09 de Septiembre de 2018 - 20:22

“Cacho” Ferrari, prófugo, amigo de Cristóbal López, protegería a Oscar Thomas

Carlos Isidoro Ferrari (“Cacho”) está prófugo desde agosto de 2016 por haber pagado coimas en Río Negro. Ofició de lobbista de Cristóbal López, intentado la entrada del famoso preso al juego de la Provincia de Buenos Aires; le compró un avión y le vendió casinos a los hermanos Cirigliano. Las últimas versiones, y una frustrada búsqueda, lo ubican en Piriápolis, Uruguay, protegiendo además al único prófugo de la “Causa de los Cuadernos”, Oscar Thomas.

En un país de choferes memoriosos y documentalistas, presos tan millonarios como célebres, bóvedas, contenedores enterrados con dinero (pero aún no descubiertos), arrepentidos que cantan más que Gardel, y en vísperas de las próximas elecciones presidenciales, la historia de un prófugo tan célebre en la Patagonia, como de buena vida en Uruguay, quedó prácticamente olvidada. 

Sin embargo, la figura de Carlos “Cacho” Ferrari recobró cierta vigencia hace dos semanas, cuando un operativo de Interpol intentó ubicarlo en una quinta de Piriápolis, Uruguay, donde se sospechaba que también estaba Oscar Thomas, el único prófugo en la “Causa de los Cuadernos” que lleva adelante el juez federal Claudio Bonadío. Este portal, junto al medio uruguayo ICN (www.icndiario.com) manejaron la información anticipadamente, pero finalmente no pudieron ubicar a Ferrari en una quinta de las afueras de Piriápolis que se supone es suya.

La pista, sin embargo, parecía correcta, ya que un barco de Ferrari fue ubicado y secuestrado en el puerto de esa ciudad balnearia. El “Génesis I” está a nombre de Albiceleste Maritime INC, una sociedad panameña donde expresamente figura Ferrari como fundador. También existe un poder a nombre del capitán del barco, Sergio Marcelo Villegas, quien moraba en el mismo y fue autorizado a manejar el mismo por los ríos y cursos marítimos de la Argentina.

Piriápolis: la quinta de la hija y un exclusivo spa

El barco de Ferrari estaba anclado en Piriápolis hace dos años, muchos vecinos del lugar dicen haberlo visto, y en el puerto de ese balneario tienen su teléfono por si se atrasa en el pago de la amarra. Sin embargo, cuando la Policía de Uruguay e Interpol fueron a la “quinta de las 4 X 4 y los coches negros” (así le dicen por el incesante desfile de las mismas), Ferrari no estaba. 

¿Cómo fue posible ello? Los más insidiosos hablan de un importante funcionario de Interpol Argentina, otros apuntan también a un par suyo de Uruguay, y nadie descarta las internas entre Interpol y la Prefectura de ese país. Sin embargo, el resultado hubiera sido otro sólo con tener en cuenta dos datos fundamentales del lugar.

El primero, una quinta ubicada poco después de la atribuida a Ferrari. Siguiendo por la misma calle que lleva a esta, unos dos kilómetros más adelante, y justo al pie del cerro (es decir, antes del mismo), estaría la quinta donde vive una de las hijas de Ferrari. “Es una de las pocas quintas permanentemente habitadas del lugar, tiene energía solar, y un desfile incesante de autos. No resulta difícil de ubicar”, señala un baqueano de Piriápolis. 

El otro dato fundamental es que, cerca de allí, hay un exclusivo spa de ubicación estratégica: desde la loma que ocupa, se ven todos los movimientos que suben desde la Costa hacia el camino que conducen al Pan de Azúcar. El Sugar Loaf Club Hotel & Spa es un condominio de exclusivas y privadas cabañas, con una hermosa -y estratégica- vista panorámica de todo Piriápolis. Allí se podrían haber alojado tanto Ferrari como Thomas, resultado advertidos a tiempo de cualquier movimiento policial.

La Ruta del Dinero: 15.000 dólares por semana

Otra de las incógnitas cómo sobrevive Ferrari en Piriápolis, si efectivamente sigue allí, o en cualquier otro lugar en el que se encuentre prófugo. Según distintas fuentes, recibe entre 10.000 a 15.000 dólares por semana; y su ruta del dinero se inicia en casinos, sigue por Villa del Parque, y cuenta con dos medios fundamentales: barco y avión.

Hasta su caída en desgracia judicial, por haber pagado coimas a un funcionario de Río Negro, Ferrari fue dueño del poderoso grupo Interworld Corporation, que incluía casinos en Río Negro y un hotel en Tandil. También tuvo bingos en Avellaneda y Florencio Varela (ya vendió ambos), intentó ingresar las tragamonedas de Cristóbal López al Hipódromo de San Isidro. En 2013, previendo su difícil futuro judicial, Ferrari le vendió los casinos de Formosa y Paraná, así como el Bingo Zárate, a los hermanos Cirigliano, los concesionarios del Ferrocarril Sarmiento cuando fue la “Tragedia de Once”.

En este intercambio comercial, los Cirigliano le vendieron a Ferrari un avión para vuelos particulares, como se ve en la foto. Según se cree, con esta aeronave Ferrari se trasladaría entre Argentina y Uruguay. También se sospecha que podría salir en barco desde el puerto de San Fernando, llegando rápidamente desde ahí hasta la “banda oriental” del antiguo Virreinato del Río de la Plata.

En el traslado físico, esa sería la ruta del dinero. Pero con un paso previo: Villa del Parque. Allí, Ferrari es dueño de una lujosa vivienda ubicada justo en la esquina de Argerich y Pedro Lozano, apodada por sus allegados como “La Embajada”. A sólo dos cuadras de allí, la familia Ferrari alquila una oficina por donde pasaría el dinero. Está ubicada en la calle Nogoyá. También tiene, cerca de Cuenca y Nazarre, el centro de cómputos de diversos casinos. Por allí pasaría el dinero antes de partir hacia el Uruguay.

Todo ello, sin contar sus numerosas propiedades en Sierra de los Padres, cercana a Mar del Plata. En febrero, cuando venza su pedido de captura, Ferrari podría dejar de esconderse y llevar una vida más normal. Sin embargo, mientras tanto disfruta el dinero que hizo junto a su actual esposa Karina Paola Pascuet, además de sus hijos. 

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