Miguel Sulichín, el broker de Insaurralde y Jésica Cirio en Uruguay, está por comprar la chacra de Marcelo Tinelli en Punta del Este
El líder del fondo de inversión Advise Wealth Management, residente en Uruguay, oscila entre el conveniente bajo perfil (por los clientes que tiene) y su atracción hacia la farándula. Ahora pretende comprar la chacra de Marcelo Tinelli en Punta del Este, por un valor que iría entre los 10 a 12 millones de dólares. Sulichín ruega por estos días que lo “cuiden” o invisibilicen, pero encabeza una negociación de altísimo perfil mediático.
La opacidad conveniente a sus actividades, ya que no todas serían en blanco, y su irresistible atracción por la farándula, son el ying y el yang de Miguel Sulichin. Nacido en la Argentina, con oficinas en Barrio Parque (corazón del Palermo más exclusivo) y residencia en la República Oriental del Uruguay (ROU). Como Andorra con España, o Luxemburgo y Mónaco con Francia, entre tantos otros ejemplos, el “paisito” ubicado al otro lado del Río de la Plata oficia como paraíso fiscal de los argentinos que quieren pagar menos impuestos o fugar capitales.
Una práctica reñida inclusive con el "Plan Caputo" de sacar los dólares del colchón. Una cosa es participar de un blanqueo, o dinamizar la economía mediante esta práctica novedosa. Otra diferente es manejar el dinero de Martín Insaurralde, reconocido en el ambiente político como un millonario de vastos recursos. Su "broker", Miguel Sulichín, estuvo bajo la mira del gobierno libertario en sus inicios, cuando el jefe de Gabinete era Nicolás Posse. Luego lo perdieron de vista. En el mientras tanto, aportó 20.000 dólares -en blanco, declarados- a la campaña presidencial de Álvaro Delgado, el candidato del Partido Nacional que finalmente perdió el balotaje con Yamandú Orsi.
El dilema, para Sulichín, que ya tapó con dinero el romance de su hija Eli con Benjamín Vicuña, es si lo ven como un fugador más, o una especie de "Rey de la Salada" del éxodo de capitales kirchneristas hacia Uruguay. Por estos días, sus pasos se acercan a esto último, ya que una oferta por la chacra de Marcelo Tinelli en Punta del Este, ubicada cerca de José Ignacio. Una propiedad cuyo terreno supera las 5 hectáreas, tiene cinco edificios construidos, acceso exclusivo a la playa, hoyos de golf y piscina, entre tantas otras actividades. El cruce de datos pone en alerta a las autoridades relativas al lavado de dinero: se habla de un valor de u$s 9 millones, la negociación entre Sulichín y Tinelli iría de los 10 a 12 millones de la misma moneda.
Por otra parte, aunque Sulichín es exitoso como líder de un fondo de inversión, nadie cree que le sobren más de u$s 10 millones de su patrimonio. “Se hace el mega-millonario y en realidad trabaja para terceros. Siempre promete inversores pero nunca los consigue”, apunta -con cierta mueca de desprecio- un empresario argentino que ya perdió la cuenta de su patrimonio, en permanente expansión. La misma fuente apunta que “le armó todo a Jésica (Cirio) y a Martín (Insaurralde) en Uruguay”.
Este dato no es nuevo, como contó Minuto de Cierre en una nota anterior (https://www.minutodecierre.com/nota/2024-11-15-16-56-0-el-embajador-de-uruguay-y-el-empresario-argentino-que-supuestamente-manejo-el-dinero-de-insaurralde-en-ese-pais-se-mostraron-juntos). Sin embargo, Sulichín siguió trabajando sin problemas, con temporada alta durante el último blanqueo de capitales. La curiosidad de sus últimos pasos es que parece ser la piedra angular de uno de los símbolos de la época dorada del kirchnerismo. Insaurralde conoció a Jésica Cirio en Showmatch, poco después que Tinelli le propusiera -sin éxito y frente a las cámaras- ponerse de novio con la actriz Florencia Peña. ¿Hay algo más menemista que esos cinco nombres juntos?
Consciente de todo ello, y de lo rentable que podría ser el asunto para los periodistas, trolls, bots y cibermilitantes libertarios, Sulichín cultiva el bajo perfil, pide que lo cuiden y realiza averiguaciones discretas. Hoy la atención está monopolizada por la situación judicial y procesal de Cristina Fernández de Kirchner. Pero los estrategas comunicacionales del gobierno saben cómo rindieron mediáticamente la vida sexual de Diego Brancatelli, la desprolijidad financiera de Diego Moranzoni, y hasta el vulgar apondo –“rosca floja”- de Robertito Funes Ugarte.
Una saga con Tinelli, Insaurralde y Jésica Cirio podría ser más larga y conveniente. Sulichín está cerca de convertirse en el artífice de la operación inmobiliaria pronta a realizarse.
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