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Irán confirmó este lunes el inicio de ataques con misiles contra bases estadounidenses en Qatar e Irak como represalia por el bombardeo a sus instalaciones nucleares ocurrido el domingo. La operación fue anunciada por la Guardia Revolucionaria iraní y calificada como una respuesta a la “flagrante agresión” del “régimen criminal” de Estados Unidos contra estructuras “pacíficas”.

A través de la televisión estatal IRIB, las Fuerzas Armadas de Irán aseguraron haber iniciado “un devastador y poderoso ataque”, aunque no se brindaron detalles específicos sobre los daños o el saldo de víctimas. Según el comunicado, el objetivo principal fue la base aérea de Al Udeid, en Qatar, considerada por Irán como “el mayor activo estratégico” estadounidense en la región.

Irán justifica el ataque como defensa de su soberanía

El pronunciamiento militar dejó en claro que esta acción busca sentar un precedente frente a cualquier intento de violación de su “integridad territorial, soberanía y seguridad nacional”. La operación fue confirmada horas más tarde por el Consejo Nacional Supremo de Seguridad de Irán, que detalló que “el número de misiles empleado en esta exitosa operación es el mismo que el de bombas utilizadas por Estados Unidos en su ataque contra las instalaciones nucleares iraníes”.

El comunicado también aclara que las zonas impactadas estaban lejos de áreas urbanas qataríes y, por lo tanto, “esta acción no supone ninguna amenaza para el país amigo y hermano de Qatar y su noble pueblo”. La República Islámica reafirmó que busca “mantener su cálida e histórica relación con Qatar”, según difundió IRIB.

Reacción del presidente iraní y el alto mando militar

Desde su cuenta en la red social X, el presidente Masud Pezeshkian había advertido que la agresión norteamericana no quedaría sin consecuencias. “Defenderemos la seguridad de esta amada nación y responderemos a cada herida en el cuerpo iraní con fe, sabiduría y determinación”, escribió el mandatario horas antes del ataque.

Por su parte, el jefe del Estado Mayor de las Fuerzas Armadas, Abdolrahim Musavi, calificó la ofensiva de Washington como un “error” y prometió una reacción proporcional. “Llevaremos a cabo una acción firme contra este error estadounidense”, declaró Musavi, según recogieron medios estatales y la agencia AFP. Agregó que “este crimen y esta profanación no quedarán sin respuesta”.

El contexto regional agrava el conflicto

La represalia iraní ocurre en un escenario regional altamente inestable, con múltiples frentes abiertos y un creciente enfrentamiento entre Irán y Estados Unidos. De acuerdo con fuentes de la agencia AFP, la respuesta de Teherán no se limitó al plano discursivo: altos funcionarios iraníes intensificaron sus advertencias y recalcaron que las consecuencias podrían afectar directamente los intereses norteamericanos en Medio Oriente.

Uno de los pronunciamientos más firmes fue el de Akbar Velayati, asesor del líder supremo Ali Khamenei, quien aseguró: “Si Estados Unidos persiste en sus acciones, nuestras fuerzas no dudarán en atacar sus bases militares en la región”. La declaración fue interpretada como una señal del endurecimiento de la política iraní y su estrategia de disuasión ante acciones de sus adversarios.

Escalada con Israel y posibilidad de cierre del estrecho de Ormuz

Simultáneamente, Israel ha incrementado sus operaciones contra posiciones iraníes dentro del propio territorio persa. En respuesta, Irán intensificó su lanzamiento de misiles y drones hacia territorio israelí, como parte de una táctica para contener nuevos ataques y demostrar su capacidad de reacción ante ofensivas extranjeras.

Una de las amenazas que más preocupación genera a nivel internacional es la posible clausura del estrecho de Ormuz, una vía marítima clave por la que transita cerca del 20% del petróleo que se comercializa en todo el mundo. Teherán ha utilizado en distintas ocasiones la advertencia del cierre de este paso estratégico como herramienta de presión ante sanciones económicas o ataques militares.

El dominio de esta zona otorga a Irán un poder considerable en términos geopolíticos, sobre todo frente a potencias occidentales altamente dependientes del suministro energético de la región.

Estados Unidos refuerza la seguridad en Ormuz y lanza advertencias

En medio de esta creciente tensión, la Casa Blanca aseguró que sigue “activamente” la evolución de la situación en el estrecho de Ormuz. Un portavoz del gobierno estadounidense lanzó una fuerte advertencia: “El régimen iraní actuaría de forma estúpida si decidiera cerrarlo”.

La administración norteamericana no descartó tomar medidas adicionales en la región para garantizar la seguridad del transporte marítimo y proteger sus intereses estratégicos. Con este escenario, el riesgo de una guerra abierta en Medio Oriente crece y mantiene en alerta a toda la comunidad internacional.