14 de Febrero de 2017 - 14:37

Hewlett-Packard está a punto de asociarse con Pablo Rubio, un empresario sospechado de corrupción

Hewlett-Packard, el gigante de tecnología estadounidense, podría asociarse en la Argentina con Pablo Rubio, un empresario al que le investigan una cuenta de u$s 155 millones. Negocios con el kirchnerismo, amistad con el macrismo y cobertura judicial, que podrían no alcanzar. 

Hewlett-Packard, el gigante de la tecnología mundial, originalmente identificado con las impresoras, está a punto de asociarse en la Argentina con Pablo Rubio, un empresario sospechado de corrupción durante el kirchnerismo, pero que hasta ahora logró salir indemne gracias a sus vínculos con el macrismo.

La empresa estadounidense, con sede central en Palo Alto (California), quiere reforzar su posición en la Argentina, donde hace algunos años fue desplazada por marcas locales que ensamblaban hardware en Tierra del Fuego. Para ello, parece haber elegido a un empresario que puede resultar un arma de doble filo: Pablo Rubio, quien hizo numerosos negocios con Venezuela durante la Era Kirchner (hasta vendió medicamentos que eran de distribución gratuita); y que se arrimó al calor del poder macrista, aunque eso podría no resultar efectivo si el clima de negocios de la Argentina no mejora, y su economía no crece.

"Es socio de SOCMA (Sociedades Macri), no sé cómo te animás a meterte con ese Rubio", le apuntó un agente de inteligencia privada a Minuto de Cierre, sin apuntar más datos que sustenten esa versión. Pero advirtiendo que "esta gente es capaz de gastar u$s 2 millones en abogados antes de hacer las cosas bien". 

En realidad, quizás el gasto o inversión en abogados son necesarios como el agua para Rubio, cuyo DNI es 23.101.094, y que vive en Puerto Madero. De alguna forma, quizás más esencialmente de forma política que judicial, logró esquivar los problemas con la Justicia que agobian a su ex socio Juan José Levy. Ambos tienen participación accionaria en Grupo Núcleo (distribuidor mayorista de informática) y Novatech, pero esas empresas son manejadas por Rubio. 

¿Cuál es la diferencia entre uno y otro, para que sus situaciones judiciales sean radicalmente opuestas? Según asiduos veraneantes en Punta del Este, podría deberse a la amistad que trabó con la vicepresidenta Gabriela Michetti, con quien vieron cenando en varios restaurantes de "El Este", también en compañía de su novio Juan Tonelli, y de la esposa de Rubio, Marcela Carolina Paz.

Sin embargo, tanta protección no le alcanzaría a Rubio para tapar los problemas que tuvo con el fideicomiso de comercio exterior entre Argentina y Venezuela. En su proceso de emprolijamiento, esperando que termine la presidencia de Maduro, en la petrolera PDVSA (que manejaba el fideicomiso) están esperando ajustar cuentas con Rubio. Por ejemplo, quieren conocer el destino de una cuenta de u$s 155 millones (sí, esa cifra) que teóricamente Rubio compartía con Levy, pero sólo quedó en manos del primero. 

En el intento por limpiar su imagen, Rubio contrató a la agencia de publicidad de Raúl Timerman y Juan Carlos Malagoli ("La Agencia", ex Braga Menéndez) por una cifra que sería cercana a los dos millones de dólares. Pero el trabajo no habría sido realizado en los términos pactados.

Si estalla un escándalo desde Venezuela, y escala en distintos medios argentinos (por ahora Minuto de Cierre batalla en soledad), será difícil para Hewlett-Packard sostener semejante sociedad. Más aún, si tener un aura de socio del Gobierno deja de ser una diferencia a favor, en un país cuya economía no repunta y que espera las elecciones legislativas para saber cómo se reacomodará el poder en los próximos dos años. 

 

 

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