18 de Octubre de 2017 - 06:34

Iguazú y Triple Frontera: negocios para Zbikoski, y supuesta complicidad de Aduana y un juez k

Iguazú, paso clave hacia Paraguay y Brasil, tendría un esquema similar al de la denunciada Aduana de Posadas. Otra vez aparece el empresario Marcelo Zbikoski como beneficiado, en vínculo con un juez federal nombrado por Cristina Kirchner (Miguel Angel Guerrero) y las autoridades aduaneras de la zona. Hubo dos denuncias acalladas, y los responsables de ellas convenientemente trasladados. El arrepentido que busca protección judicial para contar todo.  

El colador que es la Aduana argentina sigue generando sorpresas, por lo menos para los que no son lugareños de los pasos limítrofes críticos. Tras las detenciones de la semana pasada, ordenadas por la jueza María Verónica Skanata para aduaneros del puente que une Posadas con Encarnación (Paraguay), el empresario Marcelo Zbikoski respondió a través de una solicitada en la que vio “acusaciones sin sustento”, “publicaciones falsas guiadas”, “acusadores” y “sombras”.

En un intento por despegarse del esquema de coimas denunciado por el abogado Santiago Dupuy de Lome, y también de congraciarse con el actual oficialismo, el empresario más poderoso de Misiones habló de “proyectos de amplia aceptación en la mayoría de la sociedad que las mezquindades de algunos buscan opacar”.

Zbikoski busca tender puentes con el oficialismo. Se menciona que podría vender su tren internacional (justamente el que cruza Posadas con Encarnación a través de un puente) a Angelo Calcaterra, primo del presidente Mauricio Macri. Y también necesita un buen vínculo con el ministro de Transporte Guillermo Dietrich, pues quiere hacerse cargo del Grupo Plaza, de los hermanos Cirigliano.

Pero la fortuna de Zbikoski creció al calor del kirchnerismo. Un buen ejemplo de esto, con el escenario de la problemática Triple Frontera de fondo, es la Aduana de Iguazú, paso clave entre la Argentina, Paraguay y Brasil. Allí se habla de “un esquema igual al de Posadas, con 10 carriles y coimas de hasta 50.000 pesos diarios por cada uno de ellos”, de acuerdo a un aduanero que evalúa ser arrepentido judicial sobre este tema.

La misma fuente habla de “la balsa” que une Iguazú con Ciudad del Este, bajo la aparente protección (o por lo menos indiferencia) del juez federal de Eldorado que se llama Miguel Angel Guerrero, nombrado en junio de 2015 por la entonces presidente Cristina Fernández de Kirchner.  

“Una vez por semana, Guerrero y sus tres secretarios comen asado con los responsables de la Aduana de Iguazú, cuyo principal medio de transporte es la balsa que cruza hacia Paraguay”, cuenta el aduanero que trabajó allí. Se refiere al servicio de 10 frecuencias diarios, que opera de 7 a 18 y tiene capacidad para 34 camionetas tipo combi”.

Según la misma fuente, el dueño de Balsa Iguazú SRL sería Zbikoski, y allí habría un esquema de protección similar al de Posadas-Encarnación. Todo ello, bajo la atenta (o cómplice) mirada de un juez a quien se lo vincula con la agrupación kirchnerista “Justicia Legítima”.

 “La balsa entre Puerto Iguazú (Misiones) y Presidente Franco (Paraguay) es el principal medio de tránsito fronterizo para los paraguayos que compran mercadería del lado argentino aunque también es utilizada por turistas que evitan pasar por Brasil y así llegan en menos de 10 minutos a Paraguay”, contó la Agencia Hoy en una nota del 28 de agosto del 2008.

En noviembre de 2014, cuando se oficializó la extensión del horario de “la balsa” (de 7 a 18), participaron del anuncio Rui Dalazen y César Dalazen como dueños de Balsa Iguazú SRL; el administrador de esa Aduana, Juan Argentino Enrique, y el jefe de Resguardo, Alejandro Garrote, entre otros.

El subjefe de inteligencia de la Aduana regional, Jorge Scappini, sería clave en el esquema que vuelve mellizas a las aduanas de Posadas e Iguazú. “Hubo dos aduaneros que hicieron denuncias sobre este tema, y por eso los mandaron a Orán (Jujuy), para tapar todo”, cuenta una fuente ligada al tema.

“Por la balsa se cruzan bagallo (electrónicos), mercadería y otras cosas. Pero nadie controla nada. Es más, hasta se envía cada semana gente de Posadas “en comisión” para que todo siga bajo el control de la misma gente”, completa el futuro arrepentido.

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