05 de Junio de 2025 - 09:40

La Aduana y el sindicato vetan a “Chucky” Di Giannantonio como una señal de transparencia para los nuevos tiempos

En pocos días, Claudio “Chucky” Di Giannantonio se quedó sin el pan y sin la torta. Hasta la gestión de Rosana Lodovico inclusive, fue director, amo y señor del Puerto de Buenos Aires; además de haberse formado en el ramo clave de Máquinas y Herramientas. La revelación de su incidencia en una maniobra con telas y tejidos lo dejó fuera de dos destinos que parecían suyos: la subdirección de Operaciones Aduaneras Metropolitanas y un lugar importante en la boleta oficialista para las elecciones del sindicato.

Hace por lo menos 20 años que Claudio Di Giannantonio, apodado “Chucky” por sus compañeros de la Aduana, es una estrella es ascenso. Fue jefe del ramo Máquinas y Herramientas, uno de los que más importa y sobre o subfactura según la conveniencia en cada modelo económico. También fue largos años, inclusive hasta el 2024, jefe del Puerto de Buenos Aires, el más importante del país. Y también ocupó diversos cargos en el Sindicato Único del Personal Aduanero de la República Argentina (SUPARA).

Tanto fue su poder, que en un requerimiento judicial que pedía su legajo, como el apellido estaba mal escrito -le faltaba una n-, las autoridades de la Aduana se hicieron las distraídas y lo salvaron de que avancen contra él en una causa judicial. Sin embargo, todo lo que sube baja, y -como dice la famosa letra de rock- “todo tiene un final, todo termina”. Eso ocurrió en las últimas semanas, tras revelarse una maniobra con hilados y tejidos mediante un salto de posición arancelaria. Los contenedores pasaban de su posición real a una ficticia, evadiendo así muchos impuestos.

Como en cada cadena de infracción que se conoce, la Aduana actúa discrecionalmente, sancionando o perdonando -quizás no totalmente- a cada actor clave. En este caso, que involucra gran parte de la mercadería textil que circula por el barrio porteño de Once, el importador -sería el famoso Mister Korea- salió ileso, el depósito fiscal fue sancionado con un cierre de apenas tres días, en tanto que “Chucky” perdió las dos posibilidades de reubicación que tenía.

La más tangible era un cargo en la subdirección general de Operaciones Metropolitanas, a cargo de Marcelo Sosa. Quizás una degradación encubierta, o un refreshing amable; pues la decisión de Andrés Velis apenas asumió fue quitarle el manejo del Puerto de Buenos Aires. Sin embargo, tras la revelación que Di Giannantonio seguía “operando” con importadores, esta vez de telas, provocó que el propio Velis desistiera de su nombramiento. “Chucky” tiene un gran manejo de lo que suele llamarse “la calle”, importadores de todo tipo (incluyendo contrabandistas), pero si está en bajo dentro de la Aduana, su capacidad de maniobra se reduce.

Con esta posibilidad vetada (la torta), fue por el pan, en realidad uno muy apetecible. Le habían prometido un lugar importante en la lista oficialista del SUPARA. Sin embargo, producto del mismo efecto “mancha venenosa”, le cerraron la puerta. Las elecciones se adelantaron para agosto (iban a ser en septiembre), y esta vez no se sabe si Carlos Sueiro buscará su reelección como secretario general.

Pero los dos que asoman como los nuevos hombres fuerte, Daniel Mallotti (actual secretario de Organización) y Marcelo Ciorda (de Relaciones Institucionales), consideran que un lugar preponderante para Di Giannantonio puede ser una debilidad para el gremio. “Siempre está a punto de ser noticia, y nunca sabe cuándo parar. Ni siquiera lo hizo cuando lo corrieron del puerto, aunque sabía que lo estaban mirando”, afirman -con palabras similares- tres compañeros que lo conocen bien.

Se comenta que, el ostracismo impuesto, le generó cierto nerviosismo a “Chucky”, evidenciado en muchas reuniones que tuvo. Sin embargo, nadie se anima a darlo por muerto en un país y una Aduana de estándares éticos muy bajos.

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