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Esta semana, el ministro de Economía, Luis “Toto” Caputo, señaló que una de las vías para sumar reservas al Banco Central será la privatización de activos públicos. En ENARSA no colaboran en absoluto con ese objetivo sino todo lo contrario, por lo menos en cuanto a Termoeléctrica Belgrano, una central que aporta nada menos que el 5% de la energía del Sistema Interconectado Nacional. Según la página web de la empresa, el 65% de sus acciones corresponden a ENARSA, lo que transforma a TMB (su sigla en el sistema) en un activo privatizable. Y la certeza es que la petrolera estatal venderá esas acciones. Aunque supuestamente Tristán Socas ingresó como presidente, en octubre el año pasado, justamente por su expertise en privatizaciones. 

Sin embargo, en los últimos meses, las decisiones de su accionista principal y controlante, ENARSA, tendieron a desvalorizarla. El gerente general hasta hace algunos días, Francisco Monteleone, le solicitó a ENARSA fondos para el mantenimiento necesario. Mientras tanto, en una línea opuesta de trabajo, los gerentes Diego Bustamante y Carolina Fagnani le otorgaron mayor poder a una persona proveniente de una firma de limpieza (maestranza, para decirlo de un modo más la elegante).

Monteleone es un técnico de experiencia y trayectoria en el sector, pues trabajó en ENDESA Costanera, y desde el 2017 en TMB. Pero Fagnani y Bustamante, amigos del dueño de la firma MG, vinculada al intendente de Campana -la energética está en esa localidad-, hicieron ingresar en la central termoeléctrica a una persona de esa empresa, Vanesa Azcona, que además de su inexperiencia tiene frecuentes choques con el personal especializado.

“Azcona pertenece a un contratista tercerizado y se maneja como si fuera la jefa de la planta. Nuestra responsabilidad es máxima, no cometemos errores, pero es muy difícil recibir órdenes de una persona que no tiene la menor idea. Además, con malos modos”, cuenta un empleado jerárquico de TMB. “Monteleone renunció por el poder que tiene Azcona y los maltratos frecuentes”, apunta un compañero suyo.

El intendente de Campana, Sebastián Abella, tuvo reiterados incidentes en los cuales mezcla el interés público con sus asuntos privados. Por ejemplo, tiene una denuncia penal porque es corredor de Turismo Carretera (TC) y los auspiciantes de su automóvil son proveedores del municipio. Algunos de estas firmas son Vial Jaime S.R.L., de Alberto “Willy” Jaime, ex corredor de autos; La Catedral, que brinda servicio de catering al Municipio de Campana; el distribuidor de baterías Morobat, la casa de electrodomésticos Chiche Arte, entre otros. Abella es, como tantos otros, uno de los intendentes originarios del PRO que hoy se suma a las filas de La Libertad Avanza (LLA).