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El Corredor Costero del Beagle, que la gobernadora Rosana Bertone soñó como relanzamiento de su gestión, despertó una polémica tras otra luego que Minuto de Cierre advirtiera -ya en marzo del año pasado- un hecho que de tan visible nadie notaba: la ganadora de la licitación fue Juan Felipe Gancedo S.A., empresa históricamente vinculada a Lázaro Báez, y a la que todos apuntan como financista de la campaña a la gobernación de Bertone en el 2015.

Sobre este punto versa uno de los cuestionamientos de un informe secreto al cual accedió este medio: a la licitación se presentaron Gancedo, Dos Arroyos y COARCO. “La primera ganó la adjudicación, la segunda retiró la oferta y la tercera no presentó documentación”, dicta el informe. Un claro ejemplo que la cartelización y puesta a dedo de obras públicas no comenzó en la Era Kirchner ni terminó con ella. 

El informe citado fue armada por funcionarios que se fueron agrupando, provenientes de distintos sectores de la administración provincial: Legal y Técnica, el Tribunal de Cuentas, Obras Públicas, Secretaría de Ambiente, entre otros. Con el temor hacia un gobierno provincial que intenta ejercer un control extemporáneo (algunos bromean que Bertone es Micky Vainilla en versión femenina), pero también con el enojo de ver cómo funcionarios recién llegados -“paracaidistas”- se quedan con las decisiones y los mejores sueldos, un grupo de trabajadores de la administración provincial alcanzó esta semana el informe a Gustavo Melella, intendente de Río Grande y rival de Bertone en la próxima elección a gobernación. Según las diversas encuestas difundidas, Melella tiene grandes chances de ganar en primera y segunda vuelta, a tal punto que las que manda a difundir Bertone hablan de una diferencia de 5 puntos con ella “acercándose”. 

Entre otros puntos, el informe advierte sobre un posible sobreprecio: “La obra tiene un presupuesto base de $ 365 millones por tramo aproximadamente, es decir alrededor de $ 1.090 millones en total. La Legislatura aprobó un presupuesto para esa obra por $ 1.500 millones, pero se adjudicó por $ 1.700 millones”. Además se advierte que prácticamente se entregó el diseño de la misma a la empresa privada: “La obra se contrató sin proyecto ejecutivo del Estado Provincial, con lo cual la empresa en su oferta dice por dónde hace la traza y con que características”.

Por otra parte, se advierte sobre una falta de respeto a la propiedad privada, que podría derivar en futuros juicios para la provincia. “La obra se hace en un campo privado, Estancia Harberton, sin autorización ni expropiación de los dueños de la tierra”. Además, esa estancia “tiene propiedad de esos terrenos desde 1886, momento en el cual el bosque era propiedad del dueño de la tierra”.

Tampoco hubo respeto por la riqueza natural ni arqueológica de un lugar irrepetible de la Argentina, única franja costera con la montaña a las espaldas (últimos manifestaciones de la Cordillera de los Andes) y el mar al frente. “La traza atraviesa sitios arqueológicos, lo que cuenta con un informe negativo del Centro Austral de Investigaciones Científicas (CADID, del Conicet). Además, el arqueólogo de Cultura provincial que no estaba de acuerdo con certificar el apto de la ruta fue removido de sus funciones, y se contrató en su reemplazo a un arqueólogo del Norte argentino, donde el paisaje es absolutamente distinto al de Tierra del Fuego”.

Con respecto a la pérdida de bosques nativos, el informe destaca que el desmonte se ha llevado 5 hectáreas sólo “para colocar el obrador y dos puntos cercanos, uno en donde no se sabe aun con qué finalidad, y otro cercano que ha sido alambrado y donde se colocó  un contenedor en el cual habría explosivos”.

Otros puntos destacados del informe son los siguientes: 

-“El pliego establece que la empresa debe colocar un interlocutor ambiental. Según consta en el expediente, el designado es Ricardo Vukasovic, quien es actualmente Subsecretario de Hidrocarburos de la Provincia”. Es decir, una persona que atiende de los dos lados del mostrador, en un evidente conflicto de intereses. 

-“La ruta se establecía como corredor de paseo, o sea para una velocidad de 40 kilómetros por hora, lo cual determina un ancho de construcción determinado. Pero en la realidad lo que se está desmontando excede en 17 metros lo que debiera ser, con lo cual la ruta que se está construyendo es para una velocidad de 70 kilómetros por hora, con lo cual cambia el carácter turístico conservacionista”.

-“El pliego establece que la empresa debe contratar íntegramente mano de obra local, situación que no se da en la realidad”. 

-Las observaciones de impacto ambiental las debería haber realizado la Secretaría de Ambiente. Sin embargo, “el Ministerio de Obras Públicas impidió” que lo haga, creando además “una comisión en Obras Públicas dirigida por su titular, Hugo Andruszyszyn, quien es el que determina cuales observaciones transformar en ordenes de servicio para la empresa”. En definitiva, lo que debería haber observado Ambiente como elemento de contralor, lo hace Obras Públicas priorizando el pago y avance de la obra sobre el tema ambiental”.

Por ahora, la veda invernal paralizará el Corredor Costero del Beagle. Con la primavera, si Bertone pierde las elecciones a manos de Melella, se verá qué ocurre. Mientras tanto, Gancedo ya hizo caja y se perdieron invaluables recursos naturales y arqueológicos.