a la Argentina a que libere su tipo de cambio y abra el cepo para las empresas.
Al cierre de edición, puertas adentro en el edificio de la calle Reconquista levantaban las copas porque lograron bajar las tasas y creen haber encontrado el cauce para el desenlace de la crisis de liquidez que llegó a exacerbar la tasa de caución al 130 %. Crisis, por cierto, generada por el propio Gobierno cuando eligió eliminar las Lefis porfiando a los bancos. “Ahora los bancos, van a dejar de desafiarnos, les tiramos por la cabeza $ 5 billones”.
Más allá de los logros y los fracasos es que, casi sin darse cuenta, el Dr. Bausili deberá resolver nuevamente problemas que volvió a generar: los pasivos remunerados creados por su propia gestión: no solamente las letras que incluyen las compras de pesos por parte de Scott Bessent sino también la baraúnda de pases que germinó durante la crisis de liquidez.
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