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Más de 80 grupos representantes de empresarios de negocios, manufactura y agricultura de Estados Unidos anunciaron el lanzamiento de una campaña multimillonaria a nivel nacional contra las tarifas a las importaciones de varios países implementadas por el presidente Donald Trump.

Los impulsores de la iniciativa crearon una coalición nombrada Americans for Free Trade (Estadounidenses por el libre comercio), la cual está formada por empresas de múltiples industrias, desde juguetes hasta tecnología, y tiene como objetivo destacar las consecuencias negativas de los aranceles a productos importados.

Con ese propósito pusieron en marcha la campaña Tariffs Hurt the Heartland (Las tarifas hieren el corazón del país), y con ella se unen a la coalición Farmers for Free Trade, respaldada por los grupos agrícolas más grandes del país. Las empresas alegan que la política comercial de Trump ha elevado sus costos de producción y reducido ingresos y algunas compañías piensan despedir personal y hasta declararse en bancarrota.

La Fed incluso advirtió ayer en un informe que la guerra comercial están obligando a postergar o suprimir inversiones corporativas. Una encuesta de la Fed mostró que la guerra comercial lanzada por Trump en varios frentes hizo subir precios y las compañías planean trasladar ese incremento a los consumidores. Asimismo, esa política hizo caer los precios de materias primas clave, como la soja.

"Los granjeros siguen expresando preocupaciones por los bajos precios de las commodities agrícolas a consecuencia de la disputa comercial entre China y Estados Unidos", según el informe. La campaña incluye un mapa de búsqueda geográfica (TariffsHurt.com) que, de acuerdo con el texto, permite a los usuarios encontrar historias de pérdidas de empleos, inversiones diferidas, precios más altos y otras consecuencias negativas de los aranceles.

Como parte de sus críticas a los acuerdos comerciales alcanzados por administraciones anteriores, y su postura de que otros países se aprovechan de Estados Unidos, Trump emprendió una cruzada con la imposición de tarifas a las importaciones de acero y aluminio, y millonarios impuestos a productos chinos.

En una carta dirigida a los miembros del Capitolio, la coalición dijo coincidir en que hay problemas que deben abordarse con socios comerciales clave, pero estimó que los gravámenes son el enfoque equivocado para lograr un cambio significativo. "Cada día, empresas grandes y pequeñas están compartiendo sus historias del daño que están causando los aranceles y las represalias subsiguientes en todos los sectores de la economía estadounidense", escribieron los firmantes.

La campaña toma fuerza en momentos en que Washington promete destinar miles de millones de dólares para ayudar a productores y fabricantes resultado perjudicados por los aranceles de China, Europa y Canadá aplicados en represalia a los de Estados Unidos.