La Causa Cuadernos puede reactivarse con un arrepentido clave y testigos que confirmarían su versión
Un gerente de banco que todas las semanas, a metros del Hotel Panamericano, recibía bolsos con millones de dólares. Su verborragia en reuniones familiares que ahora podría volverse confesión judicial. El banco de un grupo antes amigo, y luego enfrentado al kirchnerismo. La dificultad de cubrir las pistas cuando la “precuela” de lo que aparece en la Causa Cuadernos fue vociferado antes decenas de personas.
Si la lógica siempre funcionara, la recuperación del dinero de la corrupción sería relativamente fácil con un preso y condenado como Lázaro Báez. Sin embargo, quizás resulte más fácil en el caso de alguien que ya está muerto: Daniel Muñoz, quien fuera secretario privado de Néstor Kirchner durante su presidencia. Sin embargo, los que enfrentan instancias judiciales graves son su viuda, Carolina Pochetti (en la foto que ilustra esta nota), de quien hace días nomás se confirmó su procesamiento y embargo; o su hijo, Franco, embargados por 38 y 11 millones de dólares respectivamente.
Sin embargo, un posible cuerpo probatorio, desconocido inclusive hasta ahora en el Poder Judicial, es que aparezca el entonces y actual gerente de un banco, declarando que “estábamos a 100 metros del Hotel Panamericano, y me cruzaban los dólares para armar los bolsos, que luego enviábamos preferentemente al exterior, con la operatoria del dólar cable”. Esto es lo que diversos testigos afirmaron a Minuto de Cierre haberle escuchado, en reiteradas ocasiones, al gerente de la Sucursal Buenos Aires de un banco cuyos dueños tuvieron excelente llegada a Néstor Kirchner, para luego terminar enfrentados con Cristina.
En el caso de confirmarse esta versión, tanto si este gerente se vuelve un “arrepentido”, como también si quienes lo escucharon ratifican sus dichos, la clave es que coincidirá y será complementaria con lo que en su momento había declarado el financista Ernesto Clarens. Básicamente, que el dinero que él recibía de los empresarios lo cambiaba por dólares y se lo entregaba a Muñoz, en el Hotel Panamericano si el monto era chico o recibía la orden de “llevarlo a Juncal, al departamento”.
Si el candidato a arrepentido habla, se echará luz sobre el eslabón de la cadena que falta entre el dinero que recibía Muñoz y cómo lo invirtió en el exterior, por ejemplo en propiedades equivalentes a u$s 70 millones en Nueva York y Miami. Nunca se supo quién recibía ese dinero de manos de Muñoz, para luego depositarlo, vía la operatoria de “dólar cable”, en el exterior.
El hombre clave en cuestión, cuyo apellido es el mismo de un tenor lírico argentino, tendrá que tomar dos decisiones importantes. En primer lugar, si efectivamente se acoge a la figura de arrepentido o permanece en el ostracismo judicial. El segundo, si incluye o exonera de responsabilidad a las restantes autoridades del banco en el cual trabajo.
Puede transformarse en un cisne negro. Más fiable que los famosos cuadernos de los cuales a esta altura se saben dos cosas: son fotocopias (el chofer Centeno dijo haber quemado los originales), y tienen tachaduras, enmiendas y letras atribuidas a más de un autor. Una confesión sería más fuerte. Más aún, si los amigos que durante años lo escucharon “boquear” sobre lo que hacía, confirman su versión.
Los herederos de Daniel Muñoz están cada vez más cerca del juicio oral. Hace menos de dos semanas, la Cámara Federal ratificó los procesamientos de Pochetti como coautora del delito de lavado de activos de origen ilícito, agravado por su realización como parte de una asociación formada para la comisión continuada de hechos de esa naturaleza. También amplió el embargo sobre sus bienes y dinero hasta la impactante suma de 50.000.000.000 de pesos, lo que equivale a unos 38 millones de dólares al cambio oficial.
La investigación determinó que Pochetti, junto a el abogado Miguel Plo, a María Jesús Plo y Federico Zupicich, se reunió en julio de 2016 con abogados del estudio jurídico “Karam & Missick” en las Islas Turks and Caicos para avanzar con la construcción de megaresort hotelero donde los cuartos iban a cobrarse entre 500 y 1000 dólares la noche. Además, está acusada de ser testaferro en distintas operaciones ilícitas, integrando sociedades utilizadas como pantallas o actuando como apoderada, como en el caso de las empresas Malabia 1741 SA y de Particular Group.
La Cámara Federal también confirmó el procesamiento de Daniel Omar Blanco, tío de Carolina Pochetti y hermano de Blanca Blanco, la exdiputada nacional por Santa Cruz y exesposa del exgobernador Daniel Peralta. También fue procesada Stella Marys Blanco, hermana de la exdiputada Blanca Blanco, implicada como prestanombres en operaciones nacionales e internacionales.
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