ARCA investiga a la productora de chapas CRESATA por una posible subfacturación de 3 millones de dólares
En un listado de 44 despachos, la compañía que se define como “industria para industrias”, exportó por un valor FOB de u$s 11 millones. Pero la Dirección General Impositiva (DGI) sospecha que el precio real era de u$s 8 millones. La decisión política de investigar antes que se extinga el período de penalidad.
Cada gobierno y modelo económico tiene su propia modalidad de fuga de divisas. Durante el gobierno de Alberto Fernández, muchas empresas aprovecharon la aprobación de autorizaciones para importar al tipo de cambio oficial. En algunos casos, declarando valores superiores a los reales para dejar los dólares de sobrefacturación en alguna cuenta del exterior.
Con la premisa de revisar estos procesos antes que se extinga la acción administrativa y penal -un plazo de 5 años-, la actuación dirección de la Agencia de Recaudación y Control Aduanero (ARCA), así como de la Dirección General Impositiva (DGI), pusieron la lupa sobre compañías cuyo nivel de importación no coincidía con números tan obvios como facturación o Capacidad Económica Financiera (CEF).
Según averiguó Minuto de Cierre, una de las empresas actualmente en la mira es CRESATA, cuyo CUIT es 30-61583955-4. Esta compañía, ubicada en el Parque Industrial de Quilmes, vende todo tipo de chapas: plásticas, metálicas, perfiles y tubos para usos generales y estructurales; además de brindar servicios de flejado, corte y planchado. Esta empresa es industrial más que importadora, por ello a la DGI le sorprendieron 44 despachos consecutivos por u$s 11 millones, todos realizados durante el 2023, cuando regía el sistema de las SIRA. Otra cuestión por la que CRESATA llamó la atención es que auspicia una escudería del Turismo Carretera.
De los 44 despachos bajo la lupa de ARCA, el más chico de ellos fue por 15.005 dólares, el más grande de u$s 1.965.000 y los demás por decenas o cientos de miles. Siempre números redondos, cuando no es lo habituación en los despachos de importación. La hipótesis de investigación es que, aprovechando los dólares baratos al tipo de cambio oficial, CRESATA reemplazó chapas de su producción por las que venían de afuera.
Además, con una probable sobrefacturación de u$s 3 millones: valían 8 y no 11 millones de la moneda estadounidense, como se declaró. Tal es el perfil productor histórico de CRESATA, que en 2006 fue autorizada a formar parte del Mercado Eléctrico Mayorista (MEM) como comprador de energía a granel. Y en 2018 importó bienes de capital, autorizada por las secretarías de Comercio e Industria, para "la instalación de dos líneas de producción nuevas, completas y autónomas para la producción de perfiles estructurales".
Desde ese momento hasta ahora, aunque está basada en Quilmes, sur del Gran Buenos Aires, registró muy buen nivel de actividad en Entre Ríos y San Luis. La investigación de ARCA está avanzada, y en los próximos días se evaluarán desde una posible suspensión del CUIT (la compañía no podrá facturar) hasta una denuncia penal.
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