11 de Abril de 2018 - 12:40

Ezeiza: Contrabando de alta tecnología: detenciones y procesamientos

Entre hoy y el viernes, el juez federal Federico Villena piensa acelerar la causa que tiene detenido al piloto de automovilismo Juan Pipkin, y a una banda que traía celulares y alta tecnología desde Estados Unidos, pagando coima por cada valija de contrabando. El destino de la Aduana de Ezeiza, y los empresarios hi-tech que podrían verse complicados.

Sin apuros mediáticos, pero sin pausa, el juez federal de Lomas de Zamora, Federico Villena, tiene un modus operandi al estilo de los viejos magistrados: bajo perfil, medidas sorpresivas y en algunos casos (como en este) secreto de sumario. Un comportamiento similar tuvo con La Salada, donde no sólo le incautó bienes a Jorge Castillo, sino que además llevó adelante 400 allanamientos. Algo similar hizo con el empresario tabacalero Carlos Tomeo: tras detectarle la compra de un campo al narcotraficante Ignacio Alvarez Meyendorff; Villena procesó y embargó por $ 1.000 millones a Tomeo.

En el caso que podría definirse esta misma semana, las decisiones de Villena tendrán un gran impacto en dos sectores clave e históricamente vinculados a sectores de poder discretos: la Aduana de Ezeiza y empresas de alta tecnología. De estos últimos, los nombres que trascienden más allá del secreto de sumario, y de fuentes extrajudiciales, son los de Horacio Celis, de la empresa HDC, y Carlos Suaya, de Banghó.

En el desarrollo de la causa, sorprendió tanto al juez como al fiscal, que el detenido Juan Pipkin, piloto automovilístico y procesada por las facturas truchas junto a Juan Suris (ex novio de Mónica Farro), no haya aceptado la oferta de ser arrepentido, aún a costa de seguir preso. Eso hizo sospechar a las autoridades judiciales que “hacia arriba” de Pipkin hay gente poderosa.

Según pudo averiguar Minuto de Cierre, las dos empresas tecnológicas que estarían involucradas son HDC y PC Arts. HDC International es un importador mayorista de hardware, cuya última apuesta es expandirse en el interior del país, para lo cual contrató como gerente comercial y de Marketing a Ricardo Castro, que también trabajó en PC Arts y Air Computer, entre otras. Mientras que Banghó (la razón social es PC Arts) fue un “armador” nacional (importaba componentes y armaba las computadoras en Argentina) de muy buenas relaciones con el gobierno kirchnerista, a tal punto que la ex presidenta Cristina Fernández visitó las instalaciones de la empresa en agosto de 2011, con motivo de una inauguración.

Por esas causalidades del destino, tanto PC Arts (marca Banghó) como HDC se favorecieron ampliamente con el modelo kirchnerista. La primera empresa, de los hermanos Carlos y Pablo Suaya, participó de Conectar Igualdad, el programa de la Anses que regalaba notebooks a los alumnos de escuelas públicas. Además, según reveló Minuto de Cierre, PC Arts estuvo (junto a otras empresas) apuntada por la Aduana tras declarar las notebooks como celulares, pagando entonces 2% y no 35% de arancel de importación, en una maniobra que le hizo perder más de u$s 26 millones al Fisco.  

Por las 12 detenciones que produjo hasta ahora, el juez Villena detectó el tramo de la banda que compraba alta tecnología en Estados Unidos y la hacía entrar vía Ezeiza, con la complicidad o ineficiencia de la Aduana del aeropuerto más importante del país. Hay diez detenidos de la organización económica ilegal, y dos aduaneros.

Ese es el segundo gran capítulo de la causa que está en la Justicia Federal de Lomas de Zamora, y muy probablemente termine en el fuero Penal Económico: qué pasa con la Aduana de Ezeiza y quién se queda manejando a la misma.

Tras la detención de los agentes Cristian Paniagua y Analía Urbacyzk, las miradas se centraron sobre el Jefe de Turno Matías Moroni, a quien parece hacer alusión el detenido Pipkin en su auto (ver foto). De Moroni se escuchan versiones favorables y desfavorables, pero un antecedente positivo es que en noviembre de 2016 detectó a un colombiano con 7.000 pastillas de éxtasis en su equipaje. La Aduana de Ezeiza parece ser, según lo que se escucha de diversas fuentes, un bocado apetecible que se disputan distintos factores de poder. Continuará …

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